Retrato de la soledad del casco antiguo de Santo Domingo en plena pandemia
Ramón Santos Lantigua
Santo Domingo, 9 sep (EFE).- La necesidad de escapar del estrés diario tras captar los momentos más desafiantes en los centros de salud dominicanos en plena pandemia condujo a la creación de «Paisaje efímero», 49 fotografías que muestran la soledad de casas, calles, muros y luces de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
El matrimonio formado por los fotógrafos chilenos Érika Santelices y Orlando Barría, radicados hace veinte años en República Dominicana, se adentraron por los viejos adoquines del centro histórico de la capital dominicana, en las noches de los primeros meses del azote del coronavirus, para eternizar un mundo muy diferente al acostumbrado.
Esta pareja de fotoperiodistas abrió este viernes su exposición en los salones de la Alianza Francesa, donde permanecerá hasta el 8 de octubre como parte del Festival Internacional Bienal Photoimagen, el más importante de República Dominicana.
«Nos pasó algo que no nos había pasado nunca. Cuando salimos a dar cobertura a noticias, como un huracán por ejemplo, sabemos que nuestra casa está protegida y regresamos a ella y la noticia se acaba, pero cuando surgió la pandemia estuvimos dentro de ella; por primera vez empezamos a sentir que estábamos afectados por la pandemia», dice Santelices a Efe.
En lugar de descansar tras agotadoras jornadas en unidades de cuidados intensivos, decidieron que la mejor manera de canalizar el proceso era continuar haciendo en las calles lo que les gusta hacer, fotografías, aunque desde una perspectiva completamente distinta.
«Comenzamos a salir al caer la tarde y decidimos ir a la Ciudad Colonial, un lugar habitualmente lleno de turistas, de actividades culturales, de parques abarrotados, pero en esta ocasión estaba completamente solitaria. Fue muy extraño para nosotros, ya que por primera vez no hay una sola persona en nuestras fotografías», explica Barría, quien trabaja para la Agencia Efe.
Cuarenta de las fotografías forman diez grupos de a cuatro en un mismo tamaño. Las otras nueve tienen mayores dimensiones. Todas fueron tomadas de noche y presentadas en formato temático.
Nada se les escapó a sus autores: muros centenarios, esquinas, callejones, farolas.
Para Barría, fueron «momentos históricos» en los que durante casi cuatro meses -y en pleno toque de queda- recorrieron una Ciudad Colonial sin policías, sin autos, sin gente.
Aunque no pensaron «nunca» en realizar una exposición con su «trabajo», los fotógrafos sí esperan de aquellos que visiten la muestra una reacción.
«Sentirán nostalgia de rememorar un poco lo que pasó en la pandemia, la gente va a redescubrir lo que pasó en la pandemia, cómo la vivió, si estuvo sola, si estuvo acompañada, la gente recordará con nostalgia ese período», declara Érika.
La fotógrafa chilena abunda en su reflexión: «será como una especie de ‘remirar’ los espacios cuando el hombre y las cosas que hace el hombre no están, cuando dejan de estar o deja de estar el hombre que las construyó, entonces es un poco a lo que invitamos, a que la gente vea esos espacios construidos por el hombre, pero sin el hombre, y sus objetos más cercanos». EFE