Por Mercedes Rodríguez y los muchos “Mercedes

Por Charlie Núñez

Los Gobiernos y sus instituciones siempre dan señales por donde viene la pelota.

No creo que existan muchos dominicanos vivos que no hayan crecido y vivido siendo testigos de las denuncias, casi nunca con castigos, de actos de corrupción.

Aunque no sean cuantificables, pues la corrupción en los Gobiernos trata de dejar la menor cantidad de huellas, lo que uno colige es que cada Gobierno que surge perfecciona los métodos y aumenta de manera escandalosa los montos envueltos en las operaciones fraudulentas que siempre terminan afectando a la parte más vulnerable de la población, que no necesariamente son los más pobres, sino los que pagamos los platos rotos.

El actual Gobierno de Luis Abinader, que llegó con un saco de promesas de transparencia para su gestión y castigo para los que ya habían delinquido de gestiones anteriores, nos llenó de esperanza, nuevamente frustrada, pues el castigo fue selectivo y engañoso, en el que influyeron más las estrategias políticas y electorales, no un combate sincero a la corrupción.

Aparentemente el actual Gobierno es el campeón de la corrupción, solo esperando que quien lo sustituya destape la caja de Pandora y rompa con la cultura de impunidad que nos caracteriza.

Ahora bien, si partimos de que donde hay un corrupto hay un corruptor, que en este país todos somos familia, que un reducido grupo de familias es la que sube y baja Gobiernos, que estos mismos grupos influyen en el nombramiento de los jueces en todos los tribunales, que cada militar o policía busca ascender de rango para participar de la fiesta de reparto, entonces, ¿quién será el que tome la batuta y con qué base social es que se va combatir la corrupción en nuestro país?

Parecería que estamos condenados de por vida a vivir con ella y eso nos lleva por un nuevo camino, “tú eres ladrón”; la respuesta: “tú eres más ladrón que yo. Con ese jueguito nos mantienen ocupados y alelados a quienes no tenemos vela en ese entierro; el camino es que no se coja lo ajeno, ni chin ni mucho.

Pero el otro camino se debate entre el control de los corruptos de los medios de comunicación y gente frustrada y sin formación que por treinta monedas le vende su alma al diablo.

Como el escándalo de SENASA es tan grande y hiede tanto, con el jueguito de tú eres ladrón y tú también, han querido meter al medio a dos exdirectores que yo en lo particular sugiero que no jodan con ellos, ni Mercedes Rodríguez ni Chanel Rosa son del combo de los corruptos y si algo me preocupa es que les lancen lodo que después nadie va a recoger.

No permitamos que la indiferencia de la mayoría permita que la minoría corrupta nos envuelva a todos usando como víctimas a algunos de nosotros.

Aclaren su desorden de SENASA sin enlodar gente que no fue al Estado a amasar fortuna con el dinero ajeno.

Yo sueno mi campaña por Mercedes y por Chanel.

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