Pese a recomendación de EE. UU., infectólogos y pediatras dominicanos reafirman vacunación universal contra hepatitis B al nacer
Santo Domingo, 8 de diciembre de 2025.– Las principales sociedades médicas de la República Dominicana han dejado clara su postura frente a un controversial cambio de política sanitaria en Estados Unidos.
La Sociedad Dominicana de Infectología (SDI) y la Sociedad Dominicana de Pediatría (SDP) han reafirmado con firmeza la necesidad de mantener la vacunación universal contra la hepatitis B en recién nacidos, a pesar de la nueva recomendación del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que propone eliminar dicha práctica de manera generalizada.
El 5 de diciembre, el ACIP votó a favor de una medida que limitaría la aplicación de la vacuna al nacimiento únicamente a los bebés cuyas madres tengan hepatitis B activa (HBsAg positivas) o cuyo estatus serológico sea desconocido.
Para los hijos de madres HBsAg negativas, la decisión quedaría sujeta a evaluación individual, permitiendo incluso retrasar la inmunización hasta los dos meses de edad o más.
Esta modificación ha generado amplias críticas por parte de la comunidad médica internacional, incluyendo organismos y asociaciones científicas de América Latina, que temen un retroceso en los avances logrados en la lucha contra esta enfermedad.
En respuesta, tanto la SDI como la SDP, en alineación con el Ministerio de Salud Pública dominicano, han emitido una declaración conjunta en la que califican la decisión estadounidense como “no sustentada en la mejor evidencia científica disponible” y subrayan que dicha recomendación no será adoptada en el país.
La vacuna al nacimiento, una protección crítica
Ambas entidades médicas ratifican que la dosis monovalente contra la hepatitis B debe aplicarse a todos los recién nacidos dominicanos dentro de las primeras 24 horas de vida, junto con la vacuna BCG, como parte del esquema nacional de vacunación.
Argumentan que la inmunización temprana ha demostrado reducir hasta en un 99 % los casos de infección en niños en países que implementaron esta política, y que su impacto va mucho más allá de la infancia, al prevenir enfermedades crónicas como la cirrosis y el cáncer hepático.
«La hepatitis B es altamente transmisible en el período perinatal. Cuando la infección ocurre en los primeros meses de vida, entre el 90 y el 95 % de los casos se convierten en crónicos. Prevenir una sola infección en esta etapa significa reducir significativamente el riesgo de enfermedad hepática grave en la adultez», enfatiza el documento.
Argumentos científicos y realidades locales
Uno de los puntos centrales que motivan el rechazo a la nueva orientación del ACIP es que su enfoque se basa en contextos de baja endemicidad y sistemas de salud con cobertura casi universal, lo cual no se aplica directamente a la realidad dominicana ni de muchos otros países latinoamericanos.
Las sociedades médicas advierten que confiar exclusivamente en los resultados de las pruebas prenatales de la madre para decidir si vacunar o no al recién nacido es riesgoso.
Casos de infección oculta, errores de laboratorio, diagnósticos incompletos y la falta de control prenatal adecuado en ciertos segmentos de la población podrían dejar a muchos bebés sin la protección oportuna, exponiéndolos a un virus potencialmente letal.
En ese sentido, consideran que la dosis al nacer funciona como una “red de seguridad” indispensable, especialmente en contextos de desigualdad, migración o atención médica limitada.
Llamado a no modificar el esquema
La SDI y la SDP instan tanto al personal médico como a las autoridades sanitarias a no realizar cambios en el esquema de vacunación nacional, y a garantizar la disponibilidad continua de la vacuna en todas las maternidades del país, públicas y privadas.
Además, recomiendan campañas informativas que resalten que la vacuna contra la hepatitis B “es una vacuna que previene el cáncer de hígado”, segura y efectiva, cuya aplicación temprana asegura una protección de por vida.
“En la República Dominicana no hay justificación técnica ni epidemiológica para debilitar la estrategia de vacunación neonatal. Muy por el contrario, debemos reforzarla y garantizar que cada niño reciba esta protección esencial dentro de las primeras horas de vida”, concluye la declaración.
Con esta postura, la comunidad médica dominicana se desmarca abiertamente de la orientación sugerida por el Secretario de Salud de los Estados Unidos y el ACIP, alineándose en cambio con las recomendaciones vigentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y otras sociedades científicas regionales, como la SLIPE.

