No hay acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania tras cordial recepción de Trump a Putin

BASE CONJUNTA ELMENDORF-RICHARDSON, Alaska, EE.UU. 15 agosto. — El presidente estadounidense Donald Trump no logró asegurar un acuerdo con su homólogo ruso Vladímir Putin el viernes para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania, quedándose corto en su maniobra más significativa hasta ahora para detener el derramamiento de sangre, incluso después de desplegar la alfombra roja para el hombre que lo inició.

Se tenía previsto que dieran una conferencia de prensa conjunta al final de sus conversaciones, pero no respondieron preguntas de los periodistas y ofrecieron pocos detalles. Putin dijo que habían alcanzado un “entendimiento” sobre Ucrania, y le advirtió a Europa que no “saboteara el incipiente progreso”. Trump declaró que habían hecho “grandes avances” en su reunión, pero aún había puntos de fricción.

“No hay acuerdo hasta que hay un acuerdo”, manifestó el mandatario estadounidense. Indicó que llamaría al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y a dirigentes europeos para informarles sobre las conversaciones, que duraron unas dos horas.

Trump, quien durante años se ha mostrado reacio a apoyar a Ucrania y ha expresado admiración por Putin, había afirmado confiadamente que pondría fin a la guerra en su primer día de regreso en la Casa Blanca. Siete meses después, tras reprender a Zelenskyy en el Despacho Oval y detener el flujo de parte de la asistencia militar estadounidense a Kiev, Trump no pudo lograr que Putin ordenara siquiera una pausa en los combates, mientras sus fuerzas avanzan en el campo de batalla.

Trump le había ofrecido a Putin tanto estímulos como represalias, amenazando con ordenar sanciones económicas contra Rusia, y a la vez extendiéndole al mandatario ruso una cálida bienvenida en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, en Anchorage. Pero pareció retirarse de la reunión sin ningún resultado concreto para poner fin a la guerra en Ucrania, que ya está en su cuarto año.

El presidente estadounidense quería mostrar sus habilidades para negociar acuerdos, mientras que Putin tenía la oportunidad de intentar negociar un acuerdo que consolidara las ganancias de Rusia, bloqueara el intento de Kiev de integrarse a la OTAN, y a la larga devolviera a Ucrania a la órbita de Moscú.

“Tuvimos una reunión extremadamente productiva, y en muchos puntos se llegó a un acuerdo”, expresó Trump. “Y sólo quedan muy pocos. Algunos no son tan significativos. Uno es probablemente el más significativo, pero tenemos una muy buena oportunidad de lograrlo”.

Y continuó: “No lo logramos”.

Zelenskyy y los dirigentes europeos fueron excluidos de las conversaciones entre Trump y Putin. El presidente ucraniano publicó un video en el que expresó su esperanza de que Estados Unidos presentara una “posición firme”.

Putin le agradece a Trump por su “tono amistoso”

Para Putin, el simple hecho de volver a suelo estadounidense por primera vez en más de una década fue una victoria, luego de que Estados Unidos y gran parte del mundo intentaron aislarlo tras su invasión de Ucrania.

Su reunión con Trump podría detener las sanciones económicas que el presidente estadounidense había prometido aplicar, a menos que Moscú se empeñara más en poner fin a los combates. Ahora simplemente podría derivar en más reuniones, dando a sus fuerzas más tiempo para avanzar en el campo de batalla.

Putin le agradeció a Trump por el tono “amistoso” de su conversación, y dijo que Rusia y Estados Unidos deberían “dar vuelta a la página y volver a la cooperación”.

Elogió a Trump como alguien que “tiene una idea clara de lo que quiere lograr y se preocupa sinceramente por la prosperidad de su país, y al mismo tiempo muestra comprensión de que Rusia tiene sus propios intereses nacionales”.

