Oriente Medio, a la espera del próximo movimiento de Estados Unidos
Bagdad/El Cairo, 4 febrero – Oriente Medio espera el siguiente movimiento de Estados Unidos tras sus bombardeos contra posiciones de milicias proiraníes en Siria, Irak y Yemen, y aguarda las repercusiones que tendrá en la región más allá de la amenaza de una escalada bélica en el contexto de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamas en la Franja de Gaza.
Varios analistas insistieron a EFE sobre estas “graves repercusiones” que afectarán a Irak y al resto de Oriente Medio, a las relaciones entre EE.UU. y el Gobierno de Bagdad, y de éste con las milicias chiíes locales que forman parte de la llamada Multitud Popular.
No pasarán desapercibidos
Un total de 45 personas murieron por los bombardeos estadounidenses del pasado viernes contra objetivos vinculados a la Guardia Revolucionaria iraní en el este de Siria y el oeste Irak, en represalia por el ataque de las milicias proiraníes que dejaron a tres de sus soldados muertos la pasada semana en Jordania.
“Sin duda, esos ataques (de EE.UU) no pasarán desapercibidos y dejarán efectos claros en la situación en Irak y en la región, especialmente desde que la administración estadounidense anunciara que son sólo el comienzo de su respuesta a las facciones armadas que atacan sus bases”, dijo a EFE Sabah Abdelhadi, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Al Nahrain, de Bagdad.
Subrayó que “a nivel interno ensombrecerán la relación entre el Gobierno y las facciones armadas, ya que avergonzaron enormemente al Gobierno y lo pusieron en una posición poco envidiable a la luz de su compromiso de proteger a los asesores” militares extranjeros de la coalición internacional contra la organización terrorista Estado Islámico (EI).
Esa coalición, encabezada por EE.UU., participó en la guerra contra EI, un conflicto en el que también las milicias chiíes de la Multitud Popular (asesoradas por Irán) tuvieron un papel fundamental en la derrota territorial del grupo terrorista en Irak.
Tras esa derrota del EI, los militares estadounidenses se quedaron en las bases en el país árabe para servir de asesores para la formación de las fuerzas de seguridad iraquíes, mientras que las milicias de la Multitud Popular se incorporaron al Ejército del país árabe, y desde entonces piden la salida de “las fuerzas extranjeras” del territorio.
El Gobierno iraquí, si bien se ha comprometido a proteger a las fuerzas de la coalición frente al disparo de misiles y drones de las milicias, ha considerado los ataques de EE.UU. contra supuestas posiciones de la Multitud como “agresión” contra las fuerzas y la soberanía iraquíes.
Al tiempo, cada vez pide con más vehemencia la salida de estos “asesores” del país.
“Los ataques (del viernes) ponen a prueba las relaciones entre ambas partes y pueden llevar a un deterioro significativo y afectar así el curso de las negociaciones que Bagdad inició con EE.UU. para organizar la presencia de sus fuerzas en Irak y reducir el número de asesores”, dijo Abdelhadi.
Advirtió también que “la reciente escalada estadounidense empujará hacia la expansión del conflicto en la región, ya que las facciones armadas están en Irak, Siria y Yemen, y tienen vínculos directos con Irán”.
Mensaje claro
En su opinión, “existen indicios de que (esas milicias) están librando una guerra por poderes en nombre de Teherán, que las está explotando en su conflicto con EE.UU.”.
En este sentido se expresó también el profesor de Ciencias de la Información de la Universidad Iraquí de Bagdad, Hamid al Azzi, quien dijo a EFE que “lo que está sucediendo hoy en términos de operaciones de bombardeo mutuo entre las facciones armadas iraquíes vinculadas a Irán y las fuerzas estadounidenses, es en realidad un conflicto iraní-estadounidense fuera de las fronteras de ambos países”.
A su juicio, la oleada de bombardeos del viernes “contiene un mensaje claro a Irán de que Washington no seguirá ignorando el papel desempeñado por los brazos de Teherán en la región”.
“Irán ejerce el control sobre esas facciones armadas y sus movimientos en Irak, Siria, Yemen y Líbano, y es el único (país) capaz de controlarlas y dirigirlas de una manera que sirva a sus intereses”, enfatizó.
No obstante, consideró que el actual conflicto “se limitará a un intercambio de bombardeos, ya que ni Teherán ni Washington quieren entrar en una guerra directa o ampliar el círculo del conflicto en la región”.
Si bien Al Azzi confió en que los últimos ataques estadounidenses elevarán las voces en Irak favorables a la retirada de sus fuerzas del país árabe, consideró que esa retirada será complicada.
“Otros socios (del Gobierno iraquí) como los kurdos (del norte) y los suníes (minoritarios en Irak) no ocultan su inquietud por la posible retirada de esas tropas, que permitiría a las facciones (chiíes) tomar las riendas en Irak por completo”, dijo Azzi.
Otro factor, “que complica la situación” es que “Washington considera su presencia en Irak y la región como parte de su seguridad nacional que no puede abandonar fácilmente”, agregó el analista.
En ese contexto, este sábado Washington y el Reino Unido lanzaron su tercera operación a gran escala contra 13 zonas controladas en Yemen por los rebeldes hutíes, también aliados de Irán, en represalia por sus ataques contra la navegación en el mar Rojo, por donde navega alrededor del 15 % del comercio marítimo mundial.
EFE