Marine Le Pen: «No voy a bajar los brazos»
París, 7 abril. -La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen, inhabilitada para las presidenciales de 2027 por una condena de corrupción, aseguró este domingo que «no voy a bajar los brazos» y denunció «las mentiras, las calumnias y los falsos procesos» de los que ha sido objeto.
Ante varios miles de simpatizantes congregados en la plaza parisina de Vauban, junto a Los Inválidos, Le Pen denunció una persecución judicial, igual que otros líderes ultraderechistas, entre los que citó al vicepresidente del Gobierno italiano Matteo Salvini.
«No ha sido una decisión de la Justicia, ha sido una decisión política», clamó la líder de la Agrupación Nacional (RN, en francés), entre las ovaciones de militantes y simpatizantes del partido.
Le Pen consideró que, con esa condena, los derechos civiles están en riesgo en Francia y llegó a citar a Martin Luther King, el pastor afroamericano militante de los derechos de los afroamericanos asesinado en 1968 por un segregacionista blanco.
«Nuestro combate será pacífico, un combate democrático. Tomemos como ejemplo a Martin Luther King, quien ha defendido los derechos civiles, los mismos que están cuestionados hoy en Francia», se indignó.
La líder del RN, condenada por ser la principal responsable del desvío de 4,1 millones de euros del Parlamento Europeo (PE) en beneficio del partido, insistió en que «ha sufrido un proceso político» y criticó «la brutalidad» de la UE y la parcialidad de la Fiscalía francesa.
«Había que eliminarme de la vida política y sin la posibilidad de recurso», se quejó Le Pen, en alusión a la ejecución inmediata de la inhabilitación para un cargo público durante cinco años, que espera ver rebajada en una apelación que se decidirá en 2026, antes de los comicios de 2027 para los que, según los sondeos, es la favorita.
La dirigente ultraderechista y actual diputada juzgó que «el Estado de derecho y la democracia están siendo despreciados» por la condena contra ella y recordó que 13 millones de votantes «tienen el mismo valor» que el resto de ciudadanos.
Le Pen aclaró que no cuestiona el trabajo de todos los jueces y condenó las amenazas e insultos que ha recibido parte de la magistratura tras la sentencia.
Protesta en París de la izquierda
A unos cinco kilómetros de la plaza Vauban, miles de manifestantes progresistas acudieron en la plaza de la República a una protesta en defensa del Estado de derecho convocada por la principal fuerza de izquierda del país, La Francia Insumisa (LFI), y apoyada por los Verdes.
La afluencia -se estima en menos de 5.000- fue menor a la esperada, en parte porque ni el Partido Socialista (PS) ni el Comunista (PCF) respaldaron la concentración, argumentado que no querían politizar un asunto judicial.
El coordinador del LFI, Manuel Bompard, y la líder del partido en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, advirtieron de que el RN es «violento y peligroso» y adelantaron que la de hoy será la primera de varias protestas contra la ultraderecha.

Mitin del partido de Macron
Al norte de París, en la Ciudad del Cine de Saint-Denis, el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, Renacimiento, celebró otro mitin, que ya estaba previsto desde febrero, antes de conocerse la sentencia contra Le Pen.
El principal discurso lo realizó el líder del partido, el diputado y exprimer ministro Gabriel Attal, quien defendió la condena a Le Pen en términos muy duros: «Si robas, pagas. Sobre todo cuando uno es un responsable político».
Attal, exministro de Educación, se indignó por la comparación que la propia Le Pen hizo de su caso con el proceso que sufrió el opositor ruso Alexéi Navalni, fallecido en 2024 en una prisión de Siberia.
«Ella no es para nada Navalni, es más bien el peón de sus verdugos», atacó Attal, en alusión a la buena relación que ha tenido Le Pen con el presidente ruso, Vladímir Putin, al que la oposición rusa responsabilizó de la muerte de su líder.

«Nos han robado la elección», claman acólitos de Le Pen
«Nos han robado la elección, simplemente», clama Patrick, quien cristaliza el sentimiento de los miles de militantes que se han manifestado en París para protestar contra la condena por corrupción contra Le Pen.
Junto a su octogenaria madre, quien muestra una portada de una revista ultraconservadora con la palabra en inglés ‘Hold-up’ (Atraco), el seguidor de Le Pen duda de que el recurso presentado y que ha de juzgarse en 2026, antes de los comicios, tenga un resultado positivo para la líder de Agrupación Nacional (RN, en francés).
«Los jueces están politizados», lamenta a EFE Patrick, en alusión al supuesto sesgo de los magistrados, que el propio RN se ha empeñado en señalar.
Entre los varios miles de simpatizantes del partido nacional-populista reunidos en la plaza de Vauban, junto a los Inválidos, había un buen número de jóvenes, como Loan Frangart, quien considera que si Marine Le Pen no puede presentarse su delfín, Jordan Bardella (29 años), está listo.
«Él es único que puede poner en marcha la preferencia nacional a la hora de contratar jóvenes diplomados como yo, estoy titulado en el campo audiovisual y hace dos años que no encuentro trabajo», se queja este veinteañero en declaraciones a EFE, hechas a una centena de metros de los Inválidos, donde están enterradas personalidades francesas como Napoleón Bonaparte.
Aurore (23 años), sentada en la mesa para inscribir a nuevos militantes al RN, juzga que «si Marine debe o no ser presidente no cabe a los jueces» y sí a los votantes.
Desde la sentencia del pasado lunes 31 de marzo, el partido ha dado un giro, al menos retórico, con consignas antisistema y populistas que se habían dado por enterradas en el nuevo y suavizado RN y que evocan a los tiempos de Jean-Marie Le Pen, el fundador de la fuerza ultra fallecido en enero y condenado varias veces por antisemitismo, racismo y agresiones.
El hecho de que el RN incite a sus acólitos a que se manifiesten es en sí una novedad en las últimas décadas, pues, excepto las protestas contra el matrimonio homosexual de hace diez años, la movilización callejera está asociada, sobre todo, a la izquierda y los sindicatos.EFE