Obispos Dominicanos expresan su júbilo al Papa León XIV y le reiteran su cariño

Santo Domingo, 10 de mayo. La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) manifestó su alegría al Papa León XIV por su elección como nuevo sucesor de Pedro, asegurando que comparten el regocijo junto a todo el pueblo de Dios.

“En comunión con la Iglesia universal, damos gracias al Señor por esta elección, que nos llena de júbilo. Acogemos sus palabras iniciales con esperanza en nuestros corazones, que nos invita a caminar de la mano con Dios y entre nosotros, siendo discípulos de Cristo, como Iglesia unida en búsqueda siempre de la paz y la justicia”, expresó la CED en una carta dirigida a Robert Prevost.

Los obispos dominicanos trasladaron al nuevo pontífice “el cariño y agradecimiento del pueblo dominicano por el regalo que el Señor nos ha hecho en su persona, proveniente de nuestro continente americano”.

En su misiva, los prelados recordaron las visitas que el Sumo Pontífice ha realizado anteriormente a la República Dominicana y le expresaron su disposición permanente para recibirlo nuevamente.

“Continuamos unidos en oración por usted, pidiendo al Espíritu Santo que lo sostenga con sus dones y guíe su ministerio como obispo de Roma y pastor de la Iglesia, para que continuemos caminando en sinodalidad bajo la intercesión de la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de La Altagracia”, añadió la CED.

Robert Francis Prevost, de 69 años y originario de Estados Unidos, fue elegido el pasado jueves como Papa, convirtiéndose en el primer pontífice norteamericano de la historia bajo el nombre de León XIV.

Antes de su elección, se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos y fue arzobispo emérito de Chiclayo, en Perú. Fue ordenado sacerdote en 1982, obtuvo su licenciatura en 1984 y posteriormente fue enviado a la misión de Chulucanas, también en Perú, lo que consolidó su cercanía con América Latina.

Sus primeras palabras al mundo tras ser elegido fueron: “La paz esté con todos ustedes…”. León XIV afirmó que “Dios ama a todo el mundo y que la maldad no prevalecerá”. Añadió: “Todos estamos en las manos de Dios, por lo tanto sin temor, unidos, mano a mano, seguimos adelante. Somos los discípulos de Cristo. El mundo necesita su luz, la humanidad lo necesita como ese puente que nos lleva a Dios”.

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