Navidad Inclusiva, Humana y Solidaria

Por Luis Fernández

La navidad es una época del año llena de alegría, amor y solidaridad, que aunque se vive de manera distinta es una festividad cristiana, en la que se conmemora el nacimiento del niño Jesús, actualmente es celebrada todos los años en gran parte del mundo como una ocasión de reencuentro y conciliación entre familiares, amigos y relacionados cercanos.

Como festividad Cristiana la navidad es celebrada el 25 de Diciembre y en la iglesia ortodoxa rusa y las iglesias orientales se festeja el 6 y el  7 de enero, más allá de las diferencias todas coinciden en un mensaje común de esperanza y paz, amor al prójimo, solidaridad y servicio, y contenido universal de dignidad humana, esta diversidad y todas estas coincidencias enriquecen la celebración.

Más allá de los ritos y las fechas la navidad recuerda que toda persona merece dignidad, respeto y acogida, en un mundo cada vez más marcado por conflictos y desigualdades, celebrar la navidad desde cualquier tradición es renovar el compromiso con la humanidad, la justicia y la paz, de modo que contribuyamos entre todos a la construcción de un mundo más justo y humano.

La diversidad de festividades de la época, nos presenta una gran enseñanza y es que esta no divide cuando existe un compromiso social común con la dignidad humana, poniendo a la persona en el centro, especialmente los que viven en pobreza, exclusión, desplazamiento o migración forzada, fortaleciendo la solidaridad y trabajando por una paz con justicia social.

Celebrar la Navidad no solo debe ser un tiempo solamente para festejar , más allá de credos y tradiciones, hay que reflexionar profundamente ya que no es posible una celebración autentica, mientras esté presente la exclusión, la desigualdad y la indiferencia, debemos tener siempre presente, que una sociedad se valora por la manera en que trata a sus miembros más vulnerables.

La navidad debe ser un tiempo para renovar nuestro compromiso de vivir con generosidad, humildad, compasión y sencillez no solo en el mes de diciembre, agradecer por la vida, la salud y la familia, recordando siempre que la verdadera riqueza está en el amor y la compañía, no en los regalos, la superficialidad, el consumismo, el egoísmo y la avaricia.

Renovar la esperanza y vivir la navidad como un nuevo comienzo para ser mejores personas, creyendo en uno mismo y en la posibilidad de un futuro más brillante, comprometiéndonos a compartir amor y bondad, ayudando a los más necesitados y enfocándonos en dar no solo en recibir, son aspectos claves para una navidad inclusiva, humana y solidaria.

La solidaridad no puede quedarse en el discurso ni limitarse a gestos ocasionales y simbólicos, esta exige políticas públicas inclusivas, responsables, sostenibles y una práctica permanente, celebrar la navidad es asumir un compromiso colectivo de proteger la vida y trabajar por sociedades más justas y humanas donde nadie quede excluido o discriminado.

La navidad cobra sentido cuando la sociedad transforma sus valores en acciones concretas, justicia frente a los privilegios, inclusión en lugar de indiferencia y humanidad ante el dolor ajeno, esta celebración sigue siendo una oportunidad, para que frente a los duros y difíciles tiempos que estamos viviendo, reafirmemos que ningún ser humano debería quedar al margen de la dignidad y la esperanza.

En su Cuento de Navidad  el maestro Juan Bosch con su gran capacidad de comunicar, nos muestra que la navidad es una oportunidad para redescubrir el mensaje original de Jesús, un llamado a la equidad, la humildad y la solidaridad, en contraposición a la superficialidad, la división social, la falta de hermandad de los pueblos, de solidaridad y la desigualdad de todas las sociedades.

Estas desigualdades son las que abren las brechas entre ricos y pobres, por eso las diferencias económicas imperantes en los países del mundo, donde los niños ricos reciben muchos regalos, pero los niños pobres reciben los menos y en muchos casos ninguno, es por esto que la navidad no puede ser simplemente un acto de consumo, sino que la verdadera navidad es profundamente humana y solidaria.

Propugnar por una navidad inclusiva, humana y solidaria, que mire al ser humano con dignidad y empatía y actuar para construir una sociedad más fraterna, convirtiendo la esperanza en compromiso, la alegría en generosidad y la tradición en práctica de justicia y solidaridad, serian hechos tangibles que harían de la navidad no solo una fecha, sino un tiempo de reencontrarnos con lo humano, renovar valores y fortalecer lazos.

Luis Fernández

 Político, escritor y comunicador

Santo Domingo R.D.

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