Monseñor Francisco Ozoria revela que fue suspendido por “mala administración” y dice que solo conserva el título de arzobispo
Santo Domingo, 12 de noviembre de 2025. – El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, Monseñor Francisco Ozoria Acosta, confirmó que la Santa Sede lo ha suspendido de sus funciones administrativas dentro de la Arquidiócesis, a raíz de señalamientos vinculados a una supuesta “mala administración” del patrimonio diocesano, así como a cuestiones económicas, financieras y de gestión del clero.
En una carta enviada a sus amigos y allegados, el prelado católico explicó que la decisión fue tomada sin haber recibido una amonestación o advertencia previa, y que se oficializa con la toma de posesión canónica del nuevo Arzobispo Coadjutor, recientemente designado por el Vaticano.
“Según esto, a mí me han dejado solo el título de ‘Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo’. Lo que menos me ha gustado, los títulos”, manifestó Ozoria, quien también señaló que, en consecuencia, mantendrá el cargo de manera titular, pero ha sido privado de la potestad de gobierno eclesiástico.
En la misiva, Monseñor Ozoria detalló que el nuevo arzobispo coadjutor ha sido investido con “facultades especiales exclusivas”, principalmente en lo referente a la administración de los bienes de la diócesis, la gestión económica y financiera, así como la supervisión del clero y del personal vinculado a la arquidiócesis.
A pesar de la decisión, el arzobispo expresó serenidad espiritual y apego a su vocación religiosa. “Me mantengo contento y feliz por el ministerio que he ejercido con amor a la Iglesia durante 47 años como sacerdote y 28 años como obispo”, expresó.
Reafirmando su fidelidad a la institución eclesial, Ozoria declaró: “He servido a la Iglesia en fidelidad y obediencia. Acepto con obediencia la decisión de la Iglesia. Yo me debo a la Iglesia, amo la Iglesia y obedezco a la Iglesia”.
Finalmente, el prelado manifestó tener la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido, especialmente en su misión de enseñar y santificar: “Dios es fiel y conoce mi conciencia. Ahí están los resultados”, concluyó en su emotiva carta, que ha comenzado a circular en círculos eclesiásticos y entre fieles católicos.
Texto de la carta del arzobispo
A todos mis hermanos y amigos, a quienes quiero y me quieren sinceramente.
Con la noble finalidad de garantizar una continuidad del trabajo realizado, iluminado por las líneas pastorales que nos propone la Iglesia en su doctrina: comunión, participación, descentralización, corresponsabilidad y sinodalidad, cuando cumplí 73 años de edad (2 años antes de mi retiro), solicité vía la Nunciatura Apostólica, el nombramiento de un Arzobispo Coadjutor.
-Al cumplir los 74 años la Santa Sede ha nombrado el Arzobispo Coadjutor que solicité.
-Mi sorpresa es que el Arzobispo Coadjutor nombrado tiene «unas facultades
especiales exclusivas para el ámbito de la administración del patrimonio diocesano, para cuestiones económicas-financieras, así como para la gestión del clero y del personal eclesiástico». En consecuencia, el Revdo. Mons. Francisco Ozoria Acosta, aunque mantendrá la titularidad del cargo, «se le suspenderá la potestad del gobierno en los ámbitos mencionados a partir del día de la toma de posesión canónica del cargo por parte del nuevo Arzobispo Coadjutor».
-Según esto, a mí me han dejado sólo el título de «Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo». Lo que menos me ha gustado, los títulos.
-Estoy contento y feliz de mi ministerio sacerdotal ejercido con amor a la Iglesia (47 años de Ordenado Sacerdote, 28 años de Obispo), sirviendo incondicionalmente a Dios y a la Iglesia, en humildad y sencillez. He servido a la Iglesia en fidelidad y obediencia.
-Según las Letras Apostólicas, se me suspende «por mala administración», así hay que entenderlo. Nunca se me amonestó o advirtió.
-En mi oficio de enseñar y santificar, tengo la satisfacción del deber cumplido. Dios es fiel y conoce mi conciencia. Ahí están los resultados.
-A lo largo de estos años de servicio pastoral, he tenido muy presente las palabras de mi querido Padre Monseñor Jesús María de Jesús Moya, cuando le comuniqué del nombramiento de Obispo de la nueva Diócesis de San Pedro de Macorís: «el Obispo debe tener vocación de mártir».
-Recuerdo también las palabras del Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el Cardenal Marc Ouellet, en una visita de cortesía habló de unas acusaciones contra mí. Al terminar me dijo: «Usted tiene muchos enemigos». Han vencido los enemigos.
-Acepto en obediencia la decisión de la Iglesia. Yo me debo a la Iglesia, amo la Iglesia y obedezco a la Iglesia.
Gracias por acompañarme en el ministerio. Gracias por sus oraciones.
En Jesús, Buen Pastor, les bendice
Francisco Ozoria Acosta, arzobispo metropolitano de Santo Domingo. Primado de América.

