RD defiende deportaciones ante denuncia de Haití en la OEA
Washington, 8 de octubre de 2024 – La República de Haití y dos organizaciones defensoras de migrantes denunciaron este martes ante la Comisión Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) que la República Dominicana está implementando una política de deportación «discriminatoria» contra los haitianos, vulnerando sus derechos fundamentales.
En respuesta, el Estado dominicano tomó su turno en el foro para defender su política migratoria y justificar sus acciones, mientras otros países miembros de la OEA emitieron opiniones al respecto.
La reunión fue convocada a solicitud de Haití para tratar la situación de los migrantes haitianos afectados por la decisión de República Dominicana de deportar hasta 10,000 haitianos en situación migratoria irregular cada semana.
El embajador de Haití ante la OEA, Gandy Thomas, pidió a la organización reconocer lo que considera una campaña discriminatoria basada en la nacionalidad y el color de piel de los deportados. «La deportación masiva acentúa la fragilidad de nuestra infraestructura. Los deportados llegan sin apoyo ni recursos para integrarse en sus comunidades, lo que agrava aún más la situación humanitaria en Haití y alimenta la inestabilidad en la región», señaló Thomas.
Sam Guillaume, portavoz del Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados (GARR), fue aún más contundente, describiendo las deportaciones como «una cacería de haitianos». Denunció que muchos de los expulsados sufren extorsiones y violaciones de sus derechos, siendo encarcelados en condiciones inhumanas, y que a menudo se utilizan gases lacrimógenos para sofocar protestas.
Por otro lado, Ives Marie Chantel, de la Fundación Zile, adoptó una postura más conciliadora al abogar por el diálogo entre República Dominicana y Haití para abordar el problema de los migrantes en situación irregular.
Chantel reconoció que muchos haitianos detenidos en las redadas son trabajadores de sectores como la construcción y la agricultura, o estudiantes con visas vencidas, y que es necesario proteger sus derechos. «Hacemos un llamado al diálogo para asistir debidamente a estas personas», indicó Chantel.
Países miembros de la OEA piden respeto a los derechos humanos
Después de las denuncias de los representantes haitianos y las organizaciones, varios países miembros de la OEA, incluyendo Canadá, Estados Unidos, Colombia, Guyana y Panamá, tomaron la palabra para expresar sus puntos de vista. Si bien reconocieron el derecho soberano de República Dominicana de gestionar su política migratoria, hicieron un llamado a garantizar el respeto de las normas internacionales y los derechos humanos durante los procesos de deportación.
Canadá instó a que se colabore con los países vecinos y organizaciones internacionales para buscar soluciones duraderas que respeten los derechos humanos y promuevan la estabilidad en la región.
Estados Unidos, por su parte, expresó su preocupación por el enfoque «únicamente» hacia los haitianos en las deportaciones, y destacó que la discriminación que enfrentan los haitianos y los dominicanos de ascendencia haitiana debe ser tratada de manera acorde con las obligaciones jurídicas internacionales.
Defensa de República Dominicana: seguridad nacional y derechos humanos
El ministro consejero dominicano ante la OEA, Radhafil Rodríguez, respondió a las denuncias defendiendo las políticas migratorias de su país y deploró que Haití recurriera a la OEA sin antes agotar los canales bilaterales de comunicación con República Dominicana.
«Las medidas recientes del Consejo Nacional de Seguridad buscan fortalecer las existentes para atender la presión migratoria haitiana, en estricto cumplimiento con el derecho internacional y garantizando la seguridad nacional y los derechos humanos», aseguró Rodríguez.
El diplomático dominicano subrayó que las acciones no se limitan a las deportaciones, sino que incluyen una serie de medidas adicionales para reforzar la vigilancia fronteriza y desmantelar las redes de tráfico humano que se lucran con la vulnerabilidad de los migrantes.
«República Dominicana tiene la responsabilidad de gestionar los flujos migratorios de acuerdo con sus necesidades internas para mantener el orden público y la sostenibilidad de los servicios públicos», añadió.
Rodríguez presentó datos que ilustran la carga que representa la migración haitiana en los servicios públicos del país, argumentando que desde hace años República Dominicana ha sido solidaria con Haití, pero que es necesario que la comunidad internacional intervenga para estabilizar la situación en el vecino país. «No se puede pretender que República Dominicana cese las deportaciones de migrantes irregulares», aseveró el embajador.
En cuanto a las acusaciones de maltrato durante los procesos de deportación, Rodríguez las rechazó enfáticamente y garantizó que cualquier denuncia en ese sentido sería investigada y sancionada conforme a la ley. «Nuestro gobierno se toma muy en serio estas acusaciones y, de ser comprobadas, actuaremos con toda la severidad de la ley», concluyó.
Haití pide diálogo
En su segunda intervención, el embajador haitiano Gandy Thomas reiteró la disposición de su país a dialogar de manera abierta y sincera con el Gobierno dominicano para encontrar soluciones conjuntas a la problemática migratoria. Ambas partes manifestaron su voluntad de mantener abiertos los canales de comunicación.
Reacciones internacionales: apoyo a la soberanía y preocupación por los derechos humanos
El debate entre Haití y República Dominicana en la OEA suscitó reacciones encontradas entre los países miembros. Mientras que algunos respaldaron la postura dominicana de defender su soberanía, también expresaron preocupación por el trato a los migrantes y la necesidad de que las deportaciones se realicen en el marco del debido proceso.
Canadá fue uno de los países que instó a la República Dominicana a garantizar que las deportaciones se lleven a cabo respetando la dignidad y seguridad de los deportados, al tiempo que llamó al Gobierno de Haití a persistir en sus esfuerzos por restablecer la paz y la seguridad en su territorio. «Es fundamental que todos los países colaboren para encontrar soluciones duraderas y que respeten los derechos humanos», dijo el representante canadiense.
Estados Unidos, representado por su embajador ante la OEA, Francisco Mora, expresó su preocupación por el aumento de las deportaciones y por el trato que reciben los haitianos en República Dominicana. «Promovemos leyes migratorias que respeten los derechos humanos y aseguren el debido proceso, conforme a las obligaciones internacionales», declaró Mora, instando al Gobierno dominicano a manejar la situación con sensibilidad.
Por su parte, la representante de Panamá, Ana Irene Delgado, reconoció los desafíos que enfrentan los países receptores de migrantes y señaló que la presión sobre sus infraestructuras y sistemas de salud es considerable.
«Es necesario un esfuerzo coordinado que supere nuestras capacidades nacionales. Por eso hacemos un llamado a que las medidas que se acuerden estén alineadas con los estándares internacionales de derechos humanos», sostuvo Delgado, subrayando la importancia de la cooperación internacional para abordar tanto la migración masiva como la crisis en Haití.