Medio Oriente: territorio minado

Rosario Espinal

El Medio Oriente es un territorio minado desde la antigüedad. Antes, los conflictos eran entre etnias y religiones, ahora son entre países que encarnan esas etnias y religiones. Los ricos petroleros han mantenido monarquías excluyentes (Arabia Saudita, los Emiratos Árabes), y en otros como Irán dominan regímenes teocráticos. Son opositores sunitas y chiitas a pesar de ser todos musulmanes.

Israel, creado como país con el auspicio de Inglaterra y los Estados Unidos después del holocausto de la Segunda Guerra Mundial, y como ancla de Occidente en el Medio Oriente, es manzana de la discordia.

Su existencia se asume como un derecho bíblico de los judíos, pero su creación significó la expulsión de muchos palestinos, disputa que sigue al rojo vivo. Es un juego suma cero, donde Israel prevalece por su mayor fuerza militar, pero siempre expuesto a ataques de los enemigos.

El de Hamas del 7 de octubre de 2023 se convirtió en el detonante de una ofensiva militar israelí de arrasa todo.

Gaza ha sido prácticamente destruida y su población languidece por los bombardeos y el hambre. Israel ha enfrentado a Hezbolá en el Líbano y los huties en Yemen, también aliados de Irán. Cayó el gobierno de Asad en Siria y el 13 de junio comenzó la ofensiva israelí contra Irán. Rusia, debilitada por el costo de la guerra en Ucrania, no salió en defensa de su aliado Asad ni de Irán.

La controversia sobre el programa nuclear iraní fue la justificación para Estados Unidos bombardear tres instalaciones nucleares el 21 de junio. Israel se lo había pedido públicamente y Estados Unidos materializó la misión.

Es pronto para saber los efectos que tendrán esos ataques dentro y fuera de Irán. El Gobierno de Trump busca limitar la confrontación al tema nuclear para no embarcarse en una guerra tradicional, pero Benjamín Netanyahu está en una cruzada militar regional para eliminar sus enemigos, y, además, la guerra se convirtió es su fuente de legitimación política en Israel.

De momento la situación es favorable a Israel que ha debilitado a Irán y a sus aliados: Hamás, Hezbolá, los hutíes y cayó Asad en Siria.

Muchas preguntas están abiertas sobre las posibles represalias de Irán y sus aliados, aún con el anuncio de un cese al fuego. Pero las principales interrogantes del Medio Oriente tienen que ver con el destino de los territorios directamente involucrados en el conflicto.

¿Qué sucederá en Gaza y Cisjordania con los palestinos? ¿Quién los gobernará? ¿Los expulsarán: cómo y dónde? ¿Logrará el Líbano un gobierno estable y garante de derechos? ¿Qué régimen prevalecerá en Siria y Yemen, y bajo los auspicios de quién? En Irán, ¿caerá el régimen teocrático o sobrevivirá la crisis actual apoyando un cese al fuego?

Israel ha debilitado los grupos y gobiernos adversos, pero la tarea de construir en tierra arrasada por la guerra es difícil y conflictiva. Sus vecinos siguen ahí.

Para Estados Unidos, un ataque aéreo puntual proyecta poderío, pero no hay seguridad de que esta ronda de conflictos terminará con la simple rendición de los vencidos y el apaciguamiento de Netanyahu.

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