Rinden todos los honores militares a un servidor de la Patria fallecido a manos de criminales

Santo Domingo, 29 de febrero – Bajo el cielo cargado de luto, resonó el Himno Nacional y el solemne «toque de silencio» de la trompeta del Ejército al despedir los restos del segundo teniente Fernando Pérez Berigüete. Su vida fue truncada el pasado 27 de febrero en un supuesto asalto, después de participar en el desfile militar del Día de la Independencia Nacional.

En la entrada del cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este, la esposa del teniente, María Estela de Pérez, sostenía a sus tres hijos mientras era recibida por un pelotón de más de 30 conscriptos. La melodía de la trompeta, con un sonido melancólico, marcó el comienzo de este acto solemne, donde oficiales del Ejército entregaron la bandera dominicana a la familia en reconocimiento a los 25 años de servicio dedicados a la protección de la soberanía dominicana.

Los llantos eran un eco constante entre los presentes, afligidos por la pérdida prematura de un ser querido que solo contaba con 44 años. «Dios mío, no lo puedo creer todavía. Él era un hombre de bien», exclamaba una tía, apoyada por otros familiares que compartían el profundo dolor.

La madre del teniente, Onelia Beriguete, narró que el trágico suceso ocurrió cuando su hijo regresaba a casa pasadas las 8:00 de la noche.

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Entre los estrechos pasillos del camposanto, los hijos y la concubina del militar fallecido se despidieron con ramos y lamentos. «Ay, Dios mío», repetía su esposa abrazada a sus hijos. Después de numerosas oraciones por el eterno descanso del noble hombre, suboficiales del Ejército realizaron tres disparos al cielo, marcando el último adiós al malogrado teniente.

CLAMOR POR JUSTICIA

«Que resuelvan con él (culpable), lo mismo que le hicieron a él (Beriguete). Que no lo dejen vivo tampoco si lo encuentran», demanda Martín Encarnación a la Policía Nacional, exigiendo justicia por su cuñado, a quien consideraba como un hermano.

La aflicción de los hijos, madre y esposa impedía que se expresaran durante el entierro; solo mostraron impotencia, frustración y desconsuelo ante los más de cuatro disparos que segaron la vida del eterno segundo teniente del Ejército.

Mientras tanto, la Policía Nacional continúa las investigaciones para identificar a los culpables de este trágico incidente ocurrido el martes en la noche, pasadas las 8:00, en Villa Liberación, sector en Santo Domingo Este. La búsqueda de justicia persiste para honrar la memoria de un hombre que dedicó más de dos décadas al servicio de su nación.

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