Minou Tavárez Mirabal clama justicia para las víctimas de violencia de género en emotivo discurso ante la ONU

Nueva York, 25 de noviembre. – Minou Tavárez Mirabal, política dominicana y descendiente directa de las hermanas Mirabal, asesinadas por la dictadura de Rafael Trujillo, ofreció este lunes un emotivo discurso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En sus palabras, unió versos del poeta Pedro Mir con la realidad de la violencia de género, sus propias vivencias y un llamado urgente para que las víctimas y sobrevivientes de esta «guerra» sean el centro de los esfuerzos para erradicarla.

El acto se realizó en el marco del 25.º aniversario del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960, un trágico evento que inspiró la proclamación de este día por parte de la ONU en 1999.

«Cuando a los cuatro años me arrancaron brutalmente a mi madre y a mis tías, me colocaron en el mismo trayecto de esta guerra contra las mujeres y las niñas en que nos hemos habituado a funcionar y a llamarnos civilización», dijo Tavárez Mirabal, recordando su historia personal ante representantes de los estados miembros y activistas internacionales.

La exlegisladora destacó que cada 25 de noviembre es una oportunidad para compartir su dolor, unirse al de otras víctimas y reafirmar su compromiso con el fin de la violencia contra las mujeres en todas sus formas.

«Todos los días llevo conmigo la ausencia de mi madre, Minerva Mirabal, y de mis tías, Patria y María Teresa. Las tres hermanas, las mariposas, que junto con su conductor Rufino de la Cruz, fueron asesinadas por enfrentarse a la tiranía y a la injusticia en mi país. Todos los días cargo con la impunidad que acompaña su asesinato», expresó.

La violencia de género como «guerra»

Tavárez Mirabal insistió en referirse a la violencia de género como una guerra debido a su devastador impacto. Según datos de ONU Mujeres, solo en 2023, 51,100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas o familiares, un promedio de 140 muertes al día.

En el caso de República Dominicana, enfatizó que la violencia contra las mujeres sigue siendo una amenaza grave para la convivencia humana y una deuda pendiente del Estado con las víctimas. «Demasiadas muertes como para ignorar que estamos envueltos en una guerra», sentenció.

Como presidenta del Consejo Directivo del Fondo Fiduciario en Beneficio de las Víctimas de la Corte Penal Internacional, Tavárez Mirabal subrayó la necesidad de fortalecer el marco de justicia internacional. «Exigir la rendición de cuentas no solo implica castigar a los perpetradores, sino también crear un sólido marco de prevención y reparación», señaló.

Insistió en que las acciones deben ser tanto punitivas como reparadoras. Por un lado, garantizar que los responsables sean judicializados oportunamente, y por otro, proporcionar a las sobrevivientes el reconocimiento de su dolor y las injusticias sufridas.

«A través de las reparaciones, damos a los y las sobrevivientes la posibilidad de reclamar su dignidad, sus medios de vida y sus futuros. Estas medidas también contribuyen a evitar la repetición de estas atrocidades», reflexionó.

Llamado a los estados miembros

Tavárez Mirabal pidió a los gobiernos un apoyo sostenido para cumplir la promesa de «nunca más» y llevar justicia a las víctimas de violencia de género. «Los sobrevivientes no deben sentirse olvidados ni silenciados. Deben ver un camino hacia la justicia, el apoyo y la solidaridad», instó.

También llamó a extender el activismo contra la violencia más allá de los 16 días de campañas anuales y garantizar que las acciones se desarrollen durante todo el año. «Debemos asegurarnos de que las víctimas estén en el centro de todos los esfuerzos para combatir la violencia de género», reiteró.

El acto fue organizado por República Dominicana, país que promovió la conmemoración del cuarto de siglo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta fecha coincide con el asesinato de las hermanas Mirabal, Minerva, Patria y María Teresa, quienes se opusieron al régimen trujillista, una de las dictaduras más sangrientas de América Latina.

En su intervención, Tavárez Mirabal destacó la importancia de recordar el legado de las mariposas, no solo como símbolo de resistencia, sino también como un recordatorio de la necesidad de combatir todas las formas de violencia contra las mujeres.

«Conmemorar este día no es solo un acto de memoria histórica, es una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con la lucha por un mundo más justo e igualitario», afirmó.

Una lucha que no termina

El mensaje de Minou Tavárez Mirabal resonó como un llamado a la acción y a la responsabilidad colectiva. En sus palabras finales, enfatizó la importancia de la justicia, la reparación y la prevención como pilares fundamentales para erradicar la violencia de género.

«Asegurémonos de que las sobrevivientes no se enfrenten al silencio o a la impunidad, sino a la justicia, al apoyo y a una solidaridad cálida e inquebrantable», concluyó, dejando en claro que la lucha contra la violencia de género no puede darse por terminada hasta que las mujeres dejen de ser víctimas de esta «guerra».

Conmovidos por su discurso, los asistentes al acto reiteraron su compromiso de continuar trabajando para garantizar que las generaciones futuras crezcan en un mundo libre de violencia y lleno de oportunidades para las mujeres y niñas.

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