Rafaela, cine de calidad y alta dificultad, analizada en Centro Cultural Banreservas
La película resume invisibles heroísmos artísticos y la voluntad inquebrantable de sus creadores ante dificultades extremas, como triunfo de la voluntad de hacer un cine cuando todas las puertas se cierran
José Rafael Sosa
Santo Domingo, 17 mayo – El proceso de lograr el drama Rafaela pasó por etapas en la cuales se llegó a pensar que no sería posible hacerla, por las dificultades, algunas de ellas aparentemente infranqueables, como la económica y los prejuicios sociales contra un barrio marginado, reveló en un panel sobre la cinta, la creadora del concepto, la actriz Judith Rodríguez.
Poca gente imagina el desarrollo del proceso para realizar el drama urbano/marginal Rafaela, necesitado de once años en total, entrega artística, empresarial y técnica, para entregar a la cinematografía dominicana.
Tras la proyección de Rafaela en Centro Cultural Banreservas,— ya antes presentada como parte del II Ciclo de Cine Dominicano- , la cinta resulta mucho más admirable, más allá de sus premios y reconocimientos, los más recientes de los cuales fueron los seis premios La Silla 2023, que obtuvo por la votación de los profesionales del cine, resultado que sorprendió a los mismos responsables del proyecto, ya que Rafaela no tenía, con excepciones, los premios, galardones y reconocimientos entregados en su momento a otras excelentes cintas dominicanas.
Rafaela (Tito Rodríguez) basada en idea original de 2011 de Judith Rodríguez, para entonces estudiante de comunicación (con enfoque audiovisual) para la Escuela de Comunicación de PUCMM, se presentaba como “la tarea cinematográfica imposible” dijo Judith Rodríguez.
La actriz destacó que la búsqueda de inversionistas fue un proceso cuesta arriba, porque muchos no deseaban verse vinculados a un proyecto que presenta una comunidad marginal y supuestamente violenta y antisocial, como el barrio Capotillo.
La directora de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Ana Bélgica Güíchardo, presentó el corto original de Rafaela (2011).
Luego de esa exhibición se desarrolló un conversatorio que expuso las circunstancias en que se hizo posible llevar a término un proyecto que tomó once años para plasmarse en la pantalla grande.
Premios y honores
La función privada al final fue un homenaje con la entrega a Judith Rodríguez, Danilo Rodríguez, Archie López y Angurria, cuyo diseño se basó en el cartel de la película, grabadas a color por laser por parte de Logomarca.
Rafaela logró seis premios de ADOCINE: Mejor película, dirección, mejor actriz, actor principal; mejor productor y mejor afiche.
La exhibición de Rafaela fue un acto de justicia y un enfoque revelador de lo complicado que resulta hacer una película sobre una realidad que no es la que se presenta ordinariamente de lo que somos como comunidad nacional.
En el panel participaron, Danilo Reynoso (productor), Luis López (representando a Archie López, productor asociado), Judith Rodríguez (protagonista y creadora de historia), Angurria (creador del poster) y la actriz Marisabel Marte (actriz), quienes expusieron lo que les representó
Carrera de dificultades
Judith filmó en 2011 el corto Rafaela, que prometía ser semilla de un proyecto de largometraje, pero plantearse eso era mucho. Dijo que persistió y logró interesar a Tito Rodriguez
Reynoso dijo que se hicieron esfuerzos para iniciar el rodaje del largometraje, pero que no es sino hasta 2016 cuando se comenzaron a crear las condiciones.
El productor dijo que cada uno de los años que siguieron al 2016, se conseguían, como inversión segura, seis millones de pesos, menos de la tercera o cuarta parte del presupuesto mínimo para desarrollarlo.
Judith Rodríguez dijo que rodar una película en un sector tan particular como Capotillo, para lo cual hubo que contar con la colaboración de gente de la comunidad para que moderara el sonido de bocinas al momento de rodar, para que cruzara como extras delante de la cámara, o incluso para la seguridad del equipo de rodaje.
Tras el panel, moderado por la presidenta de la Asociación de Prensa y Crítica Cinematográfica, Dahiana Acosta, se hizo evidente que se trató de una síntesis de heroísmo artísticos, de voluntad inquebrantable ante dificultades extremas.
Rafaela es el triunfo de la voluntad de hacer un cine cuando todas las puertas parecen cerradas.