Por los “dotol Nastra” y los “Dotolcitos”
Por Charlie Núñez
Pertenezco a una generación que disfrutaba cantar, estudiar, leer, luchar. Una generación que practicaba la solidaridad y apostaba por el futuro.
Los héroes de mi generación eran estudiantes, profesionales, deportistas y una juventud guardiana de un mejor porvenir.
Mi generación ha sido testigo de grandes acontecimientos y transformaciones en el mundo, pero también de una degeneración moral y de valores en la que las utopías se cambiaron por aspiraciones materiales sin importar las acciones ni las consecuencias.
Nuestro país, cuyo territorio se encuentra enclavado en una envidiable ubicación geográfica para las cosas buenas, también ha sido aprovechado para las cosa malas, casi todas importadas como fruto del aprendizaje por el tráfico migratorio y el fácil acceso a las informaciones y los medios de comunicación.
Con el tiempo, un país de gente noble, sana, honesta y trabajadora, se nos ha convertido en una amalgama de pensamientos y actitudes que ha deshumanizado a muchos y robado la fe y la esperanza de otros tantos.
Ver peleas constantes en los centros educativos, atracos, drogas, vulgaridad, vestimenta inadecuada, tatuajes, violaciones a las leyes, desorden, irrespeto, embarazos en adolescentes, feminicidios, suicidios y mucho más, todo eso termina en un celular y las redes sociales, «esa es la vuelta» y los héroes de hoy son los que muestran haber obtenido más dinero de ese bajo mundo.
El dinero es el norte, lo peor es que muchos políticos, militares, y profesionales sin escrúpulos han sido responsables de que muchos de esos jóvenes hoy piensen que “na e’ na”.
Mal redactada, vemos informaciones que como víctimas o victimarios involucran a nuestros jóvenes, unos se quedan ahí y otros se resaltan como el caso de “dotolcito”.
No le conozco, nunca he visto en persona su padre, pero me partía el alma ver ese jovencito, casi un niño, solo, horas vienen y horas van, esperando por una condena que lo llevaría por un rumbo incierto.
Lamentable por el dotol Nastra, pero más lamentable por la madre de Joshua que nunca más podrá ver un cumpleaños más de su hijo y pobre de él, que celebrando su vida, se encontró con su muerte.
El dotolcito y sus amigos, merecen pagar por lo que hicieron, lo que está malo es celebrar por ver tronchar los mejores años de sus vidas a un joven que debió estar dando alegría a todos con el baloncesto y otros que pudieron escoger mejor camino.
El país está lleno de Dotolcitos y si no cambiamos, serán muchos los Joshua que nos queden por llorar, la que se está quemando es la sociedad que ha cambiado los valores por dinero, no es que volvamos a ser lo que éramos ayer, pero si podemos ser, como las sociedades civilizadas de hoy con educación y oportunidades, evitar la corrupción y los privilegios, respetando la ley y el orden. Podemos lograrlo.