Putin nombra al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, jefe del Consejo de Seguridad Nacional

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, destituyó a su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y lo nombró al frente del Consejo de Seguridad Nacional, en sustitución de Nikolai Patrushev, informó el Kremlin el domingo.

El mandatario ruso propuso al primer viceprimer ministro, Andrei Belousov, como ministro de Defensa en lugar de Shoigu, quien ocupó el cargo durante años. Su nombramiento debe ser aprobado por los legisladores. La reorganización se produce mientras Putin comienza su quinto mandato y luego de más de dos años de guerra con Ucrania.

El cambio se produce semanas después de que Timur Ivanov, viceministro de Defensa a cargo de proyectos de construcción militar, fue encarcelado en espera de una investigación y juicio por cargos de soborno.

De acuerdo con la ley rusa, todo el gabinete ruso dimitió el martes, cuando Putin comenzó su quinto mandato presidencial en una pomposa toma de juramentación en el Kremlin.

El anuncio se produjo mientras miles de civiles más huían de la renovada ofensiva terrestre rusa en el noreste de Ucrania, que ha golpeado ciudades y pueblos con fuego de artillería y mortero, dijeron las autoridades el domingo.

Las intensas batallas han obligado a retirarse al menos a una unidad ucraniana en la región de Járkiv, cediendo más terreno a las fuerzas rusas en poblaciones menos defendidas de la llamada “zona gris” junto a la frontera con Rusia.

Para el domingo en la tarde, la ciudad de Vovchansk, con una población de 17.000 habitantes antes de la guerra, ya era un punto focal de la batalla.

Volodymyr Tymoshko, jefe de la policía regional de Járkiv, dijo que las fuerzas rusas estaban en las afueras de la ciudad y se acercaban desde tres direcciones. Un tanque ruso fue visto en una carretera importante que conduce a la ciudad, agregó el oficial, lo que ilustra la confianza de Moscú para desplegar armamento pesado.

Un equipo de The Associated Press, apostado en una aldea cercana, vio columnas de humo que se elevaban desde la ciudad mientras las fuerzas rusas lanzaban proyectiles. Los equipos de evacuación trabajaron sin parar durante todo el día para sacar a los residentes, la mayoría de los cuales eran ancianos, fuera de peligro.

Al menos 4.000 civiles han huido de la región de Járkiv desde el viernes, cuando las fuerzas de Moscú iniciaron la operación, indicó el gobernador, Oleh Syniehubov, en un comunicado en redes sociales. El domingo se produjeron intensos combates en la línea nororiental del frente, donde las fuerzas rusas atacaron 27 poblaciones en las últimas 24 horas.

Los analistas dicen que la campaña rusa está diseñada para aprovechar la falta de munición del otro bando antes de que los suministros occidentales prometidos puedan llegar al frente. Los soldados ucranianos dijeron que el Kremlin está utilizando la táctica habitual rusa de emplear un fuego desproporcionado y ataques de infantería para agotar a sus tropas y su potencia de fuego. Al intensificar las batallas en lo que antes era una zona estática de la línea del frente, las fuerzas rusas amenazan con inmovilizar a las fuerzas ucranianas en el noreste, mientras llevan a cabo intensas batallas más al sur, donde Moscú también está ganando terreno.

Esto sucede después de que Rusia redobló en marzo sus ataques contra infraestructura y poblaciones ucranianas, lo que según los analistas era un intento de Moscú de preparar el terreno a una ofensiva.

Entre tanto, un edificio de apartamentos de 10 plantas se derrumbó en la ciudad rusa de Belgorod, cerca de la frontera, con reportes de ocho muertos y 20 heridos. Las autoridades rusas dijeron que el edificio se vino abajo tras ser blanco de proyectiles ucranianos. Ucrania no hizo comentarios sobre el suceso.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que frenar el avance ruso en la zona era una prioridad y que las tropas de Kiev continuaban con su contraofensiva en siete pueblos en la región de Járkiv.

“Desbaratar las intenciones ofensivas rusas es ahora nuestra tarea número uno. Que tengamos éxito en esa tarea depende de cada soldado, cada sargento, cada oficial”, afirmó.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo el domingo que sus fuerzas capturaron cuatro pueblos en la frontera de la región ucraniana de Járkiv, además de los cinco que reportó haber capturado el sábado. Era probable que esas zonas estuvieran poco fortificadas debido al aspecto dinámico de los combates y al bombardeo constante, lo que facilitó el avance ruso.

Las autoridades ucranianas no han confirmado los avances de Moscú.

Una unidad ucraniana dijo que se había visto obligada a retirarse en algunas zonas y que las fuerzas rusas habían tomado al menos un pueblo más el sábado por la noche. Tymoshko dijo que las tácticas rusas en Vovchansk reflejaron las utilizadas en las batallas por Bájmut y Avdiivka en la región de Donetsk, en las que intensos ataques aéreos fueron acompañados por varios asaltos de infantería.

En un video el sábado por la noche, la unidad Hostri Kartuzy, parte de la sección de fuerzas especiales de la guardia nacional ucraniana, dijo que estaba luchando por el control del pueblo de Hlyboke.

“Hoy, durante intensos combates, nuestros defensores se vieron obligados a retirarse de unas pocas más de sus posiciones, y hoy otra población ha quedado completamente bajo control ruso. Para las 20:00, la lucha por el pueblo de Hlyboke sigue en marcha”, dijeron los combatientes en el video.

El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, dijo el sábado que veía fiables las afirmaciones de que Moscú había tomado Strilecha, Pylna, Pletenivka y Borsivika, y que las imágenes geolocalizadas también parecían indicar que las fuerzas rusas han tomado Morokhovets y Oliinykove. Describió las recientes ganancias rusas como “tácticamente significativas”.

En los primeros días de la guerra, Rusia hizo un intento fallido de tomar Járkiv con rapidez, pero se retiró de sus alrededores tras aproximadamente un mes. En el otoño de 2022, siete meses más tarde, el ejército ucraniano expulsó de Járkiv a las tropas rusas. El audaz contraataque ayudó a persuadir a los países occidentales de que Ucrania podía derrotar a Rusia en el campo de batalla y merecía apoyo militar. AP

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