Programa “Monitorea” revela que arrecifes están en peligro, manglares y pastos marinos ameritan atención
Los resultados del estudio subrayan la necesidad de mantener un monitoreo constante y fortalecer la cooperación institucional para preservar los bienes y servicios que estos ecosistemas proveen, como la seguridad alimentaria, el turismo y la resiliencia costera.
Santo Domingo, 22 julio. – Los arrecifes de coral, los pastos marinos y los bosques de manglar en la República Dominicana se encuentran en un estado que demanda acciones concretas para preservar especies que están seriamente amenazadas. La pérdida de estos ecosistemas compromete servicios esenciales como la protección costera, la pesca, la captura de carbono y el atractivo paisajístico que impulsa el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país.
El programa Monitorea: Integrando la Evaluación de Ecosistemas Costeros y Marinos reveló en su informe de monitoreo nacional que más del 70% de los 64 arrecifes evaluados presenta menos de un 10% de cobertura de coral vivo. En el caso de los pastos marinos, el 27% muestra coberturas inferiores al 60%, y el 19% de los manglares tiene menos del 50% de cobertura vegetal viva.
Estos resultados reflejan, que los ecosistemas marino-costeros en el país son vulnerables a una serie de amenazas locales y globales que comprometen su conservación en las próximas décadas. Aunque estas tendencias actualmente son comunes a nivel regional, en la República Dominicana deben incrementarse los esfuerzos de protección y restauración basados en datos y planificación estratégica, que contemple medidas de verificación, si se quiere preservar el valor económico que estos ecosistemas aportan a escala nacional.

Este diagnóstico es uno de los principales aportes de Monitorea, un programa impulsado en 2023 por el Gobierno de Francia a través de su embajada en Santo Domingo, con un financiamiento de medio millón de euros. La iniciativa fue desarrollada por la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y con el acompañamiento técnico de The Nature Conservancy (TNC).
“Este levantamiento de información representa el primer paso para entender el estado actual de ecosistemas altamente vulnerables. Su continuidad es esencial para describir tendencias de estabilidad, recuperación y declive, así como establecer los factores que las determinan, para definir soluciones basadas en evidencia científica. La cooperación sostenida entre instituciones es clave para conservar estos recursos de vital importancia para el país”, afirmó Rita Sellares, directora ejecutiva de Fundemar.
Por su parte, el Dr. Aldo Cróquer, gerente del Programa Marino para el Caribe Central de TNC, subrayó la capacidad de los manglares y pastos marinos para capturar carbono y almacenar materia orgánica. En promedio, los manglares y los pastos fijan toneladas de carbono y materia orgánica por kilómetro cuadrado. En consecuencia, la pérdida de estos ecosistemas afecta no solo la capacidad de absorción de carbono, sino también impacta negativamente las cadenas tróficas, al reducir el alimento que sustenta a numerosas especies de valor ecológico y comercial.
La Embajadora de Francia en República Dominicana, Sonia Barbry, expresó: “Esperamos que esta información sirva de base para una toma de decisiones certera por parte de las autoridades nacionales. Contribuir a la preservación de estos ecosistemas es parte fundamental de nuestra misión en el país”.
Según Sellares, el primer monitoreo nacional culminado por Monitorea representa un hito sin precedentes, al evaluar de forma integrada el estado de arrecifes, pastos marinos y manglares a una escala espacial jamás alcanzada en el país. “Los datos revelan que es tiempo de actuar: preservar lo que tenemos y restaurar lo que hemos perdido”, concluyó.
Principales logros del programa hasta 2025
Un enfoque colaborativo para el monitoreo

Durante dos años, Monitorea consolidó una red interinstitucional para la recolección y análisis de datos científicos. Se desarrollaron un Manual de Monitoreo y una Guía Práctica de Protocolos adaptados a las necesidades nacionales. Participaron ocho instituciones nacionales y se evaluaron 130 sitios en 19 localidades costeras del norte, este y sur del país. Se crea una base de datos que incluye tres ecosistemas a escala nacional con una política abierta. Estos datos contribuyen con el reporte regional del estado de los arrecifes producido por la Red Mundial de Monitoreo de Arrecifes de Coral.
Fortalecimiento de una nueva generación de científicos marinos
El programa formó a 73 jóvenes en disciplinas vinculadas a la ecología marina, la restauración, el diseño y ejecución de planes de monitoreo de comunidades y ecosistemas marino-costeros. Los participantes adquirieron competencias avanzadas, como el uso de inteligencia artificial para análisis de arrecifes mediante la plataforma ReefCloud.
Ciencia al servicio de la educación y sensibilización
Se integraron contenidos educativos en los libros escolares oficiales y se crearon herramientas como el rotafolio “Mares y costas sin fronteras” y el video en 360° “Conectando la vida terrestre y marina”. Estas acciones permitieron capacitar a 200 docentes y sensibilizar a más de 2,000 niños sobre la importancia de los ecosistemas marino-costeros.
Instituciones participantes
Monitorea es posible gracias al financiamiento de la Embajada de Francia en República Dominicana, y a la integración de múltiples instituciones nacionales y de cooperación internacional, entre ellas: Fundemar, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, The Nature Conservancy, Anamar, CIBIMA-IBC UASD (Centro de Investigación en Biomateriales y Biotecnología Aplicada – Instituto de Biotecnología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo), el INTEC (Instituto Tecnológico de Santo Domingo) y la UNPHU (Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña), Fundación Puntacana, Fundación Cap Cana, CEBSE, Red Arrecifal Dominicana, Fundación Verde Profundo, Fundación Eco-Bahía, Fundación Ecológica Maguá, Buceo Ecológico RD, Grand Port Maritime de la Guadeloupe y el Corredor Biológico del Caribe.