Protestas y avances marcan los primeros 100 días de mandato de Castro en Honduras (Video)

Tegucigalpa, 6 may (EFE).- La presidenta de Honduras, la izquierdista Xiomara Castro, cumplió este viernes 100 días en el poder, en los que ha logrado avanzar en algunas de sus promesas de campaña, ha enfrentado una serie de protestas de diversa índole y mantuvo ya su primer roce con Estados Unidos.

Esta fricción con el país norteamericano, ocurrió el pasado martes, luego de que la embajadora de EE.UU. en Honduras, Laura F. Dogu, opinó en Twitter sobre una reforma al sector eléctrico propuesta por el Ejecutivo hondureño, diciendo que «es crítica» y que le «preocupa» el impacto que tendrá en la inversión extranjera.

El canciller hondureño, Enrique Reina, calificó como «desacertada» la declaración de Dogu.

«Señora embajadora usted ha sido recibida con los brazos abiertos. La reforma energética es urgente como Estado, combate una situación heredada de corrupción y pobreza. Nos preocupa su desacertada opinión sobre política interna, la que no contribuye a las buenas relaciones con EE.UU.», escribió Reina.

Luego surgieron mensajes conciliadores de Washington y Tegucigalpa, y Reina descartó una crisis con Estados Unidos.

Castro asumió el poder el 27 de enero con un amplio respaldo internacional, encabezado por EE.UU., que envió a la investidura de la mandataria hondureña a su vicepresidenta, Kamala Harris.

MAL INICIO POR CRISIS EN PARLAMENTO Y PROTESTAS

La llegada de Castro al poder, con un abrumador apoyo en las urnas, marcó un hecho histórico en la vida política de su país al convertirse en la primera mujer en llegar a la Presidencia, además de romper con más de un siglo de un bipartidismo marcado por los partidos conservadores Nacional y Liberal alternándose el poder.

Castro también puso fin a doce años consecutivos del Partido Nacional en el poder, los últimos ocho al frente de Juan Orlando Hernández, quien el pasado 21 de abril fue entregado en extradición a EE.UU., que lo acusa de tres cargos asociados al narcotráfico.

El inicio de su mandato no ha sido fácil para Castro, por una división interna en el ahora gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre), bajo cuya bandera llegó al poder, que derivó en la elección de dos juntas directivas del Parlamento, que conforman 128 diputados y donde el oficialismo no tiene mayoría.

Al final, Castro reconoció como única junta directiva del Parlamento, por legitimidad, a la que preside Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras, como parte de un acuerdo de su presidente, Salvador Nasralla, con Libre, un mes antes de las elecciones generales de noviembre de 2021.

Castro ha enfrentado una cadena de protestas desde el segundo día después de que asumió, por parte de médicos, enfermeras y otros empleados de instituciones del sector público exigiendo nombramientos por acuerdo y mejoras salariales, entre otras conquistas sociales, que les prometieron en el Gobierno pasado.

Las mayores protestas, precisamente clamando por un empleo, vienen de hondureños que se identifican como miembros de base de Libre, lo que según ellos, les hace merecedores de un puesto en el Gobierno, algunos exigiéndolo con manifestaciones en las calles de las principales ciudades del país y bloqueos de carreteras importantes con barricadas y la quema de neumáticos.

HAY IMPROVISACIÓN, SEGÚN ECONOMISTA

De lunes a viernes, incluso algunos sábados, no faltan manifestantes frente a la Casa Presidencial en Tegucigalpa gritando consignas y exigiendo un empleo, algunos expresando que quieren ser escuchados por la propia presidenta, porque sus ministros, directores y diputados no les hacen caso, en un país de 9,5 millones de habitantes, de los que más del 70 % son pobres.

«No podemos pedirle resultados a nadie en 100 días, ni a ella, ni a ningún otro gobernante, pero creo que Libre no tenía con qué gobernar, hay una cierta improvisación del Gobierno después de tantos años de llanura», dijo a Efe el rector de la Universidad José Cecilio del Valle y expresidente del Colegio de Economistas de Honduras, Julio Raudales.

Agregó que a Castro le ha tocado lidiar, casi desde el inicio de su mandato, en un entorno externo complejo por la guerra entre Rusia y Ucrania, con repercusiones en Honduras como un alza al costo de los combustibles, pese a que ella redujo un impuesto estatal a los derivados del petróleo para favorecer a los hondureños.

El día que asumió como presidenta, Castro dijo que recibía un país «en bancarrota», propuso la «refundación del Estado socialista y democrático», prometió que su Gobierno «no continuará la vorágine de saqueo que ha condenado a las generaciones de jóvenes a pagar la deuda, que contrajeron a sus espaldas» y enfatizó que se debía «arrancar de raíz la corrupción de los 12 años de dictadura».

Entre otros problemas, Castro asumió el poder en una nación con 3,3 millones de personas, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, que tienen problemas de empleo y que 7 de cada 10 son pobres.

Entre los logros que Castro considera que se han alcanzado en lo que va de su mandato, que fueron parte de sus promesas, figuran la derogación de una ley de secretos, otra relacionada con empresas de desarrollo que afectaban la soberanía del país y una sobre el empleo por hora. Ahora también impulsa una ley para resolver una grave crisis de la estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).

Además, en abril le solicitó a las Naciones Unidas su respaldo para la conformación de una misión para combatir la corrupción y la impunidad en Honduras, para lo que ha recibido el apoyo de ese ente, que el domingo enviará una comisión de exploración al país.

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