Rompen enorme falo de la estatua erótica instalada para atraer turistas en Perú
Lima, 4 ene (EFE).- El enorme falo de la llamativa estatua instalada recientemente a la entrada del pueblo peruano de Moche, que replica uno de los huacos (vasijas) eróticos de cerámica de sus antepasados los mochica, amaneció este martes roto por vándalos que lo atacaron durante la madrugada.
El ataque se produjo cerca de las 2.00 hora local (7.00 GMT) por parte de tres personas encapuchadas que retuvieron con un arma blanca al vigilante de la escultura, según relató el alcalde de Moche, Arturo Fernández, a medios locales.
Los agresores agujerearon parte del glande del descomunal miembro, de más de un metro de longitud, luego de que la estatua se hiciera viral en redes sociales y se convirtiera en objeto de polémica por parte de sectores conservadores que la consideraban inapropiada.
Tras dañar la escultura, los tres malhechores emprendieron su huida sin que pudieran ser atrapados por los agentes del serenazgo municipal (guardia local) de Moche, municipio ubicado en la norteña región de La Libertad.
La estatua es una réplica a gran escala de las numerosas vasijas de cerámica de la preincaica civilización mochica, desarrollada en la costa norte de Perú entre los siglos II y VII, que retratan variadas escenas eróticas y sexuales.
El gigantesco huaco está ubicado en plena Carretera Panamericana y da la bienvenida a Moche, que se encuentra en la ruta que toman numerosos turistas que se dirigen a visitar la huaca (templo) del Sol y de la Luna, uno de los grandes complejos arqueológicos de los mochica.
«A nosotros nos va a estimular a trabajar más en esto. La cultura mochica no se puede manchar por actos delincuenciales y políticos», afirmó Fernández, que acusó del ataque a sus detractores políticos.
Fernández, que es ginecólogo de profesión, es un alcalde que se hizo popular a nivel nacional durante la cuarentena de covid-19 por oponerse a las restricciones de movilidad social del Gobierno e incluso enviar una carta de rebeldía al entonces presidente, Martín Vizcarra, escrita y firmada con su propia sangre.
Además, el burgomaestre promovió durante la primera ola de la pandemia de covid-19 la ingesta de dióxido de cloro, un compuesto químico similar a la lejía que se usa como desinfectante de superficies industriales y que no es apto para el consumo humano.
Entre los críticos hacia la estatua, hay quienes consideran que la escultura es un escaparate del alcalde para promocionarse en sus aspiraciones a ser elegido este año 2022 como alcalde de Trujillo, capital de La Libertad.
Por su parte, la jefa de seguridad ciudadana del municipio de Moche, Natalia Ruiz, aseguró a medios locales que la estatua será reparada tras haber recibido numerosos visitantes que se tomaban fotos bajo su miembro durante los primeros días desde su reciente inauguración.