Ómicron no ha sido programada por la OMS ni se ha adelantado su lanzamiento
Madrid, 1 dic (EFE).- La propagación de la variante ómicron del SARS-CoV-2 no responde a un plan de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones internacionales, ni su lanzamiento ha sido adelantado seis meses, como señalan publicaciones difundidas en las redes sociales.
Mensajes viralizados en Facebook, Instagram o Twitter muestran una fotografía que capta la imagen parcial de una tabla en la que se puede ver una columna de variantes junto a otra que reza «lanzamiento» y que incluye diferentes fechas, desde junio de 2021 hasta febrero de 2023.
Destacadas en rojo aparece las variantes ómicron, recientemente detectada, y pi, todavía de carácter hipotético, con los meses de mayo y junio de 2022, respectivamente.
Junto a la tabla se pueden ver los nombres y logotipos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins, el Foro Económico Mundial y la OMS.
Algunos de los mensajes que acompañan esta foto destacan en tono irónico que ese «lanzamiento» se ha adelantado seis meses.
Una imagen muy parecida, con la tabla completa y los nombres de la Fundación Bill y Melinda Gates y el programa de la Agenda 2030 añadidos a los de las instituciones citadas, ya fue difundida durante el verano bajo un epígrafe que identificaba el cuadro como un «cronograma de cepas».
HECHOS: La variante ómicron, también identificada como B.1.1.529, fue notificada por Sudáfrica y calificada como «preocupante» por la OMS este mes de noviembre, dentro de la evolución habitual de un virus, sin que exista ningún indicio que permita afirmar que estas alteraciones responden a un plan, una afirmación que ya fue desmentida por EFE Verifica en agosto.
El primer caso confirmado de la variante B.1.1.529 fue detectado en una muestra tomada el 9 de noviembre y notificado por Sudáfrica a la OMS el día 24, tal y como informa esta institución en su web.
Dos días más tarde, el 26 de noviembre, el Grupo Consultivo Técnico sobre la Evolución del SARS-CoV-2 de la OMS declaró dicha variante como «preocupante» y la bautizó como «ómicron», letra del alfabeto griego.
LOS VIRUS MUTAN
Como sostienen reiteradamente los expertos, es normal que los virus muten, por lo que la aparición de diferentes variantes del coronavirus era una consecuencia esperable.
La propia OMS explica en su web: «Todos los virus cambian con el paso del tiempo, y también lo hace el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19».
La Organización Mundial de la Salud recuerda que la mayoría de esos cambios tienen escasos efectos pero que otros pueden influir en la facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad o la eficacia de las vacunas.
En su seguimiento del SARS-CoV-2, este organismo de la ONU tiene actualmente identificadas cinco variantes preocupantes (VOC, por sus siglas en inglés).
Son la alfa, con primeras muestras documentadas en el Reino Unido en septiembre de 2020; beta, Sudáfrica, mayo de 2020; gamma, Brasil, noviembre de 2020; Delta, India, octubre de 2020, y ómicron, detectada en varios países en este mes de noviembre.
Esos datos no están recogidos ni en la imagen difundida en los últimos días, ni en la viralizada en verano.
UNA MERA LISTA DE LETRAS GRIEGAS
De hecho, la tabla no es otra cosa que una reproducción del alfabeto griego a partir de la letra delta, junto a una relación de fechas sucesivas que no se corresponde con la evolución del virus.
Ese cuadro, por tanto, no tiene ningún rigor, como ya quedó patente en el desmentido que EFE Verifica publicó en agosto sobre los mensajes engañosos que circularon en verano sobre la existencia de un «cronograma de cepas».
En esa información ya se explicaba que fuentes de la Organización Mundial de la Salud habían declarado a EFE que «el documento sobre un supuesto calendario de nuevas variantes es falso» y que en ningún caso había sido elaborado por la OMS.
Otros verificadores internacionales de Europa, Latinoamérica y Asia han refutado el mismo tipo de publicaciones falsas.
El rechazo expreso de la OMS coincide con la ausencia de pruebas que documenten la vinculación de las entidades citadas con el calendario.
En definitiva, la falta de relación de la tabla difundida con la realidad del virus, la carencia de pruebas que asocien su contenido con las instituciones citadas y el desmentido explícito de la OMS indican que son engañosos los mensajes que señalan que la propagación de la variante ómicron responde a un plan.