Reuniones de última hora para tratar de salvar al Gobierno francés, amenazado por una moción de censura
París, 2 diciembre.- En medio de la cuenta atrás para tratar de salvar al Gobierno francés, amenazado por una moción de censura por la izquierda y la extrema derecha, se multiplican las reuniones de última hora, tanto en el seno del Ejecutivo como de los diferentes partidos.
El primer ministro, Michel Barnier, mantuvo un encuentro con sus titulares de Economía, Antoine Armand, y Hacienda, Laurent Saint-Martin, después de que el presidente de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, anunciara esta mañana que votarán a favor de la moción de censura.
También tiene previsto reunirse con los portavoces parlamentarios de los grupos que le sustentan en la Asamblea Nacional, macronistas, centristas y conservadores tradicionales, que juntos forman el grupo más numeroso, pero lejos de la mayoría absoluta.
El Ejecutivo, que carece de mayoría parlamentaria, debe presentar este lunes las cuentas de la Seguridad Social y, si como parece, no recibe el apoyo de la Asamblea, se expone a una moción de censura.
Contra el proyecto de presupuestos
El líder ultranacionalista ha advertido de que en el momento actual, su formación se inclina por tumbar al Ejecutivo, al que acusa de “despreciar al partido más votado del país”.
“No podemos apoyar estas cuentas porque van en contra de las pequeñas empresas y de las clases medias”, dijo el presidente del RN en una declaración a los medios en la que culpó al presidente, Emmanuel Macron, de la situación de “incertidumbre” que vive el país, tanto a nivel político como financiero.
Pero Bardella señaló que la solución no pasa por una dimisión de Macron sino por “tener en cuenta el resultado de las últimas legislativas” en las que su partido fue el más votado, con once millones de votos, pero tercero en número de parlamentarios, tras la coalición de izquierdas y los macronistas.
Las declaraciones del presidente del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) se producen tras un fin de semana de negociaciones para tratar de salvar al Gobierno, que depende de sus 140 votos en la cámara baja.
Si Barnier adopta el presupuesto de la Seguridad Social sin voto parlamentario, la izquierda presentará una moción de censura y, si suma los votos de la ultraderecha, el Ejecutivo caerá.
Las cuentas de Barnier
El reloj corre hasta las 15.00 horas (13.00 GMT), cuando está previsto que llegue al pleno el proyecto de ley de finanzas de la Seguridad Social, el primer texto presupuestario que genera la controversia.
A esa hora, Barnier tiene ante si dos opciones: presentar el texto a votación, para lo que no tiene asegurada la mayoría, o aprobarlo sin voto parlamentario, lo que le expone a una moción de censura, que sería debatida el próximo miércoles y que, tanto la izquierda como la extrema derecha, han dicho que apoyarán.
El Ejecutivo viene alertando desde hace días del peligro que supondría una moción de censura o no adoptar el presupuesto.
Según Barnier, una “tormenta” se abatiría sobre la economía francesa, que podría ver una subida de los intereses de su deuda.
El primer ministro había diseñado unas cuentas que incluían recortes por valor de 40.000 millones, a los que se sumarían 20.000 millones suplementarios de recaudación, sobre todo con una subida de impuestos a los más ricos y a las principales empresas.
Con ello, espera situar el déficit en el 5 % el año próximo para integrar las exigencias comunitarias, del 3 %, en 2029, una trayectoria validada por Bruselas.
El jefe del Gobierno puede también retirar el texto y adoptar sus medidas en diferentes decretos, pero eso no le garantiza la continuidad.