“Espero que los acuerdos de hoy se conviertan en un punto de referencia no sólo para resolver el problema ucraniano, sino que también marquen el comienzo de la restauración de relaciones pragmáticas y de negocios entre Rusia y Estados Unidos”, manifestó Putin.

A pesar de no alcanzar ningún gran avance, Trump concluyó sus declaraciones agradeciéndole a Putin y diciendo: “Hablaremos contigo muy pronto y probablemente te veamos de nuevo muy pronto”.

Cuando Putin sonrió y propuso que “la próxima vez en Moscú”, Trump respondió que “eso es interesante”, y mencionó que podría enfrentar críticas, pero “creo que es posible que suceda”.

Trump y Putin se saludaron con un cálido apretón de manos, charlando casi como si fueran viejos amigos, y se estrecharon las manos durante un período prolongado de tiempo sobre una alfombra roja desplegada en la base militar. Mientras dialogaban, Putin sonrió y señaló hacia el cielo, donde aviones B-2 y F-22 —aeronaves militares diseñadas para oponerse a Rusia durante la Guerra Fría— sobrevolaban. Luego compartieron la limusina presidencial estadounidense, conocida como “La Bestia”, para un breve trayecto hasta el lugar de su reunión. Putin sonreía ampliamente mientras el vehículo pasaba frente a las cámaras.

Fue el tipo de recepción usualmente reservada para aliados cercanos de Washington, y contrastaba con el derramamiento de sangre y sufrimiento en la guerra que Putin inició en Ucrania. Aunque no del todo sorprendente si se toma en cuenta su larga relación amistosa, tal afabilidad externa antes de horas de reuniones a puerta cerrada probablemente les generó preocupaciones a Zelenskyy y a dirigentes europeos, quienes temen que Trump se concentrara principalmente en promover los intereses de Estados Unidos y no presionara lo suficiente en favor de Ucrania.

No fue una reunión entre ellos dos solos

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo poco antes de que el Air Force One aterrizara en Alaska que la reunión planeada previamente entre Trump y Putin a solas sería una conversación entre equipos de tres, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff. Putin estuvo acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, y el asesor de asuntos exteriores Yuri Ushakov.

El cambio pareció indicar que la Casa Blanca estaba adoptando un enfoque más cauteloso que durante una reunión en Helsinki en 2018, en la que Trump y Putin se reunieron en privado con sus intérpretes, y luego Trump sorprendió al mundo al ponerse del lado del gobernante ruso por encima de los funcionarios estadounidenses de inteligencia con respecto a si Rusia intervino en la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos.

La exclusión de Zelenskyy también fue un duro golpe para la política occidental de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”, y deja abierta la posibilidad de que Trump pueda llegar a un acuerdo que Ucrania no desea.

La guerra continúa

Rusia y Ucrania siguen estando muy alejadas en sus exigencias para alcanzar la paz. Putin se ha resistido desde hace tiempo a cualquier alto el fuego temporal, vinculándolo a un cese en el suministro de armas occidentales y a que Ucrania suspenda sus intentos de movilizar a sus fuerzas, que son condiciones que Kiev y sus aliados occidentales rechazan.

La guerra ha causado grandes pérdidas en ambos bandos y ha drenado recursos. Ucrania ha resistido mucho más tiempo de lo que algunos esperaban en un principio desde la invasión de febrero de 2022, pero está esforzándose por contener al ejército de Rusia —el cual es de mucho mayor tamaño—, lidiando con bombardeos de sus ciudades, y peleando por cada centímetro en la línea de frente de más de 1.000 kilómetros (600 millas) de longitud.

En el punto más cercano entre ambas, Alaska está separada de Rusia por menos de 5 kilómetros (30 millas) y la línea internacional de cambio de fecha.

La Base Conjunta Elmendorf-Richardson fue crucial para contrarrestar a la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Continúa desempeñando un papel hoy en día, ya que aviones de la base aún interceptan aviones rusos que suelen meterse al espacio aéreo estadounidense.AP

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