Observaciones a los corredores
Heddel Cordero
La población celebra todo lo que las autoridades de tránsito del país han realizado para implementar los corredores de las avenidas Núñez de Cáceres y Winston Churchill.
Y presumo que también aplaudirá las que en el futuro se implementen.
Todos celebramos el fin de los destartalados carros de concho y guaguitas voladoras que tanto caos Y desorden producían en esas vías.
Los peatones tienen derecho a llegar temprano, seguros y limpios a sus puestos de trabajo y eso lo garantizan las nuevas modalidades de transporte colectivo que se han implementado.
El país avanza. Se organiza el tránsito y todos aplaudimos el esfuerzo oficial realizado en las vías citadas.
Anhelamos que el plan llegue hasta otras avenidas transversales de la ciudad en su orientación norte / sur y viceversa.
De estas obras nos beneficiamos todos.
No obstante, tengo una inquietud que posiblemente el gobierno no ha contemplado y que entraña riesgos. ¿ Qué pasará en el futuro con estos corredores cuando sus gerentes tengan desacuerdos con el gobierno y paralicen sus operaciones para presionarlo amparados en el carácter de exclusividad de esas rutas ? ¿De qué manera podrá el gobierno garantizar transporte a la población cuando eso ocurra y no haya unidades alternas que suplan esas ausencias repentinas como las que a veces se producen en la Av. 27 de Febrero?
Lo aconsejable y democrático sería, que esos corredores sean compartidos y que también el sector privado participe parcialmente en los mismos.
De esa manera se cubre con futuros chantajes sindicales y de paso le da oportunidad al sector privado para que también haga sus aportes y participe del pastel.
Los transportistas privados han demostrado ser eficientes y tienen la experiencia (también le llaman know how) para servir con autobuses bien cuidados, choferes experimentados, puntualidad y demás exigencias operativas que garanticen un servicio ininterrumpido y no supeditado a la conveniencia y oportunismo de grupos.
Históricamente los sindicatos han sido entidades fallidas en términos operativos. También lo han sido en términos organizativos. No le dan garantía al estado de que puede contar con ellos por mucho tiempo.
Sus intereses están por encima del interés colectivo y esa política de ocasión no la puede sostener el gobierno si quiere tener tranquilidad y sosiego.
Nos parece bien que participen los sindicatos, pero no de manera exclusiva. De hecho, las largas filas que se originan en las paradas en horas pico, demuestran que no son suficientes para la cantidad de pasajeros que demanda el servicio en esos horarios