Rubby Pérez y Colombia: la voz del merengue que hizo suyo el vallenato y dejó una hija barranquillera

Santo Domingo, 13 de abril. – Más allá de ser “la voz más alta del merengue”, Rubby Pérez dejó una huella profunda en la cultura musical latinoamericana con un legado que cruzó fronteras.

Su conexión con Colombia fue mucho más que musical: en ese país no solo popularizó varios clásicos del vallenato a ritmo de merengue, sino que también formó parte de su vida personal. Entre los siete hijos que procreó, una de sus hijas es barranquillera, fruto de una relación con una mujer que conoció en una playa colombiana.

“¿Tú sabes que yo tengo una hija colombiana?”, confesó Rubby en una entrevista en abril de 2024 en la emisora Tropicana FM. Su hija, Keissy Ailin, pronto lo convertiría en abuelo, y él deseaba que fuera varón.

La revelación resonó con fuerza días antes de su inesperada muerte, y fue retomada por el diario El Heraldo de Colombia bajo el título “Una hija barranquillera: la historia poco conocida de Rubby Pérez”.

El vínculo entre Rubby y Colombia va más allá de lo afectivo. Su trayectoria artística estuvo marcada por una profunda admiración y apropiación del vallenato, género al que dio vida en su estilo merenguero, con interpretaciones que conquistaron a públicos de todo el continente.

Uno de los más grandes éxitos fue “El africano”, una composición del legendario Calixto Ochoa, grabada por la orquesta de Wilfrido Vargas en 1983 con la potente voz de Rubby. Según Wilfrido, fue esa interpretación la que impulsó su internacionalización: “Cuando llega Rubby y hace esta canción con aquel dominio, me pellizco para saber si estoy dormido. Fue el himno de todas las fiestas”.

Rubby también versionó «Tú vas a volar», tema de Los Diablitos, compuesto por Luis Egurrola y popularizado en 1995 por Omar Geles y Alex Manga. Esta canción fue clave para el renacer de Rubby en 1999, cuando pasaba por una etapa difícil en lo personal y profesional. “Gracias a Dios ese tema fue el que me rescató, me devolvió la vida”, dijo en una entrevista con Junior Cabrera.

Otra pieza que el merenguero hizo suya fue “No voy a llorar”, escrita por Wilfran Castillo e interpretada por Los Diablitos. Rubby la incluyó en su álbum Vuela alto en 2001 y hace apenas dos meses, el 14 de febrero de 2025, lanzó su video oficial, que ya supera los tres millones de visualizaciones.

Su repertorio también abarcó “Locamente enamorado” de Jean Carlos Centeno, originalmente grabado por El Binomio de Oro. Rubby la llevó al merengue en su disco El cantante (2002), consolidándola como una de sus interpretaciones más emblemáticas.

En 2022, en su álbum Hecho está, Rubby incorporó su versión de “Las locuras mías”, tema original de Silvestre Dangond. “La mayoría de mis éxitos son colombianos. Yo le debo casi todo a Colombia”, llegó a decir en una entrevista, según el perfil de “Origen Valledupar” en Instagram.

Incluso su carrera resurgió gracias a colaboraciones con figuras como Frederick Martínez (El Pachá) y los hermanos Gerardo y Juan Pablo Díaz de Toros Récords, quienes le facilitaron el acceso a estas canciones que revitalizaron su legado.

En medio de tanto homenaje, queda clara una verdad emocional: Rubby Pérez no solo interpretó el vallenato; lo vivió. Lo hizo suyo con la fuerza de su voz, y lo inmortalizó en merengue para nuevas generaciones. Y en Colombia, donde nació una hija suya y donde su música sigue sonando, también vive parte de su alma.

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