Política monetaria flexible ante caída economía

Ramón Núñez Ramírez

Aun cuando las autoridades del Banco Central justifican los estímulos monetarios gracias a que la inflación se ha colocado dentro del rango meta, lo cierto es que ese cambio de una política monetaria restrictiva a una flexible, sin garantía en la estabilidad de los precios, se debe al desplome del crecimiento económico en el primer cuatrimestre.

En abril de este año el crecimiento anualizado del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) fue de 0.30%, que comparado con el de abril 2022 representó una caída de -4.4%, mientras el crecimiento acumulado enero-abril fue de 1.2% (el nivel más bajo desde 2010, exceptuando el 2020) que comparado con igual periodo de 2022 representó un decrecimiento de -4.6%; obviamente las autoridades disponen de un preliminar correspondiente a mayo y esos resultados despertaron las alarmas.

Por esa desaceleración redujeron la TPM en 50 puntos básicos, pero eso era insuficiente para impulsar un descenso sensible de las tasas de interés y se produciría en tres meses que es el periodo de transmisión de las medidas de política monetaria, por eso se complementó liberando recursos del encaje legal por un monto de RD$33,953.0 y se abrió la ventanilla de Facilidad de Liquidez Rápida (FLR) por un monto de RD$60,000 millones, que fueron usados con un gran apetito por las entidades y el ruido provocado por empresas y asociaciones que no habían logrado prestamos obligó al BC a incrementar la FLR en RD$25 millones.

Como advertí en el artículo del jueves 8/6/2023 (“Estímulos monetarios en tiempos de campaña”) la mayoría de esos recursos serian consumidos por las grandes entidades financieras y sus clientes “prime”, por ello en esta nueva inyección de FLR se pone como condición que agoten primero su disponibilidad de encaje legal y entonces la FLR se desembolsara de forma gradual. ¿Si restan por colocar los RD$34 millones del encaje legal por que se recurrió a US$25 millones de FLR?

Volviendo a la inflación, al mes de mayo se situó en 4.43% (dentro del rango meta 3.0-5.0%), aunque la inflación subyacente, es decir la de origen monetaria, se mantiene fuera del rango con un valor de 5.51 por ciento y los precios de los bienes de la canasta básica siguen creciendo porque sencillamente la velocidad del ascensor se redujo de 9.48% en mayo de 2022 a 4.43% en mayo de 2023.

Por ejemplo, a mayo de 2023, comparado con mayo de 2022, los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 10.83%, el pan 5.53%, los espaguetis 9.7%, la carne de cerdo en 9.1%, el arenque 13.52%, la leche en polvo 9,2%, los huevos 7.6 por ciento, el plátano 24.69 por ciento, el plato del día 8,0%, para citar algunos artículos. Por eso recalcamos que se ha pasado a una política monetaria flexible sin que los precios se hayan estabilizado.

En conclusión, aunque la inflación se mantenga dentro del rango meta, los precios de los artículos se mantendrán altos y seguirán creciendo, aunque más lentamente, mientras es posible que estímulos monetarios del orden de los RD119MM den un empujón a la economía, pero el precio será perdida de reservas, aumento de la deuda del Banco Central, incremento del gasto financiero del lado del overnight porque es muy rentable a los bancos tomar prestamos al 3% para dejarlos dormir en las bóvedas del Banco Central al 7.5% (por eso el overnight aumentó en RD$68.3 millones en 22 días).

Por una o varias de esas alternativas el Banco Central deberá desmonetizar una parte de esos estímulos o de lo contrario la inflación se volverá a disparar.

Fuente Hoy

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