Qué fue de la Marcha Verde
Pablo McKinney
Cuentan que una noche, desde el rincón de sus recuerdos, a la izquierda de la cantina del “Bar de los fracasos”, en el barrio de Lavapiés, en Madrid, el “ángel caído” de Luis Pastor hizo la pregunta: “¿Qué fue de los cantautores? De aquellos chicos de barrio, casi revolucionarios/ ingenuos como valientes barbudos estrafalarios/ progres universitarios, (…) paletos inteligentes”.
En Santo Domingo, la pregunta tendría que hacerla Víctor Víctor, pero sus compromisos contraídos previamente con la inmortalidad musical allá en el cielo se lo han impedido. Entonces, dejado de lado el tema de los cantautores, es uno quien quiere y debe preguntar sabiendo la respuesta: ¿Qué fue de la Marcha Verde? De ese socialmente hermoso movimiento que desde 2017 y hasta el día D de las elecciones presidenciales de 2020 reclamó en las calles el fin de la corrupción y la impunidad “para alcanzar una sociedad con igualdad de derechos y deberes para todos”.
Marcha Verde reunió en las calles a tirios y a troyanos, a santos y pecadores, a héroes anónimos y a traidores públicos, a oportunistas de oficio, a ciudadanos responsables y hasta a sicarios mediáticos en construcción. Allí había de todo como en botica, pero sobre todo había esperanza y había utopía, en especial de parte de quienes “tan ingenuos como valientes” estuvieron en el día a día; y no hablo de místeres de despachos, ni “servidores del pasado en copa nueva”, una copa, ya digo, llena de esperanza como la de los cantautores de Luis Pastor.
En enero de 2017, parecía que los tantos años de impune “vida loca” de nuestro sistema político-empresarial habían despojado a la amplia clase media (la misma que los gobiernos del PLD ayudaron a re-componer y ampliar a partir de la crisis de 2003) de su capacidad de reacción, indignación y participación social… “y entonces llegó Fidel”, o más bien llegó la Marcha Verde. Sólo que el tiempo, transcurridos los años, se ha ocupado de poner las cosas en su lugar.
Por eso, hoy, ante tantos sempiternos problemas, cuando la educación es un teteo a la ignorancia, la Policía sigue asesinando a supuestos delincuentes siempre pobres, cuando el tránsito es una selva y las mafias dondequiera se consolidan y fortalecen, ahora mismo es buena hora para preguntar sabiendo la respuesta con indignación, gadejo y un poquito de vergüenza: ¿Qué fue de la Marcha Verde?
Listín Diario