Rivalidades y cambios políticos: eligiendo el mal menor
Nelson Espinal Báez
Soy de los que piensa que la maestría en política se demuestra cuando se aprende a escoger el mal menor. Cuando entre dos o más situaciones gravosas se elige la menos lesiva. Fácil decirlo, difícil hacerlo porque tendemos a subestimar al contrario y sobreestimar nuestras fuerzas.
Así vemos cómo se ha desarrollado la historia de los cambios y conflictos políticos en nuestro país. No son lineales, sino sistémicos. La separación de los dos principales líderes del PLD confirmó la tesis que presentamos en esta misma columna, que en esencia la lucha política por el poder en República Dominicana capaz de generar cambios, no ha sido por la confrontación «pueblo versus poder establecido», sino la lucha entre «facciones o rivales dentro del mismo grupo de poder establecido». Las rivalidades entre aliados han determinado y provocado la mayor cantidad de cambios políticos importantes en nuestro país.
Desde el presidente general Pedro Santana y el presidente coronel Buenaventura Báez, originalmente aliados, pasando por la Guerra de Restauración, entre el presidente general José María Cabral y Buenaventura Báez. Y así continuamos todo el siglo XIX, el XX, pasando por Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, hasta nuestros días, en pleno siglo XXI, los expresidentes Danilo Medina y Leonel Fernández. (Danilo y Leonel: un conflicto sistémico. Santo Domingo Julio 02, 2019. Diario Libre).
El error del Dr. Fernández fue salir del PLD. Sobrestimó sus fuerzas y subestimó a sus rivales. Pero igualmente, puede decirse sobre el Lic. Medina. Con la diferencia que este último no tiene posibilidad constitucional de aspirar al poder.
Hoy debido a esas decisiones, entre el PLD y la FP hay un juego de suma cero. Lo que uno gana, lo pierde el otro. Y viceversa. Por su parte, la FP originalmente inflada gracias al apoyo directo del PRM y Luis Abinader, tiene hoy serios problemas para llenar su plantilla de candidatos gananciosos para las elecciones congresuales y municipales que se celebrarán en febrero del 2024 y, según encuestas, solo el senador Félix Bautista podría repetir. De mantenerse así es un problema, pues no hay mayo sin pasar por febrero.
De su parte, el PLD tiene un candidato a la presidencia que, hasta ahora, según encuestas, no logra acercarse al expresidente Fernández. Aunque falta buen trecho, es real que Abel Martínez tiene un reto difícil que es buscar votos dentro de la misma base electoral que está buscando votos el expresidente Fernández. Eso no es tarea fácil.
Para colmo, la renuncia de su director nacional de campaña, el Lic. Francisco Javier García, persona de reconocidos éxitos en esas gestiones es algo que debe tomarse con seriedad. Su carta no sólo fue una renuncia, sino un diagnóstico.
De esta forma se perfila un escenario electoral complejo para ambas organizaciones. El PLD deberá enfocarse en obtener posiciones congresuales y municipales ganables en el 2024, y de esta forma si su candidato no sube a una segunda posición, evitar una segunda vuelta y preferir que el PRM y Luis Abinader ganen en primera vuelta.
La FP por su parte, deberá fortalecer sus candidaturas municipales y congresuales, de lo contrario el impulso de Fernández puede verse disminuido al llegar mayo.
Algo podemos afirmar y es lo que no quieren la FP ni el PLD: que Abel pase a una segunda vuelta los primeros, ni que Fernández le suceda lo mismo, a los segundos. Porque no habrá posibilidad en detener la movilización automática de una cantidad importante de votantes de uno y otro partido a favor del que pase a una segunda vuelta. Pues las masas peledeístas no se dividieron, la cúpula sí.
Por eso, en caso de que las posiciones se mantengan como están hoy (Abinader en primer lugar, Fernández en segundo y Abel en tercero), el mal menor para el PLD es que el PRM gane en primera vuelta. En otras palabras, la estrategia del PLD debe ser concentrarse en ganar la mayor cantidad de posiciones en febrero, sin descuidar mayo. Y la de la FP, superar febrero de una manera aceptable, para remontar en mayo. De no ir a una segunda vuelta, la candidatura de Fernández quedará muy maltrecha para el 2028.
Se ha virado la tortilla, de continuar las posiciones como están, el mal menor para el PLD es que el PRM gane en primera vuelta. Eso abre la posibilidad de una negociación política entre ambas organizaciones.
Fuente Diario Libre