Periodismo, Quevedo y OnlyFans
Pablo McKinney
Son los malos tiempos, que el triunfo de Trump confirman. El periodismo global camina en su laberinto acosado por una nueva realidad donde por primera vez se ha mostrado prescindible para alcanzar el poder, algo impensable, por lo menos en Estados Unidos.
El asunto se agravó a inicios de siglo con la irrupción de una sociedad digital que horizontalizó democratizando la información, pero venía de lejos. Durante demasiados años el periodismo global descuidó la verdad, y a los “comunistas” que dirigían el gobierno de Bosch, a su “comunismo” que sirvió como justificación internacional para derrocarlo o a aquellas “armas de destrucción masiva” de Sadam Hussein, que justificaron un genocidio en Irak, me remito.
Una democracia donde la verdad ha dejado de ser importante está en peligro. Pero resulta que buscar la verdad para contarla al ciudadano fue siempre la función primera del periodismo.
Así hemos llegado a un periodismo o comunicación social en apuros, que a nivel global transita entre OnlyFans y un aforismo de Quevedo, y ya me explico. Hace unos días, la prensa global, las redes sociales y las plataformas digitales informaron al mundo que una joven, que través de su cuenta de OnlyFans ofrece servicios sexuales, (pero no presenciales sino de manera audiovisual para voyeristas necesitados y brecheros en apuros), “debió ser hospitalizada después de haberse acostado con 583 hombres en seis horas”.
En esa noticia, a la joven se le describe como una triunfadora chica super star, pero no por su baile, su canto o su bien decir, sino por sus dones para el santo fornicio y sus paraísos nada artificiales.
Como las noticias de este tipo, -con este tratamiento nada educativo sino morboso- aumentan las audiencias, los medios globales -casi todos- cedieron a la tentación de publicarla normalizando así una actividad u oficio que hasta hace poco era reconocida como la profesión más antigua del mundo.
En la crónica se informaba que “después de la hazaña, la chica terminó hospitalizada por complicaciones de salud”, y lo hacían como si informaran que Mohamed Alí fue hospitalizado después de recuperar la corona de campeón mundial de boxeo.
Los ciudadanos eligen a quién seguir, a quién votar, qué leer… y tras ellos, por sobrevivir van los medios de comunicación globales, olvidando el viejo consejo del genio de Francisco de Quevedo, donde advierte que quien pierde la credibilidad por el negocio, tarde o temprano perderá ambas cosas.
Listín Diario