Pastor Edwin: entre el descrédito, la difamación y la espera de justicia divina

Lina Paulino

Periodista y psicóloga clínica.

El uso indiscriminado de las redes sociales, en manos criminales, ignorantes, y con nada de sentido común, donde lo único que importa son los view, está acabando con la vida moral y hasta física de muchas personas que no soportan la presión social.

El caso más reciente, y que tratándose de un religioso, el morbo aumenta más, se refiere al pastor Edwin Rivera, un joven predicador quien está envuelto en una acción indebida y delictiva, quizás  a juzgar por las normas del departamento Anti ruidos, y digo eso, porque quienes se encontraban allí eran personas adultas  y responsables de sus actos y preferencias sexuales, ósea no fue por Gay que los apresaron, sino por la clandestinidad del evento.

Se dice que la policía, se encargó de hacer público, el detalle de que dentro del grupo en la fiesta Gay, se encontraba un pastor evangélico, sin previa depuración, investigación y mucho menos sin respetar la presunción de inocencia.

No obstante, del otro lado de la campana y mientras se averigua el caso, hay una familia totalmente destruida y una sociedad religiosa indiscutiblemente afectada, que sólo permanece en oración para que todo sea aclarado y la Justica divina se manifieste.

Algunas informaciones dan cuenta que el pastor Edwin, hacia Uber de noche, como una forma de aumentar sus ingresos, debido a  problemas económicos y refiere que el religioso, esperaba afuera del lugar a un cliente.

Sin embargo, su concilio pastoral lo suspendió de forma temporal, hasta tanto el caso sea debidamente investigado.

En tal sentido, me gustaría concluir este desahogo personal por la relación de amistad que me une al pastor Edwin y su familia, inferir en que de ser una difamación y es lo que prefiero creer, los culpables respondan ante la justicia.

Es en ese sentido, y para no ser juzgada de tener una posición parcializada,  y para actuar contrario  a como lo hicieron  sus detractores,  quienes sólo vieron la oportunidad de viralizar una posible falsa información, prefiero abogar por el esclarecimiento del caso, y que de ser mentira, la moral del Joven pastor sea limpiada, aunque su vida ya no será como antes, y de ser cierto, otorgarle la oportunidad del perdón divino, al tiempo de exhortar al pueblo cristiano a  orar por  quienes están en eminencia como dice las escrituras.

Sin embargo, en su defensa, Edwin a quien conozco desde niño, nunca mostró señales de tal condición,  y por el contrario  desde pequeño estuvo vinculado con la iglesia, y soy testigo de su trabajo ministerial. Construyó una familia tanto sanguínea como espiritual que lo mínimo que merece es una explicación que traiga, paz, consuelo o resignación a cada una de las partes.

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