Monseñor Ozoria llama a respetar la dignidad de los inmigrantes y resalta el valor de la eucaristía durante Corpus Christi
Santo Domingo, 20 de junio – Durante la celebración de la solemnidad de Corpus Christi, el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, hizo un ferviente llamado a la oración y al respeto por la dignidad de los inmigrantes, tanto en la República Dominicana como en los Estados Unidos.
En su homilía, monseñor Ozoria expresó su profunda preocupación por las difíciles condiciones que enfrentan miles de inmigrantes en ambos países. “Oremos al Señor por los inmigrantes en todo el mundo, por los inmigrantes en los Estados Unidos que están pasando bastantes problemas, y los inmigrantes en nuestro país que también están pasando muchos problemas”, exhortó ante cientos de feligreses reunidos.
El prelado enfatizó que la dignidad humana debe ser reconocida más allá del estatus migratorio, y resaltó el valor que los inmigrantes aportan a las sociedades donde residen. “En todas partes del mundo debe reconocerse la dignidad de los inmigrantes, la dignidad de las personas y sus derechos. También debemos ver lo útiles que pueden ser para una sociedad”, afirmó.
Este mensaje cobra especial relevancia en un contexto donde la política migratoria dominicana, encabezada por el presidente Luis Abinader, ha intensificado las deportaciones, especialmente de inmigrantes haitianos en situación irregular. Simultáneamente, en los Estados Unidos, la administración del expresidente Donald Trump es recordada por sus estrictas medidas contra inmigrantes de distintas nacionalidades.
Monseñor Ozoria también manifestó su inquietud ante la creciente división entre las naciones y la pérdida de valores fundamentales. “Nos preocupa que tantas personas no vivan con la dignidad de hijos de Dios. Nos preocupa la falta de convivencia, de relaciones fraternas entre los pueblos, y la falta de respeto a los derechos de las personas”, concluyó.
La celebración de Corpus Christi, una de las fiestas más significativas del calendario litúrgico católico, se centró además en la reflexión sobre la centralidad de la eucaristía en la vida de la Iglesia. Monseñor Ozoria destacó que este sacramento constituye “la fuente y la cumbre de la vida cristiana”, como lo establece la Constitución sobre la Iglesia Católica en su numeral 11.
Durante su mensaje litúrgico, el arzobispo recordó que la eucaristía no es solo un rito, sino el núcleo espiritual del cristianismo. Se inspiró en la encíclica Ecclesia de Eucharistia del Papa San Juan Pablo II, a la que calificó como “el testamento más bonito y fiel” del pontífice, afirmando que este sacramento “contiene a Cristo mismo, nuestra pascua y pan de vida que da vida a los hombres”.
“La eucaristía edifica la Iglesia y la Iglesia hace la eucaristía”, agregó, resaltando el papel vital del sacramento en la unidad de los creyentes y en la construcción de la comunidad de fe. En palabras de Bernalda Valdez, una participante, “la eucaristía es la presencia real del Señor. Invito a la gente a participar de la presencia del Señor porque sin Dios no somos nada”.
La jornada litúrgica incluyó dos procesiones simultáneas: una desde la avenida George Washington esquina Máximo Gómez, y otra desde el Parque San José, frente al monumento de Montesinos. Ambas fueron encabezadas por monseñor Ozoria y contaron con la participación de niños, adultos y envejecientes, quienes cantaban himnos y elevaban oraciones bajo el intenso sol.
Los asistentes, provenientes de distintas vicarías de Santo Domingo, se resguardaban bajo sombrillas, carpas, o simplemente soportaban las altas temperaturas para conmemorar la solemnidad. “La eucaristía es el cuerpo de Cristo vivo que nace en cada uno de nosotros. Por eso tenemos que entregarnos más al Señor y tener más confianza en Él”, expresó Clatife Domínguez, devota de la comunidad de Manoguayabo.