Reflexiones sobre el  año 2025

Por: Luis Fernández

El 2025 ha sido un año marcado para la República Dominicana, por diversas tensiones sociales, desconfianza ciudadana hacia las instituciones, debates sobre el rumbo económico y social y un aumento del cuestionamiento a la narrativa oficialista de un llamado éxito económico, frente a una realidad, cada vez más dura, más cara y más insegura, que vive la población.

Lo que ha dejado en evidencia la brecha cada vez más profunda entre los indicadores oficiales y las condiciones objetivas de vida de la gente, lo que hace que la propaganda gubernamental, choque directamente, con los dominicanos de a pie, aquellos que madrugan, trabajan y hacen esfuerzos para llegar a fin de mes, cuya realidad es ignorada desde el poder cuando este se desconecta del pueblo.

A pesar de que el gobierno proyectó un crecimiento económico de 5% para el año 2025, solo se crecerá menos del 3% muy por debajo de lo proyectado por las autoridades, lo que refleja una clara desaceleración y una economía menos dinámica, que solo creció para algunos pocos y que resultó insuficiente para responder a las grandes necesidades sociales acumuladas.

El dólar ha continuado encareciéndose en este año 2025 sobrepasando la barrera de los 64,00 pesos, lo que está impactando las importaciones y directamente los precios de los alimentos, medicamentos, transporte y servicios, para miles de familias que han visto como se ha afectado su poder adquisitivo, mayor incertidumbre para los hogares, lo que es de gran preocupación para la población.

En el año 2025 la deuda pública continuó su carrera ascendente, lo que algunos analistas consideran que estos altos niveles de endeudamiento, pueden limitar la capacidad del Estado para invertir en servicios sociales y afrontar choques externos, lo que es de alta preocupación para diferentes sectores, que ven el elevado volumen de  recursos utilizados para pago de intereses y para gastos corrientes.

En este periodo el país ha percibido en carne propia, la vuelta de los apagones, el encarecimiento de los alimentos, transporte, servicios básicos, aumento de la pobreza y la desigualdad, lo que ha elevado de manera considerable el costo de la vida, por lo que una familia normal no puede darse lujos ya que los sueldos solo alcanzan en el mejor de los casos, para cubrir necesidades básicas, lo que afecta la capacidad de ahorros y consumo de la población.

En el año 2025 también creció la inseguridad y la violencia y aumentó en la población la preocupación por robos, asaltos, crímenes y el miedo en los barrios, siguieron siendo parte de la vida diaria, la seguridad ciudadana fue de las principales demandas sociales y sigue presente  afectando la percepción pública de la población y la tranquilidad que lamentablemente no llegó a muchos hogares dominicanos.

En cuanto a la justicia durante el 2025 continuó la dolorosa combinación de judicialización de la política, con los intentos de  impunidad, de una justicia que avanza lentamente cuando se trata de poderosos, pero que es implacable contra los débiles, la corrupción se hizo presente con fuerza en este año, con nuevos casos de corrupción especialmente vinculados al manejo de fondos públicos, obras y servicios esenciales.

Todo esto se ha coronado con el escandaloso caso de corrupción del Seguro Nacional de Salud (SENASA), el cual ha tocado la salud del pueblo, una institución que debía proteger a millones de personas de bajos ingresos, adultos mayores, trabajadores, ha sido sometida a un enorme hecho de corrupción, que no solo es una vergüenza nacional, sino una violación grave de los derechos ciudadanos.

También las tragedias se han hecho presente en este 2025 con el colapso mortal del techo de la discoteca Jet Set, en el mes de Abril donde murieron 231 personas, 189 fueron rescatadas con vida y 180 resultaron heridas, esta tragedia que pudo ser evitada impactó profundamente en la sociedad dominicana, generando una gran conmoción y luto nacional.

El año 2025 ha significado para los dominicanos, mucha incertidumbre, corrupción, encarecimiento de la vida, desconfianza institucional, inseguridad ciudadana, tragedias y una disminución importante del crecimiento económico, que solo crece para beneficio de  algunos pocos, mientras la gran mayoría del pueblo siente que retrocede y la pobreza, la desigualdad y la exclusión siguen intactas.

2025 fue un año de desgaste político para las fuerzas políticas gobernantes, el disgusto de la población es bien visible, la sensación de injusticia es persistente, la creciente demanda de cambios es real, el año dejo un claro desafío, la estabilidad sin justicia social no genera legitimidad y mucho menos paz social, es hora de que el Estado deje de proteger privilegios y proteja y garantice derechos a los más pobres.

El pueblo dominicano que siempre se ha podido levantar de sus desgracias, tarde o temprano se levantará de los aspectos negativos de este año 2025, abriendo el camino a un estado más transparente, con políticas económicas que prioricen a las mayorías, de modo que la República Dominicana, pueda avanzar  hacia una recuperación verdaderamente sostenible, justa e inclusiva.

Luis Fernández

Político, escritor y comunicador

Santo Domingo R.D.     

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