Obispos católicos centran atención en alzas de precios, la corrupción, la violencia y los efectos de la pandemia
Santo Domingo, 21 Ene – Las alzas de precios, la corrupción, la violencia y los efectos de la pandemia del Covid-19 acapararon la atención de los obispos católicos en el marco de la celebración del Día de Nuestra Señora de la Altagracia que como es tradicional congregó autoridades y miles de feligreses en la Basílica de Higuey.
“Hay que tener cuidado con el pueblo”. Esa fue la frase más contundente expresada por el obispo de la Diócesis de Higüey, Monseñor Jesús Castro Mercedes, durante la misa conmemoración por el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, al hacer referencia a los tiempos difíciles que vive el pueblo dominicano con la inflación y el alto costo de la vida.
Ante la presencia de la vicepresidenta de la República y presidenta en funciones, Raquel Peña (que representó al presidente Luis Abinader porque se encontraba en España, en la Feria Internacional de Turismo), el obispo Jesús Castro Marte aseguró que el país está viviendo una situación preocupante que debe ser atendida cuanto antes por las autoridades actuales, haciendo primar el bienestar del pueblo, sobre las leyes del mercado que han producido la inflación.
“Estamos viviendo una situación preocupante por la inflación y el costo de la vida, los precios de los alimentos, la violencia, la corrupción y sobre todo, por la pandemia de la covid-19, que gracias a Dios se ha enfrentado con mucha valentía y eso merece un ramo de Olivo para las autoridades. Muchas familias han perdido muchos seres queridos, a lo que se suman el estrés, la ansiedad, la depresión y la pérdida de sueño ocasionados por problemas de salud”, pronunció el religioso durante la homilía.
Argumentó que las presiones económicas son una preocupación real del pueblo, por lo que apeló a la actuación del Gobierno, no sin antes reconocer los esfuerzos que ha hecho esta gestión en medio de la crisis.
“Debemos reconocer que son muchos los desafíos que tenemos como país, con la carga del día a día sobre los hombros de las familias, de los dominicanos, sobre todo los más pobres, a los que se le vuelve muy pesado el encarecimiento de los productos de primera necesidad y el alza de los combustibles, agregado a esta situación lo del covid-19”, dijo.
“Las leyes del mercado no deben primar cuando se habla de los pobres necesitados que desean alimentación. Es ahí, donde se vale intervenir a través de políticas públicas que den espacio al bienestar de la mayoría”, agregó.
El religioso dijo estar confiado en que la actual administración colocará sus oídos en el corazón del pueblo para escuchar las angustias, preocupaciones, que le atormenta. “Comer y la vivienda, son fundamentales. Hay que tener cuidado el pueblo”, insistió.
Al tocar varios de los temas de la agenda nacional, monseñor Castro Marte también habló sobre el tan debatido y controversial Código Penal y sobre el particular, fue enfático en señalar que con esta pieza legislativa no se puede dejar que el país se convierta en un laboratorio jurídico al permitir que en las discusiones se traten asuntos de leyes naturales como es la vida humana fruto de la concepción.
“Veinte años jugando con un Código Penal, como si fuera un juego de ping-pong que quizás muchos se han hecho especialistas jugando ping-pong con el Código Penal, que se contemplan leyes naturales que no se deben meter en el marco de la discusión.
Leyes naturales, sin ofender a nadie, que botan la propia esencia de la naturaleza, inclusive a la fe, ejemplo de la vida humana hecha de la concepción”, señaló.
Justicia tiene que alcanzar a todos
Durante sus palabras, el obispo abogó, de igual forma, por una justicia más fuerte al referir que la corrupción pública ha desalforjado por generaciones el derecho a la salud, a la educación, a la justicia y a una mejor calidad de vida de los dominicanos.
“Es penoso, es triste. Hay que fortalecer la justicia para que se acabe ese mal histórico. Ese anhelo de justicia del pueblo dominicano ante las actuaciones del Ministerio Público que ha iniciado a recuperar la confianza en el sistema de justicia (…). La lucha contra la corrupción y la impunidad, no debe detenerse, debe alcanzar a los del pasado, a los del presente, a los del pasado y a los del futuro para que el país eche hacia delante”, expresó.
Asimismo, suplicó por una cultura de paz al llamar como la “pandemia de la violencia” la cantidad de hechos que se producen a diario en todas las localidades que, a su entender, dan señales de una sociedad enferma.
“Las manifestaciones de violencia en todos los órdenes, que se registran a diario en diferentes localidades, parecen dar señales de una sociedad enferma. Al respecto, los obispos dominicanos, en la Carta Pastoral de este año, catalogan esta problemática social como “La pandemia de la violencia”, ante el hecho de que, a diario, en algún lugar del planeta, se derrama sangre inocente”, dijo.
En Santiago
En Santiago, monseñor Bretón lamentó que República Dominicana no solo esté luchando contra el Covid-19, sino que existen otras pandemias, como las muertes violentas, sobre todo los feminicidios.
Al oficiar una misa en honor a Nuestra Señora de la Altagracia, a la que asistieron feligreses del Cibao, el prelado señaló que aún no ha sido resuelta la muerte de su hermano, en medio de un atraco hace tres años.
A la misa asistió una concurrencia muy reducida en comparación a años anteriores y no se le pidió la tarjeta de vacunación a los asistentes como se había anunciado.
Asistieron la gobernadora de la provincia, Rosa Santos; el presidente del Senado, Eduardo Estrella; el director de Proindustria, Ulises Rodríguez, y el director de regional de la Policía con asiento en Santiago, Ernesto Rodríguez García, entre otras personalidades.
La eucaristía contó con la presencia de la vicepresidenta Raquel Peña, como parte de los actos que se realizaron en distintos puntos del país en conmemoración a la solemne fecha en honor a la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano. Sacerdotes ayer también rociaron agua bendita a la población desde helicópteros de la Fuerza Aérea Dominicana.
Helicópteros
Una flotilla de helicópteros de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) volaron sobre la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, ubicada en el municipio de Higüey, llevando consigo la imagen de la virgen.