Prudencia ante crisis. Consejos de Gandhi, Gracián y Azorín
Guillermo Caram
La crisis por la guerra Hamas-Israel agregada al conflicto ruso-ucraniano, con sus repercusiones nacionales en materia de suministros y precios de petróleo y granos-y la situación dominicohaitiana cuya distensión parece diluirse-hace imperativo recordar admoniciones de maestros de la prudencia como Gandhi, Gracián y Azorín.
De Mohandas Karamchand Gandhi, mentor independentista de una India emergiendo como potencia, debemos aprender que seguir con el “Ojo por ojo, todo el mundo quedará ciego”.
Que “La ira y la intolerancia son enemigas del saber, que “El futuro depende de lo que hagas hoy”, que “La verdad permanece, aunque no tenga apoyo público.” Y que no se puede “dar un apretón de manos con el puño”.
Advertía que “La victoria lograda por violencia es equivalente a una derrota, porque es momentánea” y que “Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.”
Aconsejaba “Cuidar tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuidar tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuidar tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuidar tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.”
En “El Arte de la Prudencia” Baltazar Gracián, sacerdote jesuita y escritor del siglo de oro español advertía a políticos sobre el recelo generado por un “éxito continuado”.
Y Azorín escritor y político español, diputado durante 12 años consecutivos, perteneciente a la generación del 98, en su libro “El Político” aconseja “no prodigarse”, tener la “virtud de la eubolia” es decir ser “discreto en la lengua” que se “sepa desentender” “no tener impaciencia”, “conservarse en el fiel de la balanza…no perder nunca el sentido del equilibrio”.
Igualmente “no prestarse a la exhibición”, estar “impasible ante el ataque” y “evitar el escándalo”.
Ahora que guerra Hamas-Israel se añade al conflicto ruso-ucraniano, NNUU relegará atención al conflicto dominico-haitiano previamente entorpecido por situaciones internas en Kenia; se hace imperativo que nuestros gobernantes, opositores y hacedores de opinión, asuman los consejos prudenciales de los maestros citados.
Hoy