Psiquiatra enumera secuelas mentales que deja la pandemia del Covid-19
SANTO DOMINGO, 24 abril -El Covid-19 está dejando una secuela de pérdidas económicas, de desempleo, muertes, duelo colectivo e insensibilidad social, pero hubo gente que se tornó creativo e incluso le fue mejor con la pandemia, afirmó anoche el psiquiatra José Miguel Gómez.
“Saliendo de un dolor colectivo, vino la guerra de Ucrania y ahí tenemos el impacto de una guerra rusa que invade a Ucrania y vivimos los procesos de desaceleración de la economía, inflación, inseguridad y donde todos los países están impactados por esa guerra”, agregó el profesional de la conducta.
Gómez señaló que en el mundo de la psiquiatría y especialmente de la neurociencia se pensaba que tras la pandemia la conducta de las personas sería más solidaria, pero ha resultado que la gente está sobreviviendo, viviendo el aquí y el ahora, sin futuro, “buscando presentismo a través de redes sociales para mantenerse en el día a día o ser noticia, porque la gran angustia del ser humano es no caer en el anonimato”.
Entrevistado por Pablo McKinney en el programa televisivo “McKinney”, por Color Visión, el experimentado psiquiatra expresó que después de la pandemia “la gente salió a comprar más, consumir más, olvidando la planificación y el ahorro, la angustia anticipatoria y aprendió a trabajar desde su casa”.
A su juicio, la gente no aprendió la lección y se multiplicaron los conflictos familiares y ahora en todo el mundo hay serios problemas de vulnerabilidad en la atención de la salud pública porque hasta los países desarrollados tenían falta de recursos humanos.
En lo referente a la salud mental, afirmó que esta “sigue siendo la cenicienta en cualquier país del mundo” porque es a la que se le coloca menos cantidad de recursos para su trabajo.
Gómez manifestó que esa desatención está provocando que la gente viva más insatisfecha y más infeliz, por lo que se incrementa el recurso de acudir a cirugías plásticas y a la compra de ansiolíticos para intentar modificar el cuadro de insatisfacción personal.
Compartió el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que después del Covid se van a triplicar los trastornos psiquiátricos y eso es lo que ha sucedido: “Una gran cantidad de gente depresiva, con trastorno de ansiedad, con estrés post-traumático y un disparo en el consumo de alcohol, drogas, violencia social, aumento de los feminicidios, violencia intrafamiliar y abuso en niños”.
Apuntó que ahora es muy alta la cantidad de divorcios, familias disfuncionales y el deterioro de la convivencia en los hogares.
Gómez dijo que los últimos hechos de violencia intrafamiliar demuestra que la ira, la irracionalidad y el odio, entre otros, “han desplazado el conflicto y de ahí que los agresores no solo atacan a la mujer, sino al suegro, al amigo, al vecino, porque la violencia ya no es solo contra la mujer, sino al contexto de sus relaciones afectivas”.
“El individuo que tiene violencia machista en su cerebro, no tiene empatía emocional ni empatía cognitiva porque no se pone en el lugar de los que sufren ni siente el dolor que va a dejar a los hijos y familia. Es un ser humano totalmente malvado que hace daño no solo a la mujer, sino también a la familia y a la sociedad”, puntualizó el psiquiatra.
Lo recomendable
Para Gómez, se impone que en términos colectivos e individuales, lo correcto es tratar de “ser mejores personas”, y tener como prioridad que cada persona entienda que su breve paso por la vida tiene sentido si deja algo útil para el mundo.
Favoreció que la gente busque ser empática, solidaria, altruista porque el mundo va perdiendo esa sensibilidad, compromiso social y el buen trato basado en quien me quiere no me daña.
Gómez indicó que hay que hacer políticas públicas más eficientes porque 20 años después de intentar detener la violencia de género, “seguimos fallando en bajar la incidencia de violencia, fallamos en el sistema de acogida, faltan los tribunales de género específico”.
Advirtió que las redes sociales han llevado a los seres humanos a auto engañarse con el presentismo y visibilidad, haciéndolos infelices y ellos se confunden creyendo que es la felicidad.
Dijo que la notoriedad y la validación social han llevado a los individuos a arruinar el anonimato, subiendo todo lo que hacen a las redes sociales buscando aprobación en los demás.
Gómez aclaró que las redes sociales son muy importantes para la comunicación y el intercambio, “pero hacia adentro del ser humano han hecho mucho daño, han divorciado a mucha gente, tienen a mucha gente en adicción, mientras no da caricia, no da afectos. Ese es el impacto”.
Sugirió a los padres que asuman mayor control del uso de las redes sociales por sus hijos e impongan reglas que aparten los teléfonos móviles en momentos en que la familia comparte, como el almuerzo y otras actividades.