Pausa para evitar fatiga

Carmen Imbert Brugal

La sensación es de vértigo. La velocidad impide el sosiego y de ese modo nada permanece, ni la ira. Denuncias, proyectos, justificaciones se suceden sin respiro, como si se tratara de una estrategia para acatar sin reflexión cualquier decisión oficial.

Intensa ha sido la jornada en las Cámaras, el propósito fue evitar la conclusión de la primera legislatura del año 2025 sin complacer los designios presidenciales.

El primer poder del estado, ese Congreso en sintonía con el poder ejecutivo, intentó vencer el desgano y en una semana las horas extras pretendieron compensar la abulia consubstancial al órgano.

El esmero no logró el objetivo a pesar del empeño, de las visitas, las sugerencias, de los mensajes cifrados y los descifrados y entonces advino el decreto anunciado: legislatura extraordinaria para conocer “los proyectos de ley pendientes, así como cualquier otra iniciativa que someta el presidente de la República, o que sea introducida por el Congreso Nacional o por cualquier otro órgano constitucional con facultad legislativa”.

El plazo fatal que concluía el 26 de julio ahora se extiende hasta el 5 de agosto. Espacio suficiente para concertar, borrar, agregar.

Disminuirán los titulares con el relato del afán legislativo y los otros pendientes quizás asomen. Son tantos que la arenga resulta insuficiente cuando la agenda desborda la capacidad de intelección. Cada día, el entusiasmo que despierta un nuevo aviso posterga y encamina el anterior hacia el olvido. Sin hacer el inventario desde el año 2020 basta con los recientes acontecimientos. Pésimo fue el manejo comunicacional antes de la presentación del proyecto para la “Solución Vial y Ambiental de la Avenida República de Colombia». Optaron por atribuir a la maledicencia colectiva las demandas para la preservación del Jardín Botánico.

Aunque resonara aquella declaración del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales con el 0.01 % de afectación, el intento fue demeritar las quejas y encomiar la magnificencia del proyecto.

Y mientras la pantalla gigante mostraba, entre el esplendor del Jardín, la pertinencia del proyecto, los troncos de los árboles derribados en el terreno del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte fenecían sin dolientes y con el descaro de un ministro que se atrevió a decir que se enteró por los medios de comunicación del derribo. Tala autorizada por ministros envalentonados, gracias al favor presidencial y convencidos de su óptimo desempeño.

Quedan para antología y archivo las revelaciones del director de Bienes Nacionales. El funcionario afirmó que el Estado perdió 2 millones de tareas en el período 2000-2020. La revelación produjo la reacción del expresidente Hipólito Mejía. Enfadado, reclamó pruebas que lo involucren a él o a su familia en los hechos y la callada ha sido la respuesta.

Y con la atención dirigida a la convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura, sorprende el Concurso República de Ideas. Las prioridades oficiales cambian a cada instante. La urgencia está en la competencia de propuestas y apuestas, no hay recodo para evaluar resultados, para constatar cuál de los múltiples anuncios ha coqueteado con la realización. Es necesaria una pausa, casi imprescindible, para evitar el agotamiento, la fatiga.

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