Renaturalizadas, sanas e inclusivas: las ciudades del futuro buscan su senda
Madrid, 17 nov (EFE).- El futuro de las metrópolis en 2050, año de la neutralidad climática y en el que la ONU calcula que más del 68 % de la población mundial será urbana, se asentará en ciudades renaturalizadas, inclusivas y sanas, con movilidad sostenible y el bienestar del ciudadano como eje político y de desarrollo urbano.
La nueva jornada de la cumbre climática mundial COP27, en Sharm al Sheij (Egipto), abordará este jueves la situación de las ciudades del futuro, los edificios ecológicos y las infraestructuras resilientes como parte del cambio de paradigma previsto para reducir los impactos del clima y reconsiderar el papel de las ciudades en la lucha contra la emergencia climática.
A día de hoy, las urbes, que apenas cubren el 3 % de la superficie de la Tierra, pero generan el 70 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, buscan implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 mediante soluciones políticas, económicas y sociales y con la meta puesta en las «7 R»: Rediseñar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar, Recuperar y Reciclar.
Según el último informe de la organización dependiente de las Naciones Unidas Carbon Disclosure Project, cuatro de cada cinco ciudades (80 %) se enfrentan a peligros significativos relacionados con el clima en 2022, como calor extremo (46 %), lluvias intensas (36 %), sequía (35 %) e inundaciones urbanas (33 %).
Al mismo tiempo, casi dos tercios de las ciudades (64 %) ya están viviendo el impacto significativo de los peligros relacionados con el clima.
Respecto a la necesidad de ciudades más sanas, cerca de dos tercios (62 %) afirman que los peligros climáticos ocasionan graves problemas de salud: enfermedades relacionadas con el calor (45 % de las ciudades), enfermedades respiratorias (29 %), enfermedades transmitidas por vectores (28 %) y lesiones físicas directas o fallecimiento por condiciones climáticas extremas (22 %).
Para Tabaré Curras, Global Technical Expert Cities de WWF, el futuro de las ciudades se vislumbra más «resiliente, justo y humano» y resalta unos principios a cumplir por las urbes del mañana, donde primen estilos de vida sostenibles como norma común, así como la regeneración de sistemas naturales urbanos, entre otros aspectos.
Así, destaca proveer el acceso de comunidades vulnerables (personas en pobreza, migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo desplazados internos, minorías, adultos mayores) a servicios básicos, servicios urbanos e infraestructura eficiente y de calidad y garantizar el acceso público a zonas libres y espacios verdes.
A su juicio, también es necesario el uso mixto del suelo y grados deseables de compacidad y densidad urbana que permitan a la población, con diversos niveles socioeconómicos y orígenes demográficos, acceder a diferentes espacios de manera eficiente y limpia.
Orientar el desarrollo urbano hacia el transporte público cero emisiones, impulsar prácticas en el uso eficiente y el ahorro de energía y agua mediante energías limpias y renovables, además de redes eléctricas inteligentes, que favorecen el uso eficiente de la energía, son otras de las recomendaciones de Tabaré.
El ecologista resalta el impulso al que debe someterse la economía circular en todos los sectores, sobre todo en la construcción y el transporte reutilizando, recuperando y reciclando materiales como el cemento, acero y aluminio.
Por último, aboga por la reducción de residuos urbanos y orgánicos, estos últimos mediante el compostaje, para incidir en la promoción de infraestructura verde-azul (sistemas de captura de agua de lluvia, techos verdes, hogares bioclimáticos, huertos urbanos) y fortalecer el entorno natural y la biodiversidad en ciudades.
Elena Sánchez Laso