Rubio se reúne con el primer ministro de Qatar antes de su visita a Israel en medio de tensiones

WASHINGTON, 12 sept. — El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió el viernes con el primer ministro de Qatar antes de visitar Israel este fin de semana, mostrando cómo el gobierno del presidente Donald Trump trata de equilibrar las relaciones entre aliados clave en Oriente Medio, días después de que Israel atacara a líderes de Hamás en Doha.

A pesar de las tensiones entre Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Rubio llegará a Israel el domingo para una visita de dos días. Es una muestra de apoyo al país, cada vez más aislado, antes de que las Naciones Unidas celebren un debate, que probablemente será polémico, sobre la creación de un estado palestino, a lo que Netanyahu se opone.

También se prevé que Rubio viaje a un divisivo sitio arqueológico en Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como la capital de lo que, esperan, sea una nación independiente.

El mismo día que se anunció su viaje a Israel, el principal diplomático de Estados Unidos se reunió en la Casa Blanca con el vicepresidente JD Vance y el primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani. Hasta el momento, Estados Unidos no ha emitido ningún comentario oficial sobre las conversaciones, pero la Embajada de Qatar en Washington publicó una foto de los tres funcionarios.

El gobierno de Trump camina por una delicada línea entre dos aliados importantes después de que Israel llevara su lucha contra Hamás a la capital qatarí, donde se reunieron los líderes del grupo armado para analizar una propuesta estadounidense de alto el fuego en la guerra en Gaza, que ya ha durado casi dos años. Qatar es un mediador clave, y aunque sus líderes han prometido seguir adelante, aún se desconoce cuáles serán los próximos pasos para lograr el tan esperado acuerdo para detener los combates y liberar a los rehenes israelíes.

Estados Unidos condena el ataque, pero apoya a Israel

El ataque que Israel realizó el martes también acabó con las esperanzas de Trump de lograr un acuerdo de paz más amplio en Oriente Medio, ya que los gobernantes de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar manifestaron al unísono su indignación.

El propio Trump se ha distanciado del ataque, diciendo que “no favorece los objetivos de Israel o de Estados Unidos” y le ha prometido a Qatar que no se repetiría. Estados Unidos también se unió a una declaración del Consejo de Seguridad de la ONU donde se condena el ataque sin mencionar a Israel por su nombre.

En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU efectuada el jueves, el jeque Mohammed acusó a Israel de no preocuparse por los rehenes retenidos en Gaza debido al ataque, pero dijo que Qatar continuaría “nuestro papel diplomático sin ninguna vacilación para detener el derramamiento de sangre”.

El apoyo inquebrantable de Trump a un gobierno israelí que ha desafiado cada vez más las normas internacionales en la guerra desatada por el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, es una fuente de preocupación en el Golfo, y Rubio se verá obligado a abordarla en su viaje.

En una posible señal del descontento de Trump con Netanyahu, Rubio se reunirá en Israel con las familias de los rehenes que aún están en manos de Hamás, muchos de los cuales se oponen a los nuevos planes de Israel para ocupar la Ciudad de Gaza. Rubio “subrayará que el regreso de sus familiares sigue siendo una prioridad principal”, dijo el Departamento de Estado.

“Creo que este es un recorrido de emergencia diseñado para mostrar algún tipo de solidaridad tras los ataques en Doha”, dijo Aaron David Miller, un exdiplomático estadounidense que trabajó en temas de Israel y los palestinos y de Oriente Medio en general durante los regímenes de seis secretarios de estado desde 1978 hasta 2003.

“Tratan de mantener un delicado equilibrio, demostrando irritación, pero sin imponer de ninguna manera ningún tipo de acciones significativas contra Israel”, dijo Miller, actual investigador de alto nivel en el Carnegie Endowment for International Peace. “Es una delgada línea por la que camina el gobierno”.

Rubio y los líderes israelíes analizarán “objetivos operativos” en Gaza

En el viaje, Rubio “comunicará las prioridades de Estados Unidos en el conflicto entre Israel y Hamás, así como temas más amplios relacionados con la seguridad en el Oriente Medio, reafirmando el compromiso de Estados Unidos con la seguridad israelí” con un énfasis en la promesa del gobierno de Trump “de luchar contra las acciones anti-Israel, incluido el reconocimiento unilateral de un estado palestino”, dijo el Departamento de Estado.

La visita se produce en medio del estancamiento de los esfuerzos para negociar la liberación de rehenes y un acuerdo de alto el fuego para poner fin al conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, al tiempo que Israel impulsa sus planes para ocupar la Ciudad de Gaza.

El departamento dijo que Rubio y los líderes israelíes analizarán los “objetivos y metas operativas” de Israel en Gaza e intentos compartidos de persuadir a las naciones europeas de no reconocer un estado palestino.

También se prevé que Rubio visite la Ciudad de David, un popular sitio arqueológico y destino turístico construido por Israel en el barrio palestino de Silwan, en el disputado Jerusalén Este.

El sitio contiene algunos de los restos más antiguos de la ciudad, de 3.000 años de antigüedad. Pero los críticos acusan a los operadores del sitio de impulsar una agenda nacionalista a expensas de los residentes palestinos.

Su organización matriz, Elad, ayuda a asentar familias judías en barrios árabes como una forma de reclamar la ciudad entera para los judíos.

Israel capturó Jerusalén Este, sede de los sitios religiosos más importantes de la ciudad, en la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexó el área.

Israel reclama toda la ciudad como su capital eterna e indivisible, mientras que los palestinos reclaman Jerusalén Este como la capital de un futuro estado, que incluiría Cisjordania y la Franja de Gaza. Los reclamos contrapuestos son el centro del conflicto israelí-palestino y frecuentemente estallan en violencia.

En 2017, Trump reconoció Jerusalén como la capital de Israel, aunque dijo que la medida no afectaba las fronteras finales de la ciudad.

No obstante, el movimiento complació a los israelíes y enfureció a los palestinos. Solo unos pocos países pequeños han seguido su ejemplo, y la gran mayoría de la comunidad internacional dice que el estatus de la ciudad debería resolverse a través de negociaciones. AP

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