Problemas respiratorios, evacuaciones y una lengua de lava: los estragos del volcán Mayón en Filipinas (Video)

Manila, 20 jun – El volcán Mayón de Filipinas vuelve a rugir. Desde que hace días comenzara a expulsar lava, roca y dióxido de azufre, un gas peligroso para la salud, unas 20.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus casas y más de 600 han necesitado atención médica por problemas respiratorios. Las previsiones sismológicas no son del todo halagüeñas y apuntan a que la actividad volcánica pueda durar tres meses más.

A continuación, la cronología de este accidente natural que tiene conmocionado a Filipinas.

Primeras evacuaciones y nivel de alerta 3 (sobre 5)

Alrededor de 10.000 personas residentes en la provincia de Albay (al este de la isla de Luzón, noreste del país) comenzaron a desalojar sus viviendas a primeros de mes. Había entonces riesgo alto de erupción y las autoridades situaron el nivel de alerta en un 3 sobre 5.

La evacuación alcanzó a todas aquellas personas que vivían en un radio de menos de 6 kilómetros. Hubo tensión y miedo entonces, y según relataron por teléfono a EFE testigos presenciales, se vivieron escenas caóticas.

Las más comunes fueron de personas que volvían corriendo a sus casas para recoger enseres olvidados y de ciudadanos que, ante el temor de que les robaran objetos personales o ganado, se resistían a abandonar sus hogares.

Filipinos que viven al pie del volcán Mayon son evacuados
Filipinos evacuados en la ciudad de Daraga, provincia de Albay, Filipinas. EFE/EPA/Francis R. Malasig

El presidente del país, Ferdinand Marcos Jr., intentó calmar a la población y anunció la preparación de 179.000 paquetes de comida para repartir durante los días siguientes entre las personas afectadas. Avanzó, además, la liberación de un fondo de 114 millones de pesos (1,8 millones de euros) para atención y asistencia.

Expulsiones de rocas y emisiones de azufre

El Instituto Filipino de Vulcanología (Phivolcs) es el organismo encargado de hacer seguimiento de la actividad del volcán, y por tanto, de fijar los niveles de alerta. Efectúa informes diarios.

El pasado 9 de junio, por ejemplo, informó sobre la existencia de un terremoto volcánico que ocasionó 59 caídas de rocas y la emisión de 417 toneladas de dióxido de azufre. Esto provocó que se vieran en el cielo destellos rojos de lava. Un día más tarde, por citar otro ejemplo, precisó que se produjeron 177 caídas de roca.

Las evacuaciones continuaron el fin de semana del 10-11 de junio. Cerca de 13.000 personas de unas 3.500 familias salieron de sus casas por el peligro que generaba el volcán, que no paraba de expulsar rocas y lava.

YouTube player

Los peligros del Mayón

Mayón no ha cesado de escupir ceniza y gas en formas de columnas, visibles desde largas distancias.

Además, la actividad del magma que está en el cráter, así como la subida de la presión, ha desencadenado otro efecto natural (y visual): una bóveda de lava en la cima.

Las expulsiones de roca no conforman el único peligro para la población. También las emisiones de dióxido de azufre. El Ministerio de Salud ha advertido a la población de los riesgos de inhalar este gas, propio de las erupciones volcánicas.

El 13 de junio, el número de personas evacuadas se elevó a 14.000 y las autoridades empezaron a hablar de que la actividad volcánica y los consiguientes riesgos para la población podrían alargarse varios meses.

“Basándonos en nuestras experiencias anteriores, esta actividad volcánica puede persistir durante unos meses”, advirtió en una entrevista con el medio local Radio DZMM el director de la agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs), Teresito Bacolcol. La incertidumbre sobre cuánto podría durar la amenaza del volcán se convirtió en el principal motivo de preocupación.

Volcán filipinas
Vecinos de la zona cercana al volcán Mayón abnadonan sus hogares. EFE/EPA/Francis R. Malasig

Mayón, entonces, había escupido una lengua de lava de medio kilómetro, y aunque según el informe de Phivolcs la actividad del volcán había registrado un leve descenso, ya que sólo se produjo un terremoto, en comparación con la veintena de una semana antes, la alerta no bajó.

No lo hizo porque aumentó el nivel de emisiones de dióxido de azufre y porque, tras varios días de actividad y erupciones, la agencia sismológica filipina avisó de un riesgo más: aludes de tierra y avalanchas de ceniza y barro como consecuencia de las aglomeraciones de sedimentos en las laderas del volcán.

Preparados para evacuar a 40.000 personas

Dado que la actividad del volcán no cesa, si bien va oscilando en intensidad, las autoridades filipinas se han preparado para la evacuación de hasta 40.000 personas, lo que sucedería si sube a 4 el nivel de alerta y se amplía a 8 kilómetros el radio de seguridad, una posibilidad que no es descartable.

A 14 de junio, eran más de 15.000 las personas desalojadas, residentes temporalmente en instalaciones habilitadas por las autoridades locales, como algunos colegios de la ciudad de Legazpi, la más importante de la zona.

En la localidad de Camalig (72.000 habitantes), a 11 kilómetros del volcán, ya residen cientos de las personas que fueron evacuadas. Numerosos vecinos se han ofrecido como voluntarios para dar clases a los niños y niñas y para colaborar en tareas de limpieza y cocina.

El Gobierno filipino, en la provincia de Albay, ha habilitado ya 28 centros de evacuación.

Fuente EFE

Comentarios
Difundelo
Permitir Notificaciones OK No gracias