Roberto Álvarez resalta desafíos de la política exterior y la migración haitiana en almuerzo de Amchamdr

Santo Domingo, 25 de julio – Roberto Álvarez, ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, abordó varios puntos críticos relacionados con la política exterior, los retos migratorios y la migración laboral durante su intervención en el almuerzo de la Cámara Americana de Comercio (Amchamdr).

Al inicio de su ponencia, que duró 29 minutos, el canciller enfatizó el impacto del factor más influyente en la realidad dominicana: Haití. «Antes de entrar en el análisis permítanme referirme sobre el factor externo que más ha incidido en nuestra realidad: Haití», indicó Álvarez.

El ministro hizo un breve recuento de los acontecimientos en ese país, desde el asesinato del expresidente Jovenel Moïse hasta el reciente despliegue de los primeros efectivos kenianos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, establecida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Álvarez aseguró que el gobierno dominicano continuará colaborando con la comunidad internacional para contribuir a que Haití pueda celebrar elecciones y elegir un gobierno legítimo que asuma el poder el 7 de febrero de 2026. «Hoy tenemos la esperanza de que, en este momento histórico y crucial, Haití pueda emerger de la crisis en que ha estado sumido», afirmó.

En relación con la migración laboral, Álvarez expresó que la irregularidad migratoria afecta la formalidad laboral y los salarios de los inmigrantes, lo que «empuja hacia abajo los salarios de los trabajadores más pobres». Destacó que una gobernanza migratoria adecuada contribuiría a mejorar los salarios y la formalidad laboral en los sectores más desfavorecidos.

El canciller también hizo hincapié en la necesidad de cambiar el enfoque de la persecución al tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas, subrayando la importancia de perseguir «principalmente al traficante de forma vigorosa».

«Invertir el enfoque es necesario para detener de una vez por todas la puerta giratoria de la migración irregular. Si no combatimos efectivamente el tráfico y la trata, todas las demás medidas serían pírricas. El tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas son crímenes graves contra la nación», manifestó.

Álvarez abogó por un cambio urgente de las «obsoletas prácticas de persecución» y sugirió su sustitución por controles efectivos para evitar las denuncias que afectan la imagen del país. «La inmigración irregular y su impacto en el mercado de trabajo pueden ser un obstáculo para insertar al país en las nuevas cadenas de producción de nuestros principales socios», enfatizó.

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