Por gremios profesionales que defiendan a sus afiliados

Felipe Ciprián

En la medida en que se ha ido socavando la producción nacional, se deteriora la educación y se reducen los niveles de inversión pública, la clase media pierde oportunidades, calidad de vida y, lo que es peor, dignidad y capacidad crítica para cumplir con sus responsabilidades profesionales.

Las miles de organizaciones populares y culturales de que disponía el pueblo dominicano para luchar por sus reivindicaciones sociales y económicas, se han reducido considerablemente y por ese camino la gente va buscando soluciones individuales a problemas que afectan a toda la población.

Con ese deterioro y con la mala práctica de los gobiernos de entregar las posiciones públicas a “compañeros”, incluso despidiendo a técnicos calificados, el ejercicio profesional ha ido perdiendo relevancia y la ética es cada día más escasa.

Ese contexto ha contribuido a que una parte de los gremios de profesionales hayan sido tomados por miembros que aprovechan la posición para agenciarse conexiones con el gobierno y grupos de poder, lo que les permite progresar ellos aunque los afiliados que dirigen se arruinen y hasta se suiciden por no tener quién los defienda.

En otros gremios los miembros son más inteligentes y optan por escoger dirigentes comprometidos con su clase, sin vínculos partidarios con el gobierno de turno, lo que les ha permitido obtener reivindicaciones y defender su unidad y fortaleza.

El Colegio Médico Dominicano (CMD) y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) son dos gremios de profesionales que escogen dirigentes que se consagran a la defensa de sus integrantes y por eso son los únicos que, con su lucha, han logrado conquistas y resistido el golpeo de quienes intentan dividirlos.

No hay ninguna duda que los gobiernos quieren enfrentarse a organizaciones sindicales, campesinas y de profesionales que sean manejables, a la vez que luchan por tomar su control para neutralizar el reclamo de sus derechos.

Recientemente eso lo vimos con los asaltos oficialistas al Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD) y a la Asociación Nacional de Profesionales Agropecuarios (ANPA).

Recuperar la dignidad

Si los profesionales quieren trabajar y vivir dignamente, es fundamental que defiendan la unidad y la independencia de sus gremios para poder disponer de ellos para luchar por defender su clase, velar por un ejercicio ético, por mejorar la calidad y eficacia de su trabajo y contribuir con el desarrollo del país.

Lo que escribo aquí es válido para todas las organizaciones, pero hoy lo hago motivado por la proximidad de las elecciones del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), un gremio vital para cuidar la calidad de las obras públicas y privadas, así como para orientar a la sociedad dominicana en materia de infraestructura para la producción, el comercio, el estudio y el esparcimiento.

Mañana se celebran elecciones para escoger a los directivos de los Núcleos Profesionales de los que luego, en agosto, se selecciona la Junta Directiva Nacional del Codia.

Un conjunto importante de los miembros del Codia se ha propuesto rescatar su dinamismo, integridad y capacidad de lucha para ponerlos al servicio de esos profesionales y de la sociedad dominicana.

El movimiento Renovación Codiana, bajo el lema: “rescate moral y renovación institucional”, lleva candidatos a los núcleos de sobrada capacidad, experiencia y honestidad como para cumplir esa tarea vital en el gremio de los ingenieros.

En este movimiento, el ingeniero Leonardo Mercedes busca la presidencia del núcleo de los ingenieros civiles; Japonesa Capellán, el de los arquitectos, y Elías Pérez Gómez, el de los agrimensores.

De ellos conozco a Leo Mercedes desde los tiempos de estudiantes y juventudes, destacándose siempre como un fiel servidor de su pueblo y un luchador decidido y valiente en todos los ámbitos.

A esos méritos se unen la honestidad, la capacidad profesional, la experiencia y la fidelidad a las causas que abraza.

Con Leo en las posiciones dirigentes de los ingenieros, gana el Codia y la sociedad, a la vez que se revierte la inercia que corroe a una parte importante de la clase media que ha perdido la capacidad de defender sus conquistas y sus derechos.

El Codia necesita y los ingenieros merecen esta renovación y ahora tienen la oportunidad de escoger dirigentes más competentes y dotados de un programa que garantiza una nueva cultura en ese sector profesional.

Listín Diario

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