Putin reduce aún más su aislamiento pero los acuerdos benefician más a China que a Rusia
Moscú, 5 sept.- El presidente ruso, Vladímir Putin, logró atemperar en Pekín sus tres años y medio de aislamiento por la guerra en Ucrania, al igual que hiciera a mediados de agosto en Alaska, pero los acuerdos que forjó durante su viaje parecen beneficiar más a China que a Rusia.
«¡Gran victoria diplomática!», tituló la prensa rusa y también la extranjera tras la firma de un preacuerdo entre Moscú y Pekín para el tendido de un nuevo gasoducto entre ambos países.

Cierto es que dicho documento fue una sorpresa para los expertos, pero el Kremlin no logró derribar otros obstáculos importantes, ahora que los intercambios comerciales con el gigante asiático han caído por primera vez en muchos años.
Ni rastro de aislamiento lejos de Europa
El líder ruso sigue siendo un paria en Europa, pero no lo es, ni mucho menos, en la región de Asia-Pacífico. En Pekín pudo reunirse con los líderes de potencias enfrentadas a Occidente como China, India o Irán, además de Turquía o Pakistán.
Además, tuvo un lugar de honor en el desfile militar en la plaza de Tiananmen, donde escoltó al líder chino, Xi Jinping, que aprovechó la ocasión para presentarse como Timonel del nuevo orden mundial.
La imagen amistosa de la troika de Putin con Xi y el primer ministro indio, Narendra Modi, provocó ampollas en Washington, aunque los analistas matizan que dicha alianza no es tal -el indio no asistió a la parada militar- y, además, es coyuntural, ya que debían presentar un frente común frente a las sanciones y aranceles de EE.UU.
Sea como sea, dicha capítulo aún no está cerrado, ya que el líder estadounidense, Donald Trump, se mostró de nuevo «muy decepcionado» con Putin y podría anunciar en breve sanciones contra la industria petrolera rusa.
Además, el jefe del Kremlin pudo reunirse con otro dirigente denostado, el norcoreano Kim Jong-un, que le garantizó ayuda a Rusia en todo lo que necesite para derrotar a Ucrania, en el marco del acuerdo de defensa mutua en caso de agresión.

Eso sí, Putin repitió en Pekín sus argumentos sobre que la OTAN es la auténtica culpable de la guerra en Ucrania, pero no recibió apoyo explícito de sus amigos y socios para continuar la guerra en el país vecino, sino para terminarla cuanto antes.
Segundo gasoducto con China
El memorándum «jurídicamente vinculante» para el tendido del gasoducto Fuerza de Siberia-2 a través de Mongolia fue, sin lugar a dudas, el principal resultado del viaje de Putin, desesperado por garantizar contratos a largo plazo para la exportación de hidrocarburos a Asia como alternativa a Europa.
Dicho conducto de 6.700 kilómetros de largo estaba estancado desde hace años debido a las discrepancias sobre el precio y los volúmes de suministro. Según los expertos, las presiones de Trump y la tensión en Oriente Medio precipitaron el preacuerdo ruso-chino.
«Aquí no hay caridad por parte de nadie. Son acuerdos mutuamente beneficiosos que se implementan según los principios del mercado. Todos estamos satisfechos, honestamente, yo también», aseguró Putin en rueda de prensa.
Ventajas competitivas para China
Estamos hablando de 50.000 millones de metros cúbicos, lo que sumado al Fuerza de Siberia y al gasoducto por el Lejano Oriente, alcanzaría los 106.000 millones de metros cúbicos de gas rusos con destino al gigante asiático en un futuro. Eso sí, aún lejos de los 170-180.000 millones que Moscú exportaba hace un lustro a Europa.
Eso sí, admitió que «esto creará ventajas competitivas para nuestros amigos chinos, que recibirán el producto a precios de mercado regulado, no a precios inflados, como lo que vemos actualmente en la eurozona».
La prensa occidental destacó que China tendrá así una alternativa al gas licuado procedente de Austria y Catar, pero advierte que el memorando no es más que un documento marco muy vago, que ni siquiera incluye precios, plazos o una hoja de ruta sobre la construcción.
Expertos chinos y rusos también elogiaron el trabajo de los consorcios ruso Gazprom y chino CNPC, pero también matizaron que se trata de un memorando de intenciones de carácter más político que económico.
La agencia oficial china Xinhua ni siquiera mencionó dicho acuerdo a la hora de informar sobre la veintena de documentos suscritos entre Rusia y China.
Acuerdos en el limbo
A su vez, el diario ‘Moscow Times’ recuerda que Putin no ha logrado desencallar el tema de la cooperación bancaria, crucial debido a la imposición de sanciones occidentales, que ha ralentizado las transacciones entre ambas economías.
Al parecer, Moscú y Pekín tampoco han podido restablecer el funcionamiento del sistema de pago chino UnionPay, al igual que no han alcanzado aún un acuerdo para que los bancos chinos acepten las tarjetas rusas Mir.
Como resultado, aunque China ha incrementado las importaciones de crudo ruso, el comercio bilateral cayó un 9,1 % en el primer semestre.
En lo que sí hubo avances fue en temas de visados, ya que los rusos podrán permanecer en territorio chino durante 30 días sin visado a partir del 15 de septiembre, algo que ya ocurre con otros 70 países desde julio pasado. EFE