Monarquía
Por Julio C. Malone
El impuesto de sucesión en Inglaterra es del 40%. Si un británico común y corriente, vulgar y silvestre muere y deja una casa que vale £10,000, el estado tomará £4,000 como impuesto a las herencias.
El Rey Carlos III heredó una asquerosa, indecente y alucinante cantidad de dinero, miles de millones de libras esterlinas, pero no pagará impuestos de sucesión. La familia real está exenta de esos tributos mundanos.
A los británicos se los está llevando “siñajuanika”, pero tributan para pagar las renovaciones de los palacios del rey que no tributa, como súbditos absolutos; cada noche oran pidiendo que “Dios Salve al Rey”.
Y millones de personas esperan, formando una fila de más de cinco kilómetros en la ribera del río Támesis. Tardan 14 horas para “ver” el féretro de la difunta reina Isabel II. La monarquía y sus súbditos, tendrán días bastante difíciles.
Fuente Listin Diario