Ruidos y Silencios: La Estridente Realidad de la Política Dominicana
Por Wilfredo Polanco
“Mucho, mucho ruido… demasiado ruido” (como diría JS). La presentación de Guillermo Moreno como senador oficialista sigue generando ruido, mucho, mucho ruido. Vehículos del PRM buscando gasolina en cuarteles, un ruido que ha llegado hasta la Junta Central Electoral. Ruido que alborota a la oposición: la Operación Bono Por Voto agita a la Fuerza del Pueblo, mientras el Partido de la Liberación Dominicana acude a la Junta con carpetas de denuncias sobre el uso de recursos del Estado en la campaña electoral.
El oficialismo activa su modo antirruido frente a estos ruidos: El PRM se reúne para analizar las denuncias de uso de recursos estatales en la campaña. Una inactividad que genera mucho, mucho ruido, es la invisibilidad de los activos miembros de la actual inactiva sociedad civil. El ruido provocado por el vacío de los ausentados y famosos ruidos protagonizados por Participación Ciudadana.
El caso de los abogados continúa en un ruido infinito, agravado por el fallo del Tribunal Superior Electoral, el cual está en modo silencio ante las lluvias de críticas de reconocidos juristas por fallar al fallar en una elección para escoger una directiva.
En el ámbito económico, al ruido ocasionado por la carrera de endeudamiento público que ya compromete el 33.5% de cada cien pesos de ingresos fiscales, se le ha cruzado el dólar, que en camino a los 60, alcanzó los 59.04, también generando ruido en los mercados.
En contraste, hay silencios que generan ruidos, muchos ruidos, como el que mantiene la Fiscalía con el caso, desde hace tres semanas, del asesinato de tres miembros de la DNCD por agentes de la PN. Mientras tanto, todavía se desconocen los cabecillas de la red que borraba expedientes de criminales en la Procuraduría General de la República. Otro silencio ruidoso es cuándo se darán a conocer los resultados de la investigación del incendio ocurrido hace meses en la sede del Ministerio de Interior y Policía.
La lista es larga y la espera se acaba, mientras decenas de casos ruidosos siguen en modo silencioso, como las decenas de funcionarios en licencia anticorrupción, sin que todavía se conozcan los resultados de las investigaciones ordenadas para establecer responsabilidades.