Núñez Collado es sepultado en el campus de la PUCMM en Santiago

Santiago, 25 Ene- El campus universitario que fuera la residencia de monseñor Agripino Núñez Collado por más de 40 años, también es el lugar donde descansan sus restos, sepultados en un sarcófago en la parroquia La Anunciación, tras recibir honores religiosos, cívicos y militares.

El exrector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra fue definido como el constructor de grandes consensos, que logró la consolidación de la democracia dominicana y mediador por excelencia. El presidente Luis Abinader, quien rindió guardia de honor durante las exequias, el expresidente Leonel Fernández, el arzobispo Freddy Bretón y el arzobispo emérito, Ramón Benito de la Rosa y Carpio, destacaron el papel jugado por Núñez Collado en favor de la educación superior y la paz social.

El rector de la PUCMM, Secilio Espinal, dijo durante las exequias que Núñez Collado entregó su vida por la causa académica y del país. “Podríamos decir, sin lugar a equivocarnos, que fue artífice e instaurador de una cultura de paz y de consenso, y que las soluciones a los problemas y desacuerdos se pueden lograr a través del diálogo y la escucha”, indicó Secilio Espinal.

Elsa Brito de Domínguez, maestra jubilada de la PUCMM, durante las oraciones recordó la pasión que guardaba Núñez Collado por la educación.

Mientras que en la oración de responsorio de la Rosa y Carpio, dijo que se va físicamente Agripino Núñez Collado, pero no su gran obra. Habló de la gran labor desempeñada por Núñez Collado frente a la universidad y los avances logrados durante su gestión. Núñez Collado ocupó la rectoría durante 44 años y además fue su vicerrector desde sus inicios.

Misa de cuerpo presente

Previo al sepelio fue oficiada una misa de cuerpo presente en el salón multiusos dónde fue velado, concelebrada por monseñor Freddy Bretón Martínez, arzobispo Metropolitano de Santiago y gran Canciller de la PUCMM, junto a obispos de diferentes diócesis del país, así como los sacerdotes Secilio Espinal y Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, rector y pasado rector de la universidad, respectivamente. Durante la homilía, Bretón Martínez dijo que en todo el país abundan las expresiones valorando la obra realizada por monseñor Núñez Collado y no faltan las señales de duelo.

“Debemos dar infinitas gracias a Dios por todo lo que le permitió realizar para bien de nuestro pueblo. Considero que no debe perderse la memoria de esta obra. La Iglesia debe ocuparse de preservarla; y el país, mostrando que es capaz de agradecer, también debe hacerlo”, dijo Bretón.

Destacó su labor como mediador, constructor de grandes consensos, llegando su nombre a ser proverbial a la hora de presentarse un conflicto.

“Pero el mediador no estará ya físicamente con nosotros. Ha pasado a la casa del Padre, en donde no lo alcanzan malquerencias ni mezquindades. Sólo le tocan los sufragios que nuestra fe ofrece por él”, puntualizó.

Consideró que el mejor homenaje que se puede ofrecer, es madurar para que, la ciudadanía y especialmente la clase política alcance la estatura suficiente, el nivel de civilidad que permita realizar los procesos personales y sociales de forma civilizada y respetuosa.

Dijo que aspira a que no hagan falta mediadores extraordinarios. Insiste en que quiere ver llegar el día en que el país marche siempre de modo que su accionar no desdiga del sacrificio y de la sangre de los que forjaron la nacionalidad.

“He pensado en el tiempo empleado y los incontables sinsabores experimentados por monseñor Agripino durante tantos largos años”, indicó. Dice que desearíamos ver superado el tiempo de turbulencias que le tocó vivir y padecer a Núñez y que esto sea época superada.

Manuel Estrella destacó los roles de educador y de mediador de Núñez Collado.

Creó la cultura del diálogo

Finalizada la misa, el ingeniero Manuel Estrella habló a nombre de los egresados de la universidad, resaltando la labor pastoral de Núñez Collado, así como sus roles de educador y de mediador y que ante todo tenía una profunda fe religiosa, sin la cual no le hubiese sido posible vencer los obstáculos que tuvo necesariamente que vencer para cumplir su papel sobre la tierra.

Estrella resaltó que Núñez Collado manejó por más de 20 años las dos parroquias universitarias, pero que su misión pastoral no fue la de ser cura párroco, sino la educación y la mediación. “Siendo su gran obra como educador esa universidad, con una misión autoimpuesta de hacer el mejor centro de estudios superiores del país, y lo logró”.

