Obispo de San Juan advierte sobre amenaza de bandas haitianas y critica propuestas de regularización masiva

San Juan de la Maguana, 10 junio– El obispo de la diócesis de San Juan, monseñor Tomás Alejo Concepción, advirtió que la República Dominicana enfrentaría una grave amenaza si las bandas violentas que operan en Haití logran cruzar la frontera y generar un clima de convulsión y desestabilización en el país.

A juicio del prelado, el ingreso de estos grupos podría afectar de forma severa los pilares del turismo, la economía y la vida social nacional. “Nadie va a querer invertir aquí si se desata el caos”, expresó.

Monseñor Alejo distinguió entre el pueblo haitiano y su dirigencia, a la que responsabilizó del colapso institucional en el vecino país. “Los haitianos como ciudadanos son buenos, honrados, inteligentes, pero la cabeza que dirige Haití ha sido incapaz de superar las dificultades en más de 60 años”, señaló.

En su análisis, el obispo argumentó que Haití arrastra una herencia tribal que impide su funcionamiento democrático, lo que, según él, explica por qué sistemas autoritarios han sido más eficaces en ese contexto. “Aunque las dictaduras no son buenas, muchos haitianos vivían mejor en tiempos del régimen de los Duvalier”, afirmó.

En un paralelo histórico, también mencionó el caso de Irak bajo Saddam Hussein, sosteniendo que tras la intervención extranjera, ese país perdió estabilidad pese a que se promovió la democracia.

Durante su participación en la LIII Asamblea General Anual y XXXVII de Delegados de la Cooperativa Central, monseñor Alejo criticó duramente a quienes afirman que el país necesita mano de obra extranjera para sectores como la agricultura y la construcción. “Eso es una falacia y una falta de respeto al pueblo dominicano. Aquí hay gente que trabaja. Esta patria la levantamos nosotros”, dijo.

En cuanto al tema migratorio, el obispo defendió el derecho soberano del Estado dominicano a regular las entradas y salidas del territorio nacional. Sin embargo, rechazó las propuestas que buscan regularizar masivamente a un millón o dos millones de inmigrantes haitianos. “¿Dónde van a vivir? ¿Qué pasa con la salud, las escuelas, el agua, la vivienda? Es una carga muy pesada para un país pobre”, advirtió.

El religioso concluyó llamando a un manejo responsable del tema migratorio, priorizando la estabilidad nacional y el respeto a la dignidad de todos los involucrados.

Comentarios
Difundelo