Pensilvania,Michigan y Wisconsin, los estados “bisagras” más cerrados que pueden inclinar la balanza en elecciones en EEUU
Por Juan David Mosos
Redacción América, 2 Nov.- En 2016 el republicano Donald Trump dio la sorpresa en Pensilvania al ganar en este estado “péndulo” o “bisagra” a su rival de entonces, Hillary Clinton, donde los demócratas llevaban seis comicios seguidos triunfando ,y ahora espera repetir esa historia ante Kamala Harris.
No le resultará fácil, porque en 2020 volvió el predominio demócrata, con la victoria de Joe Biden gracias a una ventaja de 82.166 votos sobre el expresidente Trump en este estado que forma parte del llamado ‘muro azul’, junto a Míchigan y Wisconsin, donde el voto obrero es clave para el partido de la vicepresidenta Harris.
Como uno de los siete estados “bisagra”, Pensilvania no muestra una intención de voto definitiva por ninguno de los candidatos, lo cual puede inclinar la balanza a favor de Trump o Harris en una elección con márgenes minúsculos.
Pensilvania, con unos trece millones de habitantes, de los cuales casi diez millones están habilitados para votar, asignará diecinueve de los 538 votos del Colegio Electoral, lo que representa un 3,5 % de los sufragios necesarios para conquistar la Presidencia de EE.UU.
Recuperar la senda
Si bien la ventaja conseguida por Biden cuatro años atrás no fue muy grande en este estado, resultó casi el doble de la que logró Trump en 2016, cuando los 44.284 votos que le sacó a Clinton constituyeron el menor margen de un ganador de las últimas cinco elecciones.
Ahora en 2024 esa brecha podría ser menor, según muestran los sondeos, que exponen una ventaja ínfima de 0,4 % de Trump sobre Harris, de acuerdo con la media que calcula la web FiveThirtyEight.
Más amplia es la diferencia en la recaudación de donaciones individuales, donde la candidata demócrata se ubica a la cabeza, con 24,2 millones de dólares frente a los 9,1 millones de Trump, según el reporte de la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por su sigla en inglés).
Conscientes de lo abierta que está la campaña en Pensilvania, tanto Trump como Harris han echado mano de todos los recursos para conquistar a los votantes, entre los cuales el 6 % son latinos y el 11 % son afroamericanos.
El peso del voto de los trabajadores
Precisamente el presidente estadounidense es una de las figuras más notables que ha impulsado a Harris en Pensilvania, donde Biden ha intentado mostrar a Trump como enemigo de la clase trabajadora y dijo que si vuelve a la Casa Blanca, favorecerá a las grandes empresas y obstaculizará la labor de los sindicatos.
Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney y detractora de Trump dentro del Partido Republicano, también se ha sumado a los esfuerzos de la vicepresidenta por cautivar el voto moderado y la ha acompañado en diversos eventos en ese estado.
Trump ha respondido a estos esfuerzos con la que quizás sea una de las postales más curiosas de la campaña: el republicano se puso un delantal y repartió patatas fritas en un local de McDonald’s ubicado a las afueras de Filadelfia, desde donde acusó a Harris de inventar que de joven trabajó para esta cadena de hamburguesas.
Por otro lado, habrá que ver si en las urnas se traduce el rechazo que ha causado entre la comunidad puertorriqueña de Pensilvania, que alcanza los 470.000 -la mayor entre los estados “bisagra”-, el comentario de un comediante en un mitin de Trump, en el que calificó a Puerto Rico como “una isla flotante de basura en medio del océano”.
Míchigan, el estado “bisagra” en el que la guerra en Gaza irrumpe con fuerza
Por Juan David Mosos
Redacción América, 2 Nov.- Míchigan ha sido trascendental en las victorias de los candidatos presidenciales demócratas en los últimos 32 años y la vicepresidenta Kamala Harris lo sabe, pero también es consciente de que fue uno de los estados que inclinó la balanza a favor de Donald Trump en 2016 y lo llevó a la Casa Blanca.
Cuatro años atrás, gracias a una ventaja de 154.181 votos Joe Biden recuperó para Míchigan la condición de miembro del ‘muro azul’, un conjunto de tres estados a los que se suman Pensilvania y Wisconsin, donde el voto obrero es clave para el Partido Demócrata.
No es un detalle menor, teniendo en cuenta que Míchigan también forma parte de los siete estados “péndulo” o “bisagra”, que reciben ese nombre porque no muestran una inclinación definitiva por ninguno de los candidatos en una igualada elección.
Con una población que ronda los diez millones de personas, 7,6 millones de las cuales están habilitadas para votar, Míchigan asignará 15 de los 538 votos del Colegio Electoral, lo que representa un 2,7 % de los sufragios necesarios para decidir quién tomará las riendas del país.
Una lucha cabeza a cabeza
La victoria de Trump en 2016 sobre la exsecretaria de Estado Hillary Clinton ha sido la más estrecha en este estado en las últimas décadas, con un 0,2 % de diferencia (10.704 votos). En 2024 la brecha puede ser similar.