Resaltó el plan social del Crédito Educativo, que permitió que los más pobres pudieran tener acceso a la mejor educación, e informó que Núñez Collado dejó bajo notario su patrimonio a la Fundación Polanco Brito para uso exclusivo del Programa de Crédito Educativo. “De modo que hasta en la muerte seguirá prodigando su aporte a la universidad”.

Estrella expresó que la presencia de Núñez Collado en Santiago ha sido de una bendición para la ciudad y para la región, no solo por crear, con una labor de carpintería diaria, esa universidad, sino porque ha sido el interlocutor válido, a veces único, entre Santiago y las instituciones de toma de decisión que tienen su base en la capital.

“Gracias a gran parte de su gestión, se hizo la Corporación Zona Franca, los juegos Centroamericanos Santiago 86, el Aeropuerto Internacional del Cibao y el Hospital Metropolitano de Santiago, para solo poner algunos ejemplos. Fue un real instrumento de desarrollo para la ciudad, la región y el país”, expresó Estrella.

Asimismo, expresó que en su rol de mediador se le reconoce haber creado la cultura del diálogo. Recordó que desde el emblemático diálogo tripartito en las montañas de Jarabacoa hasta el Consejo Económico y Social, han sido los escenarios donde se han construido los consensos que han permitido, no solo la paz laboral y social que aun disfruta el país, sino también el fortalecimiento de las instituciones.

Presidente Abinader rindió también guardia de honor ante el féretro de Núñez Collado.

Opinión presidencial

En horas de la mañana, el presidente Luis Abinader, quien se hizo acompañar de su esposa, la primera dama Raquel Arbaje y el presidente del Senado y senador por Santiago, Eduardo Estrella, expresó sus condolencias a los familiares.

Abinader resaltó la cercanía entre su familia y Núñez Collado, quien vivía próximo a la casa de sus abuelos maternos y ofició la misa de casamiento de sus padres.

Posteriormente, destacó su contribución al país evitando situaciones de crisis y violencia, buscando siempre el consenso entre todos los sectores sociales.

“Quizás sus grandes aportes no se ven, porque fue lo que él evitó, con el consenso, con la búsqueda de la paz, evitó muchas situaciones de violencia, muchos problemas de la democracia que pudieron convertirse en acciones que en nada convenía al país”, indicó el jefe de Estado.

El pasado domingo, el Poder Ejecutivo emitió el decreto 28-22 que declaró este lunes 24 de enero día de duelo oficial.

En tanto, Leonel Fernández destacó legado dejado por monseñor Agripino Núñez Collado, al que definió como un hombre de fe, de academia y de paz, que contribuyó enormemente al fortalecimiento de la democracia.

Dijo que Núñez Collado representó con dignidad la Iglesia católica y destacó su valor académico al recordar que en España y otras naciones de Europa reconocieron su labor.

Destacó el gran aporte que hizo el rector de la PUCMM a la democracia dominicana, en momentos que las instituciones eran tremendamente frágiles y débiles.

Recordó que sirvió de intermediario con los distintos sectores políticos nacionales con el propósito de fortalecer la institucionalidad democrática y contribuir a la solución de esos conflictos que se suscitaban.

Durante el sepelio, un batallón mixto de las Fuerzas Armadas, comandado por el coronel Paíno Perdomo, subcomandante de la Segunda Brigada de Infantería de Santiago, le realizó los honores militares.

Hermano agradece en nombre de la familia

Juan Núñez Collado, hermano de Agripino, agradeció a quienes se han solidarizado. Dijo que su obra se convierte en un bálsamo de sanación del vacío que deja la separación de un ser querido. “Estamos despidiendo un hombre de origen muy humilde, pero que deja un legado imperecedero, porque asumió todas las tareas que los obispos le encomendaron con sentido de compromiso y con una misión sagrada que había que cumplir con entusiasmo y dedicación total, aunque hubiera que dar la milla extra casi todos los días, semanas, meses y años”. Dijo que estaban despidiendo a un sembrador incansable de la semilla de la educación como la mejor herramienta de unidad social, de combate a la pobreza, ya que la educación y el trabajo productivo ponen a los ciudadanos a caminar en sus propios pies.

Fuente: El Caribe

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