Redada policial en Río de Janeiro contra narcotraficantes deja 119 muertos
RÍO DE JANEIRO, 29 oct. — El número de muertos en una redada policial masiva contra una notoria banda de narcotraficantes en Río de Janeiro aumentó el miércoles a 119, incluidos cuatro policías, informó la policía brasileña.
La cifra anterior dada por las autoridades era de 60 presuntos pandilleros y cuatro policías fallecidos luego de la operación del martes donde participaron 2.500 policías y soldados que provocó enfrentamientos en dos favelas de la ciudad.
El recuento de sospechosos arrestados se situó en 113, frente a los 81 citados anteriormente, dijo el portavoz de la policía, Felipe Curi, en una conferencia de prensa.
Después de la masiva redada policial, los residentes de una favela de Río de Janeiro pasaron toda la noche en vehículos recogiendo cuerpos dentro y alrededor de su comunidad urbana para luego colocarlos en fila en una plaza central.
El miércoles al amanecer, al menos 50 cuerpos de hombres jóvenes, en su mayoría sin camisa, yacían en el suelo en Penha, uno de los dos sitios objetivo de la operación policial más mortífera de Río de Janeiro, que está siendo denunciada por críticos como el último ejemplo de uso excesivo de la fuerza en Brasil.
Cientos de residentes y familiares de las víctimas rodearon los cuerpos, algunos llorando mientras otros gritaban “masacre” y luego coreaban “justicia”, según un periodista de The Associated Press en el lugar.
Los vecinos dicen que la cifra es mayor y que algunos de los cuerpos que estaban recogiendo probablemente no estaban incluidos en el conteo oficial. Muchos fueron encontrados en una ladera boscosa cerca de la comunidad urbana, dijeron.
Para el mediodía, las autoridades forenses habían recuperado los cuerpos. El gobierno estatal no respondió de momento a una solicitud de comentarios.
Raull Santiago, un activista local, dijo que formaba parte de un equipo que encontró unos 15 cuerpos antes del amanecer.
“Vimos personas ejecutadas: disparos en la espalda, disparos en la cabeza, heridas de arma blanca, personas atadas. Este nivel de brutalidad, el odio esparcido, no hay otra forma de describirlo, excepto como una masacre”, afirmó Santiago.
El gobernador Claudio Castro dijo el martes que Río de Janeiro estaba en guerra contra el “narcoterrorismo”, un término que evocaba la administración del presidente estadounidense Donald Trump en su campaña contra las drogas en América Latina. El gobierno estatal de Río dijo que aquellos que fueron asesinados habían resistido la acción policial.
Río de Janeiro ha sido escenario de redadas policiales letales durante décadas. En marzo de 2005, unas 29 personas fueron asesinadas en la región de Baixada Fluminense, mientras que en mayo de 2021, 28 fueron asesinadas en la favela de Jacarezinho.
Una operación sin precedentes
Pero la escala y letalidad de la operación del martes no tienen precedentes. Organizaciones no gubernamentales y el organismo de derechos humanos de la ONU rápidamente expresaron preocupaciones sobre el alto número de muertes reportadas y pidieron investigaciones.
Los objetivos declarados de la operación eran capturar líderes y limitar la expansión territorial de la banda criminal Comando Vermelho (Comando Rojo), que ha aumentado su control sobre las favelas en los últimos años.
Además de los arrestos, fueron decomisados 93 rifles y más de media tonelada de drogas, dijo el gobierno estatal.
La redada policial provocó disparos y otras represalias de los miembros de la banda, causando escenas de caos en toda la ciudad. Las escuelas en las áreas afectadas cerraron, una universidad local canceló las clases y las carreteras fueron bloqueadas con autobuses utilizados como barricadas.
Supuestamente, los miembros de la banda atacaron a la policía con al menos un dron. El gobierno estatal de Río de Janeiro compartió un video en X que parecía mostrar un dron disparando un proyectil desde el cielo.
El gobernador Castro, del opositor Partido Liberal conservador, dijo el martes que Río estaba “solo en esta guerra”. Afirmó que el gobierno federal debería estar proporcionando más apoyo para combatir el crimen, en una crítica a la administración del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Sus comentarios fueron desafiados por el Ministerio de Justicia, que dijo que había respondido a las solicitudes del gobierno estatal de Río para desplegar fuerzas nacionales en el estado, renovando su presencia 11 veces.
Gleisi Hoffmann, enlace de la administración de Lula con el Parlamento, coincidió en que se necesitaba una acción más coordinada, pero señaló una reciente ofensiva contra el lavado de dinero como un ejemplo de la acción del gobierno federal sobre el crimen organizado.
El jefe de gabinete de Lula, Rui Costa, solicitó una reunión de emergencia el miércoles con las autoridades de Río y el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.
Las bandas criminales han expandido su presencia en todo Brasil en los últimos años, incluso en la selva amazónica.
Filipe dos Anjos, secretario general de la organización de derechos de las favelas FAFERJ, dijo que este tipo de operaciones policiales no resuelven el problema porque aquellos que fueron asesinados son fácilmente reemplazables.
“En unos 30 días, el crimen organizado ya estará reorganizado en el territorio, haciendo lo que siempre hace: vendiendo drogas, robando cargamentos, cobrando pagos y cuotas”, expresó.
“En términos de resultados concretos para la población, para la sociedad, este tipo de operación no logra prácticamente nada”, añadió. AP