¿A favor de qué candidato se registraría el margen? Los sondeos indican que Harris llega a la elección del 5 de noviembre con una ligera ventaja de 1,1 % sobre Trump, según la media que calcula la web FiveThirtyEight.
En cambio, la ventaja aumenta cuando se trata del dinero recaudado a través de donaciones individuales, rubro por el que la demócrata ha ingresado 14,3 millones de dólares a su campaña, frente a los 6,9 del republicano, de acuerdo con el reporte de la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por su sigla en inglés).
Cualquier error estadístico puede hacer que el resultado definitivo se distancie de lo que muestran las encuestas y los candidatos lo entienden, por lo cual han planteado en Míchigan una agenda que incluye la tensión en Oriente Medio o los derechos reproductivos.
La guerra en Gaza entra en escena
La candidata demócrata enfrenta un gran reto en este estado con una amplia población árabe muy descontenta por la guerra de Gaza y en el que ha tenido que reconocer que se trata de “una tragedia” donde hay una gran “cantidad de palestinos inocentes que han sido asesinados”.
Como lo ha hecho en Pensilvania y Wisconsin, la líder republicana Liz Cheney, detractora de Trump dentro de su partido, ha acompañado a Harris en Míchigan, donde la presencia de la ex primera dama Michelle Obama también se ha sentido.
La vicepresidenta ha aprovechado el respaldo de Obama para señalar, en un intento por cautivar el voto femenino, la influencia del republicano en la derogación de la sentencia Roe vs. Wade que protegía el aborto a nivel nacional.
Trump también ha cedido terreno, pues en un mitin en Detroit, la ciudad más poblada de Míchigan, declaró que esa urbe convertía a Estados Unidos “en una nación en vías de desarrollo”, en alusión a la desindustrialización causada por el cierre de fábricas automotrices.
Wisconsin, de cuna republicana a estado “bisagra” vital para Harris y Trump
Por Juan David Mosos |
Redacción América, 2 Nov.- El estado de Wisconsin, cuna del Partido Republicano, podría tener las llaves de la Casa Blanca en las elecciones del próximo día 5, razón por la cual los candidatos Kamala Harris y Donald Trump han intensificado sus esfuerzos por atraer a un electorado que se ha mostrado indeciso.
Si bien la ciudad de Ripon vio nacer a la formación política del expresidente Trump en 1854, a Wisconsin se le considera como parte fundamental del llamado ‘muro azul’, junto a Míchigan y Pensilvania, donde el voto obrero es clave para el partido de la vicepresidenta Harris.
Durante las últimas cuatro elecciones, quien ha ganado en Wisconsin, que no muestra una intención de voto definitiva por ninguno de los candidatos y por ello se le conoce como un estado “péndulo” o “bisagra”, ha conquistado la Presidencia de EE.UU., incluyendo a Trump en 2016.
Con una población cercana a los 5,9 millones de personas, de las cuales más de 4,5 millones están habilitadas para votar, Wisconsin asignará diez de los 538 votos del Colegio Electoral, lo que representa un 1,8 % de los sufragios con los que se elige al presidente del país.
Cortas ventajas que pueden repetirse
El estrecho margen de 11.384 votos (0,3 % de diferencia) con el que John Kerry se impuso en este estado a George W. Bush en 2004 es una referencia para lo que puede suceder en los actuales comicios.
La ventaja con la que cuenta la candidata demócrata en Wisconsin, según los sondeos, es de apenas 0,7 % sobre el republicano, revela el último cálculo de la media que hace la web FiveThirtyEight.
Como el margen de la victoria de Biden cuatro años atrás fue de apenas 20.682 votos sobre Trump (menos de 1 % de diferencia), los candidatos saben de la importancia de Wisconsin y por ello lo han visitado en dos ocasiones en la semana previa a las elecciones.
La agenda económica de los candidatos puede ser determinante en este estado de tradición obrera, con un salario mínimo promedio de 7,25 dólares la hora que ha sentido el impacto de la inflación. La propuesta de un aumento hasta los quince dólares cuenta con el respaldo de Harris y la evasiva de Trump.
La inmigración, protagonista en Wisconsin
El expresidente estadounidense ha dado mayor protagonismo en sus apariciones en Wisconsin a la inmigración ilegal y desde allí ha insistido que hará “la mayor deportación hecha en el país” si llega a la Casa Blanca.
Ante la postura radical del republicano frente a los indocumentados, el mismo Barack Obama le respondió en un mitin en el estado, donde dijo dirigiéndose a los asistentes que “si cuestionas los planes Trump recurrirá a una única respuesta: culpar a los inmigrantes”.
Al tiempo, la estrategia de Harris se ha centrado en atraer el apoyo de republicanos moderados, para lo cual ha contado con el apoyo de la detractora de Trump Liz Cheney y el respaldo de figuras conservadoras como el senador Robert Cowles o el alcalde de Waukesha, Shawn Reilly. EFE