República Dominicana expone en Doha sus avances en reducción de la pobreza y fortaleza de su protección social

Santo Domingo, 9 nov. – En el marco de la Second World Summit for Social Development que se celebra del 4 al 6 de noviembre en Doha, Catar, la República Dominicana, a través de la Dirección de Desarrollo Social Supérate (DDSS), presentó de manera oficial los avances logrados en materia de reducción de la pobreza, disminución de la desigualdad y fortalecimiento de la seguridad social.

Este foro global, al que asistieron jefes de Estado, ministros, y representantes de organismos internacionales, tiene como objetivo revisar los progresos acumulados desde la primera cumbre realizada en Copenhague hace tres décadas, así como trazar nuevas rutas para la erradicación de la pobreza y la inclusión social.

En representación dominicana participó el subdirector de Protección Social de la DDSS, Wailly Lewis, quien delineó durante su intervención en Doha los logros alcanzados por el país en los últimos veinte años.

Lewis destacó que según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la pobreza en República Dominicana pasó de aproximadamente un 50 % en 2004 a un 18,2 % en 2024, y la pobreza extrema de 9,5 % a 4,9 % en el mismo periodo.

Además, la desigualdad medida por el coeficiente de Gini bajó de 0,51 a 0,39, situándose como la más baja de la región, lo que evidencia una mejora estructural en la distribución del ingreso. Lewis explicó: “Entre 2020 y 2024, más de un millón de dominicanos salieron de la línea de pobreza, reduciendo la tasa del 30,4 % al 18 %. Esta tendencia descendente se explica por la recuperación del empleo, el incremento de los ingresos y la consolidación de políticas sociales integrales”.

El funcionario resaltó asimismo la evolución en seguridad alimentaria: citó estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que muestran que la subalimentación en República Dominicana cayó del 8,7 % en 2019 al 3,6 % en 2025, ubicando al país por debajo del promedio regional. Esta cifra, indicó Lewis, “refleja el fortalecimiento del poder adquisitivo y la efectividad de las estrategias de seguridad alimentaria implementadas por la República Dominicana”.

A pesar de esos logros, el subdirector de Protección Social hizo un reconocimiento franco de que el progreso mundial es todavía desigual y está lleno de retos. “Treinta años después de la Cumbre de Copenhague, persisten brechas que limitan el acceso a educación, salud, empleo y protección social.

Las crisis climáticas y geopolíticas, junto a la acelerada transformación tecnológica, han ampliado esas desigualdades”, advirtió. En ese sentido, destacó que la DDSS, en colaboración con otras instituciones nacionales e internacionales, impulsa la construcción de un sistema de protección social universal, integral y sostenible, “capaz de articular la protección con la producción, la asistencia con la autonomía y la inclusión con la sostenibilidad ambiental”.

Durante su estancia en Doha, Wailly Lewis y el director de Planificación de la DDSS, Raimundo Rodríguez Javier, junto al embajador dominicano en Catar, Georges Bahsa Hazim, sostuvieron reuniones de alto nivel con representantes de otros países latinoamericanos, así como del ámbito internacional.

Destacaron entre esas actividades el encuentro con el ministro de Desarrollo Social y Asistencia de Brasil, Wellington Días, y el secretario de Inclusión Socioeconómica de ese país, Luiz Carlos Everton, con quienes discutieron el rol de la República Dominicana dentro de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.

También se reunieron con el director de Prosperidad Social de Colombia, Mauricio Rodríguez Amaya, para dialogar sobre la importancia del acceso al microcrédito como mecanismo clave de financiamiento para familias emprendedoras.

La participación dominicana coincide con la adopción de la llamada Declaración Política de Doha por parte de los líderes que asistieron a la cumbre. Este documento reafirma el compromiso global con la erradicación de la pobreza, la creación de trabajo decente, la lucha contra la discriminación, la ampliación del acceso a la protección social y la garantía de los derechos humanos.

Según el portal oficial de la cumbre, el evento “acomoda a los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las instituciones académicas para acelerar los progresos hacia los objetivos de desarrollo sostenible”.

Para República Dominicana, la participación representa no sólo la exposición de sus cifras sino también una oportunidad estratégica de reafirmar su compromiso internacional con la Agenda 2030 y con una visión de desarrollo que combine crecimiento inclusivo, cohesión y justicia social. Lewis expresó al respecto: “La República Dominicana no solo presenta resultados: invita a construir alianzas que transformen la cooperación en impacto real. En este tiempo de profundos desafíos globales, esta Cumbre nos convoca a renovar compromisos, fortalecer la cooperación y acelerar la Agenda 2030, promoviendo el bienestar compartido y el desarrollo sostenible, sin dejar a nadie atrás”.

El contexto global del evento añade peso a las declaraciones dominicanas. Según el material preparatorio del foro, la cumbre fue convocada por la Naciones Unidas para “dar impulso a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” en un momento marcado por crecientes desigualdades, cambios demográficos, retos medioambientales y transformaciones tecnológicas profundas.

En ese sentido, República Dominicana levantó su voz en Doha como un caso de éxito en la región latinoamericana y caribeña al tiempo que reconoce que el camino por recorrer aún es amplio.

El desafío para el país ahora pasa por sostener y profundizar los avances. La DDSS enfrenta la tarea de expandir la cobertura y profundidad de los esquemas de protección social, asegurar que los beneficios del crecimiento alcancen a los más vulnerables y consolidar programas de empleo, ingreso y acceso a servicios que respondan a un entorno global más complejo.

Las alianzas reforzadas —ya sea con Brasil, Colombia u otros países y organismos— podrían jugar un papel clave para exportar buenas prácticas e importar lecciones. En este objetivo, la cumbre brindó un escenario propicio para intercambiar experiencias, forjar compromisos y articular nuevo financiamiento internacional.

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