Muere Mijaíl Gorbachov, el hombre que acabó con la Guerra Fría
Moscú, 30 ago(EFE).- El último dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Mijaíl Gorbachov, que puso fin hace más de treinta años a la Guerra Fría, falleció hoy en Moscú a la edad de 91 años, justo cuando su país ha renovado su antagonismo con Occidente.
«Se ha ido un gran hombre. Un hombre que cambió la vida de su país y del mundo, en general. Un hombre que cambió el mundo para siempre», dijo a Efe Pável Palazhchenko, portavoz e intérprete de Gorbachov.
El Kremlin no tardó en expresar el «profundo» pesar del presidente ruso, Vladímir Putin, por la muerte de Gorbachov, que dirigió la URSS entre marzo de 1985 y su desaparición en diciembre de 1991.
Paradójicamente, la muerte le llegó a pocos meses de que se cumpla el centenario de la fundación de la URSS por Lenin en diciembre de 1922, cinco años después de la Revolución Bolchevique.
LARGA CONVALECENCIA
Ni el Fondo Gorbachov ni sus allegados habían informado públicamente sobre su estado de salud, pero era un secreto a voces que «Gorbi», como era conocido en Occidente, estaba muy desmejorado.
«Por recomendación de los médicos llevaba más de un año ingresado en el hospital. Recientemente, su estado de salud empeoró», comentó Palazhchenko, visiblemente afectado.
Fuentes del Hospital Clínico Central de Moscú, donde murió, negaron que el fallecimiento tuviera relación alguna con el coronavirus, sino con su avanzada edad y las diferentes afecciones que arrastraba.
En sus últimas apariciones públicas hace dos años, la parada militar con ocasión del Día de la Victoria o el estreno en el Teatro de las Naciones de una obra de teatro que rehabilitaba su figura, se le vio siempre en silla de ruedas.
Su hija Irina, su mayor confidente desde la muerte de su esposa, Raísa, le acompañó hasta el último momento, según informó el Fondo Gorbachov.
El antiguo mandatario será enterrado en los próximos días en el cementerio de personajes ilustres de Novodevichie en la capital rusa junto a su inseparable Raísa, que murió de leucemia en 1999.
Allí también yacen los restos de su mayor rival y primer presidente democráticamente elegido de la historia de la Federación Rusa, Boris Yeltsin.
TRAIDOR EN RUSIA
Aún tres décadas después de que anunciara en la Navidad de 1991 el fin de la URSS, Gorbachov seguía siendo una figura muy controvertida en este país pese al Nobel de la Paz que recibió en 1990.
Los comunistas le siguen echando en cara la «traición» de firmar el certificado de defunción del Estado totalitario, algo que algunos historiadores y expertos consideran algo inevitable dados los ánimos secesionistas en muchas repúblicas soviéticas, especialmente Rusia y Ucrania.
Algunos de sus enemigos, que ahora exigen la derogación de la disolución soviética, incluso intentaron llevarle a los tribunales independientemente de que intentara darle «un rostro humano» al socialismo y de que con la Perestroika quisiera reformar las anacrónicas estructuras de gestión de la URSS.
«Es un traidor y no el secretario general. Destruyó el país, fue una traición desde arriba», afirmó hoy el diputado comunista Nikolái Kolomeitsev.
Con todo, esos ataques nunca encontraron eco en el Kremlin, aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, tampoco ahorró en críticas.
«Había que luchar por la integridad territorial de nuestro Estado de manera más insistente, coherente y osada, y no esconder la cabeza bajo la arena, dejando el culo al aire», le echó en cara Putin.
Gorbachov le respondió criticando su monopolio del poder político, la involución democrática, el férreo control de las instituciones y el fraude electoral a manos del partido del Kremlin, Rusia Unida, al que comparó con el Partido Comunista de la Unión Soviética (URSS).
Recientemente, la Justicia lituana admitió a trámite la denuncia presentada contra Gorbachov por la represión por parte del Ejército soviético de las protestas democráticas en enero de 1991 en Vilna, donde murieron 14 personas.
GORBI EN OCCIDENTE
Su imagen en el exterior, especialmente en Occidente, difiere completamente y es que Gorbachov es considerado el mandatario que acabó con la división del mundo al derribar el Telón de Acero.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo sentirse «profundamente apenado» por la muerte de Gorbachov, al que definió como «un hombre único que cambió el curso de la historia».
«Hizo más que cualquier otro individuo por poner un punto final pacífico a la Guerra Fría. El mundo ha perdido un imponente líder global, multilateralista convencido y abogado incansable por la paz», concluyó.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó a su vez el legado de Gorbachov de abrir «el camino a una Europa libre».
También el primer ministro británico, Boris Johnson, expresó sus condolencias y destacó el «coraje» y la «integridad» del último líder de la URSS.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo a su vez de Gorbachov que éste era «un hombre de paz cuyas elecciones abrieron un camino hacia la libertad para los rusos. Su compromiso con la paz en Europa cambió nuestra historia común».
DESARME NUCLEAR Y PAZ EN UCRANIA
Gorbachov se había dedicado en los últimos años a defender su legado, la continuación del desarme nuclear entre las dos gran superpotencias, Rusia y Estados Unidos, al que criticó por seguir persiguiendo tras el fin de la Guerra Fría su hegemonía militar sobre el resto del planeta.
Insistía en que «en una guerra nuclear no puede haber vencedores» a la hora de exhortar al Kremlin y a la Casa Blanca a salvar el último tratado de desarme, el START, que fue renovado in extremis en 2021 y expira en 2026.
Alertó en numerosas ocasiones que la actual carrera armamentista, que incluye el nuevo armamento hipersónico ruso, podría poner al mundo al borde de un punto de no retorno.
Pese a las tensiones con el Kremlin, apoyó la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, lo que le granjeó no pocas críticas en Ucrania y otros países.
En cambio, nada más arrancar la «operación militar especial» en Ucrania, el Fondo Gorbachov publicó una pequeña nota en la que abogaba por un «urgente cese de las acciones militares» y un «inmediato inicio de negociaciones de paz».