Punta Catalina y un choque de sazones

Edgar Lantigua[email protected]<p>&nbsp;La sociedad ac&shy;tual se pare&shy;ce mucho a esos lugares en los que se jun&shy;tan personas con veh&iacute;cu&shy;los preparados con muchas bocinas, para simplemente exhibir sus portentos o com&shy;petir entre s&iacute;, al pasar junto a ellos nos llegan tantos so&shy;nidos distintos que produ&shy;cen el efecto de eso que los dominicanos llamamos, &ldquo;un choque de sazones&rdquo;, auditi&shy;vo, en este caso.</p> <p>El ritmo fren&eacute;tico de la con&shy;versaci&oacute;n que se da en las m&uacute;l&shy;tiples redes sociales, los medios tradicionales y la vida misma, nos deja esa misma sensaci&oacute;n.</p> <p>No es extra&ntilde;o entonces que algunos temas alcancen r&aacute;pi&shy;damente los decibeles de una ruidosa pelea de gallera co&shy;mo ahora con el tema de Pun&shy;ta Catalina, un verdadero cho&shy;que de sazones de opini&oacute;n. &ldquo;Cosa m&aacute;s grande en la vida, chico&rdquo;. Dir&iacute;a Tres Patines.</p> <p>Tal vez por eso, el presi&shy;dente Luis Abinader pareci&oacute; perder su tradicional com&shy;postura al responder a los cuestionamientos sobre el fi&shy;deicomiso de Punta Catalina, hasta el punto de incurrir en el yerro de decir que no es un contrato, lo que se remiti&oacute; al Congreso con su firma, como contrato, proyectando un ta&shy;lante que no es el mejor, con&shy;trario adem&aacute;s a su demostrada vocaci&oacute;n democr&aacute;tica.</p> <p>En primer lugar, porque en el dise&ntilde;o democr&aacute;tico, la oposici&oacute;n tiene que jugar su rol, que uno espera que siem&shy;pre sea sensato y racional, pero que es ese, de oposici&oacute;n, independientemente de qu&eacute; tan cuestionados est&aacute;n esos opositores.</p> <p>En segundo lugar, porque ni la credibilidad que puedan tener las iniciativas fiduciarias, ni la transparencia con la que, hasta ahora, se va manejando la administraci&oacute;n actual, impi&shy;den que se le cuestione. Tam&shy;poco el argumento de que como el presidente ha demos&shy;trado no tolerar indelicadezas, haya que suponer la santidad de todas las acciones de su go&shy;bierno.</p> <p>Algunas cosas van que&shy;dando claras de la ruidosa discusi&oacute;n, y una es, que no contamos con toda la instru&shy;mentaci&oacute;n legal para el mane&shy;jo de los fideicomisos p&uacute;blicos y que es necesario abocarse a la creaci&oacute;n de esas normas le&shy;gales para garantizar que ma&shy;&ntilde;ana, lo que hoy parece la ta&shy;bla salvadora de la Rep&uacute;blica, no se convierta en un nuevo dolor de cabezas.</p> <p>La economista Germania Mont&aacute;s, en Twitter, puso de re&shy;lieve algunos de estos puntos, en el tuit 14/17 dice: &ldquo;Existe una cl&aacute;usula respecto al fidei&shy;comitente adherente que per&shy;mite agregar otro fideicomi&shy;tente; aunque tampoco existe regulaci&oacute;n al respecto de este aspecto m&aacute;s all&aacute; del contrato constitutivo del fideicomiso, si se produjera ser&iacute;a una forma de capitalizaci&oacute;n&rdquo;.</p> <p>Es decir que se abre la puer&shy;ta de una nueva forma de pri&shy;vatizaci&oacute;n con el ingreso de ca&shy;pitales a trav&eacute;s de la figura del adherente.</p> <p>Cuando Barack Obama so&shy;meti&oacute; lo que se conoce como Obamacare, a pesar del benefi&shy;cio colectivo que la misma sig&shy;nificaba, debi&oacute; enfrentar una f&eacute;rrea oposici&oacute;n y transar as&shy;pectos de la legislaci&oacute;n para hacerla viable. Esa es la base del juego democr&aacute;tico.</p> <p>La democracia se construye con los puntos de convergen&shy;cia entre posiciones dis&iacute;miles. Es la esencia de su valor sobre otras formas de gobierno.</p> <p>El contrato fiduciario de Punta Catalina corresponde al inter&eacute;s nacional y debe ser analizado con lupa, que no nos salte ning&uacute;n &ldquo;maco&rdquo; de ah&iacute;, nos compete a todos.

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