Mitos y cinismo para negar el racismo
Por CÉSAR PÉREZ
El racismo en la sociedad dominicana es ancestral. Por el tiempo en que ha estado distorsionando/gravitando en el discurrir de nuestra historia, por su impacto negativo en diversas instituciones sociales como la economía, la educación, la religión, en la configuración de nuestra identidad nacional, el daño de ese lastre para nuestro país es incalculable. Sin embargo, desde diversas esferas y con argumentos no exentos de fabulaciones, cinismo y debilidades, varios sectores niegan la existencia de esa rémora en nuestra sociedad, al igual que la de una de sus variantes: la xenofobia. La negación de esa realidad ha sido reiterada ante varios hechos lamentables acaecidos en los ´últimos meses. seriedad.
Por razones históricas, aquí se ha construido lo que autores como Norberto Bobbio llaman países con doctrina racista: Francia, la Alemania nazi, básicamente antijudía. durante el periodo colonial de muchas maneras se escribieron diversos documentos con contenidos racistas semejante al de los citados países, los que agregaría los textos antiespañoles de Sabino Arana en que se sustenta el nacionalismo vasco. Sobre la base de la ideología racista escrita en diversos textos, se justificó el sometimiento de la población indígena diciendo que “carecían de alma” y después con argumentos similares, para el uso y abuso de la mano de obra esclava de negros importados para sustituir la de aquellos y para someterlos a la condición de bestias fueron considerados “inferiores”.
En las colonias españolas, se trasladó la aberrante idea de que la supuesta impureza de la sangre de moros y judíos era fuente de todos los vicios y debilidades que hacían de ellos seres inferiores de lo que nada buen se podía esperar. Sobre la base de esas ideas los indígenas fueron inferiorizados, después los negros y luego del mulataje y del mestizaje, a mulatos y mestizos que, por ser resultado de mezcla de etnias, también tenían sangre impura. Según Carlos Esteban Deivi, por muchos años se impidió que los mulatos fueran investidos de sacerdotes, ni hablar de los negros. También se les vetaba en los altos cargos públicos a mulatos y negros.
Solo la escasez de sacerdotes y empelados de alto nivel rompió esa absurda práctica. Según el autor arriba citado, ante la necesidad de párrocos, el arzobispo de Santo Domingo y Santa Fe de Bogotá, Álvarez de Quiñones, le imploró al Rey la licencia de ordenar algunos con cierta habilidad “aunque tuviesen alguna mezcla de mulatos” de igual modo, “tener un linaje limpio equivalía a estar en posesión de la pureza de sangre, indispensable para ser agraciado con una mereced, oficio o canonjía”, pero poco a poco la necesitad y los tiempos abrieron un resquicio por donde entraron mulatos y al final uno que otro negro a ocupar altos puestos en la administración pública. Hoy, hace apenas décadas que comienza a verse negros oficiando misas católicas.
Los prejuicios raciales del período colonial, de alguna manera, fueron fuentes de la ideología trujillista haciendo de nuestro país uno de los pocos en que prejuicio racista se convirtió en doctrina o política de estado a través de algunos textos escritos por el núcleo duro de intelectuales al servicio de la tiranía trujillista. aún presentes en la sociedad dominicana. Sólo la soberbia de un puñado de intelectuales, el cinismo de algunos y la ignorancia de los más determina que se quiera negar, tergiversar u ocultar esa circunstancia. Los prejuicios racistas contra un grupo suelen transferirse o ser la base para tenerlos contra otro que se percibe como diferente y por eso el prejuicio antihaitiano fácil y lógicamente se desliza hacia el negro en general. Ha sido así desde la colonia.
Cuando vivía en la Av. Sarasota, Peña Gómez era candidato presidencial. En un supermercado de esa calle, oí una conversación entre dos señoras en que una recriminaba a la otra diciéndole que cómo intentaba votar por ese… que nos representaría en el extranjero. Frente a mi casa pasó una caravana del PLD y algunos vehículos llevaban un muñeco con forma de mono….En el 2006, la embajada de EEUU instruía a sus funcionarios negros no visitar algunos centros de diversión que practicaban la discriminación racial. Esta tomó esa medida, luego de que el guardián de una discoteca le diera un disparo mortal a una joven en medio una discusión entre este y algunos acompañantes de la joven, impedidos de entrar al establecimiento por sus condiciones étnicas. Hoy 18/9/2006.
El racismo no se enfrenta negando su existencia, como tampoco desconociendo las causas que lo exacerban como son, entre otras, los flujos migratorios, sean estos controlados o no. La persistencia de la ideología trujillita en el tratamiento del tema migratorio y de las relaciones con Haití determina acciones en esferas de los gobiernos que recuerdan esa dictadura y que nada tienen que ver con la democracia en que dicen sustentarse, porque “la democracia, a diferencia de los gobiernos autocráticos, se inspira en principios universales, como la libertad, la justicia el respeto al otro, la tolerancia, la no-violencia. El racismo (..) en los casos extremos (es) violento y criminal”, advierte Bobbio recordando el holocausto. A mí, me recuerda el 1937.
Publicado originalmente en Acento